Mercedes Milá a lo Kim Novak

telecinco.es 22/01/2013 08:16

Una boca en primerísimo plano, de esos que le gustaba tanto hacer al realizador Luis-Tomás Melgar (no en vano se llegó a conocer en la profesión como "Plano Melgar"). El plano se desplaza como un bolígrafo sobre una hoja de papel, para dibujar luego los ojos del mismo rostro. La mirada, de frente en un principio, se desplaza a un lado y otro, moderando el dramatismo de las imágenes, que se hacen acompañar de una banda sonora inquietante. De nuevo, el plano se desliza suavemente para enfocar solamente al ojo derecho. El tono siena de la imagen torna en rojo oscuro. De la pupila sale una figura semejante a una espiral, tal vez un laberinto, aunque más bien parece que sea dibujada por un espirógrafo. Así empieza la película.

No se trata de la promoción de Gran Hermano catorce, como algunos habrán supuesto y otros ya sabrán. Digo bien película porque esas son las imágenes que abren los títulos de crédito al comienzo de Vértigo, el filme de Alfred Hitchcock. Este singular plano sobre el rostro de la actriz Kim Novak ha servido de inspiración a esa promoción de la que hablo, última vista hasta el momento y primera en la que aparece Mercedes Milá.

Así que Milá aparece en ese anuncio del muy próximo estreno de Gran Hermano cual moderna Kim Novak, en blanco y negro, mirando indiscreta a ambos lados. O sea, tal como la conocemos. Curiosa, indagadora y ávida de saber el porqué de las cosas. Hasta en eso es genial la 'promo'. Un homenaje a Hitchcock, el mago del suspense. Justo en estos momentos, cuando todo en torno al programa es misterio. Un misterio cálido y expectante.

No diré que es la mejor promoción de cuantas hemos visto, pero está a la cabeza entre mis preferidas. Quizá hubiera estado en el primer puesto de no ser por la del año pasado. Me parece insuperable esa Milá preguntando no solamente con la mirada (en aquel caso al nuevo ‘súper’). Aunque también es cierto que la de este año es original y enfoca con acierto el lema escogido: “¡Asómate, y siente el vértigo!”.

Siempre digo que los lemas de lanzamiento del programa son apenas frases publicitarias cuyo objetivo es crear la necesaria expectación. Ahora bien, aquel “dale la vuelta” del año pasado fue algo más que eso. Toda la edición tuvo relación con el lema de marras, llevándolo hasta el extremo con una enrevesada trama final, según la cual los aparentemente expulsados eran auténticos finalistas.

Esa trama nos hizo sufrir pensando en la desigual oportunidad de todos, al mismo tiempo que nos divertía a rabiar, contribuyendo a convertir la 12 más 1 en una buenísima edición, rotundamente mítica. Tanto es así que muchos tememos las injustas comparaciones, algo habitual después de las ediciones más seguidas y comentadas.

Por todo lo dicho, es de esperar que la decimocuarta edición de Gran Hermano nos deje la sensación de vértigo anunciada. En definitiva, siempre hay algo de ilusorio y alucinante, así como un giro (o varios) en el formato. Lo que venimos a denominar como otra vuelta de tuerca. O sea, que nos tienen a todos lubricando a base de bien. O algo de eso. Es tan verdad esto que en las redes ya noto la lascivia de esos groupies dispuestos a acostarse con nuestro programa preferido. Somos legión. ¿Que no?

Conociendo al equipo que nos hace disfrutar tanto y tanto siempre, no tengo la menor duda de que nos lo vamos a volver a pasar muy bien (vamos, que tenemos polvo asegurado... virtual, eso sí). Además, si aparece Milá en El programa de Ana Rosa y nos dice que ese equipo ya comenta la buena pinta del casting, podemos empezar a frotarnos las manos ante lo que viene.

Por cierto, para quienes no hayan visto la promoción que tanto nos ha gustado, con Mercedes Milá a lo Kim Novak, aquí está:

Y este otro es el vídeo con los main title de Vértigo, la película de Alfred Hitchcock:

Una cosa que se ha estado comentando estos días es esa 'promo' de hitchcockiana inspiración, pero también lo de la tarjeta rasca y gana que te puede llevar a la fase final del proceso de selección de concursantes para Gran Hermano catorce. La tarjeta ha sido llamada “¿Serás tú?”, lo cual me recuerda un famoso chiste de inspiraciones bíblicas (“¿Seré yo, maestro?”).

Una semana lleva en los puntos de venta (quioscos, estancos, estaciones de servicio, papelerías y locutorios telefónicos) y me consta que en algunos está agotada. Por tanto, a efectos prácticos recomiendo ir a otro sitio si no la encuentras. También animo a quienes ya la han adquirido que den pistas en nuestros comentarios del lugar de su ciudad donde la tenían, al menos cuando la adquirieron. De esta forma, podremos hacer una especie de mapa de lugares de venta, para ayudar a aquellos que estén teniendo dificultades.

Recuerdo que la tarjeta vale 3 euros y si tienes la suerte de encontrar una de las tres con premio te llevará directamente a la fase final de los castings. Malo será que aun así no llegues a conocer la casa de Guadalix por dentro. Y si es así, lo será para quedarte el tiempo que el juego determine. Es una oportunidad única, un auténtico privilegio que no han tenido los casi 60.000 aspirantes interesados en participar en esta edición, de los que ha salido la selección inicial ya comentada en mi anterior escrito.

Sobre la labor benéfica de esta iniciativa (25 céntimos por tarjeta vendida irán a Cruz Roja Española), y las críticas leídas por ello, solamente diré que hay demasiados amigos de ver la botella medio vacía, en lugar de medio llena. Por no hablar de los que hacen las cuentas del gran capitán, obviando el coste de cada tarjeta (por su fabricación, distribución y especialmente la venta).

El test de las 30 preguntas: Raquel López

Comenzamos hoy una nueva serie de nuestros test, que mantendremos hasta el comienzo de Gran Hermano catorce. Con el fin de hacerlo más ligero, esta vez publicaré los test de forma individual. Y hoy es el turno de Raquel López, concursante de GH 7 y GH El reencuentro.

Esta misma semana (el domingo) se cumplen siete años de su expulsión en la séptima edición. Se puede decir que descubrí a Raquel ese día, en la entrevista que le hizo Mercedes Novak, digo... Milá. Sincera, educada y sin dejarse manipular por nadie, fue definitivo para intuir que se trata de una persona encantadora y de gran inteligencia. Por eso me ha encantado que aceptara amablemente hacer este test.

De sus respuestas me ha llamado especialmente la atención lo comentado sobre Sarita de Lucas (personaje repelente donde los haya), porque ciertamente no estaba entre sus mayores enemigos. Es sabido que con frecuencia la visión de la jugada desde aquí fuera es bien distinta que allí.

También me ha gustado su análisis sobre lo que cambiaría en el programa. Por eso, hoy vuelvo a repetir la frase con la que titulé la crónica de su expulsión: Grande Raquel.

Este es el test. De la primera pregunta a la número treinta:

Un color.

Siempre el rojo. De pequeña, veía cualquier cuadro o tejido sin ese color y me parecía incompleto.

Un olor.

Suelo asociar situaciones de mi vida con el perfume que usaba en ese momento, así que por ejemplo y para ir acorde con el test, GH7 huele a Curious, de Britney Spears. ¡Es verdad eso que dicen que la memoria olfativa puede llegar a ser más potente que otras!

Un rincón de tu casa.

Mi dormitorio, que además es el mismo desde que tenía 14 años. Donde tengo mi maleta siempre a la vista, pues no me gusta la sensación de que estaré demasiado tiempo parada.

Una ciudad del mundo.

Viena es mi amor verdadero, siempre lo digo. Es lo más parecido a un lugar perfecto para vivir, mayormente por la educación y civismo de sus gentes, cosa que lamentablemente echo mucho en falta por aquí (España es un país extraordinario, pero nunca viene mal un poco de autocrítica…). Además, se respira arte y para colmo es una ciudad muy asequible.

Un regalo útil (para ti).

Un MP3, iPod o similar, porque los uso casi 24 horas al día, y aunque los cuido al máximo duran lo que duran.

Un plato de comida.

Aún no he probado ninguna variedad de pasta que me desagrade.

Una afición.

La música, naturalmente. Sobre todo mainstream internacional. Artistas de EE UU, Suecia, UK, Francia, Rusia, ex-URSS… Mi posesión más preciada son mis CD y tengo ediciones limitadas, algunos firmados por los artistas en cuestión, etc. Debo controlarme a la hora de comprar, por economía pero casi más por espacio.

Signo del zodiaco.

Soy una Virgo como se dice 'de manual', pragmática hasta el extremo, meticulosa y crítica, ante todo conmigo. Vaya, ¡que no me dejo vivir!

Una película.

Amadeus de Milos Forman. Es la primera que me ha venido a la mente, pero aunque suene a topicazo, no me canso de Lo que el viento se llevó o las grandes superproducciones péplum. Y de ahí a Mi gran boda griega o El diablo viste de Prada o el cine español de los 60 y 70. ¡Heterogeneidad al poder!

Una canción.

'Orinoco flow', de Enya. Con el disco en que venía incluido este tema empecé a aprender a escuchar la música con atención y a distinguir matices.

Tu(s) programa(s) de televisión favorito(s).

Una barbaridad, pues siempre he sido muy amante de la tele. Diría toda la TVE de los ochenta, pero concretando: La bola de cristal, Un, dos, tres o Tocata. Luego, cualquier cosa presentada por Alfredo Amestoy, Matías Prats, Emilio Aragón, Jesús Hermida, 'la Milá' (¡sí!) o 'la Sardá'. Soy fan de los auténticos comunicadores, esos que sin guion te levantan un programa entero.

Tus principales cualidades.

Educación, sentido de la responsabilidad, interés por la cultura y personas que la posean.

Tus principales defectos.

Cabezonería, demasiada sensibilidad para mi gusto, y darle demasiadas vueltas a cosas que no tienen solución.

¿Practicas algún deporte?

Ninguno en concreto, siempre he padecido anemias o problemas respiratorios, pero si lo hiciera serían deportes individuales. Lo que practico es gimnasia dentro de mis posibilidades y adoro caminar.

¿Tienes alguna mascota?

Sí, un perro, pero cuando nos deje dudo que tenga más porque se les toma demasiado cariño.

Si hubieras nacido animal ¿cuál serías?

El caballo. Me parece un animal elegante y simboliza libertad.

Alguna persona que admires.

Sobre todo, a aquellas que son capaces de dejar las comodidades de las que gozamos en esta parte afortunada del mundo (eso es voluntad) y deciden darse a los demás.

¿Cómo duermes?

Cualquier postura menos bocabajo. Con el móvil sin sonido pero cerca para consultar la hora si me desvelo, que es casi cada noche. Y con mi radio, escuchando los deportes, hasta que el sueño me venza.

¿Cuándo fue la última vez que lloraste y por qué?

Un poco absurdo, pero con un sketch de Martes y Trece archirrepetido. Lloré de risa, pero tal vez de nostalgia también. Suelo llorar más de risa o de rabia que de tristeza.

La última mentira que has contado.

Que no podía ver a una persona porque estaba muy ocupada, cuando la realidad es que no tenía la más mínima gana de hablar con ella. Soy más una mentirosa de palabra que de acciones, por expresarlo de algún modo. Hago/no hago esto porque quiero, pero no te daré los motivos reales si eso me va a ocasionar un problema innecesario.

Tu mayor sueño aún no cumplido.

Mi sueño imposible es no haber sido completamente bilingüe, así que todos tienen que ver con idiomas o conocimiento de otros países. Por decir uno, me gustaría vivir un cierto tiempo en un país nórdico.

Cuenta la situación más embarazosa de tu vida.

Una de la que además me arrepiento muchísimo, porque fue provocada por mí. Estando en el extranjero, un chico que me encantaba me pidió salir y acepté. Durante la cita, empezó a decirme que le gustaba, lo típico. Se le ocurrió acercar su mano a mi pierna -¡Oh atrevimiento!- y a partir de entonces y sin poder controlarme, me porté como una estúpida. Y eso, que, repito, ¡él me gustaba! La vergüenza es que no podía evitarle, ya que ¡el chico era el responsable del curso de idiomas que estaba haciendo! Eso sí que fue embarazoso, y encima durante días y días…

La edición de Gran Hermano que más te ha enganchado como espectador.

La 11. Me quedaba pegada al 24 horas siempre que podía, todos tenían su parte de protagonismo, y algo esencial para mí, que todos me caían bien y no había nadie que me impulsara a cambiar de canal asqueada. Bueno, hubo uno, pero una oportuna expulsión disciplinaria muy al principio del concurso lo quitó de escena. Otro aspecto que me sorprendió es que cuando creías que todas las tramas se habían agotado, saltaba otra, como la de Arturo y Tatiana.

Tu concursante favorito de Gran Hermano (no vale un compañero de edición).

(José Antonio, que ya sabes que yo sigo las normas…) Ahora iba a decir Indhira, pero también estaría haciendo trampilla puesto que coincidimos en GH El Reencuentro. Una que me hizo sentir muchas cosas y ahora la comprendo al 200% es Vanessa Pascual, así que la diré a ella.

El mejor y el peor recuerdo de tu paso por la casa de Guadalix de la Sierra.

El mejor, los 'confes', si es que es verdad que allí era donde mejor me lo pasaba, jajaja. El peor, cualquier desplante de Inma o Sara.

De entre tus compañeros de edición, dime quién representa la cara y quién la cruz.

La cara Pepe alias José Antonio o viceversa. Por todo lo que significó para mí en el primer reality y en lo que se convirtió en el segundo y en el resto de mi vida. ¡Lo que GH ha unido, que no lo separe el hombre!

Y la cruz, y aunque muchísima gente lo desconoce, Sara. La convivencia era una auténtica tortura con ella, es la persona más desagradable con la que me ha tocado compartir techo, así de categóricamente lo afirmo. Llegué a tener pesadillas con ella tanto dentro como fuera de la casa, y fue lo primero que referí a los psicólogos al salir. Nunca se subrayó en el exterior, donde mi némesis era más bien Inma, supongo que porque su personaje vendió más.

¿Gran Hermano ha cambiado tu vida?

Rotundamente. Gracias al programa me he obligado a relacionarme con gente de toda condición. He conseguido estudiar donde quería y así dedicarme a lo que me gusta, que es ser redactora. He conseguido dar en la cara a gente, tantísima gente, que ni te imaginas. Porque realmente (tapaos los oídos los incrédulos) es posible crecer un poquito como persona en un espacio televisivo denostadísimo. Por la cantidad de dilemas morales que te pone por delante a posteriori y la piel tan dura que debes desarrollar.

¿Qué cambiarías del programa?

Las pruebas, y lo digo como concursante y como espectadora. Yo dinamizaría la convivencia de otra manera. Por aportar alguna idea, como simulando que están en su vida de fuera, que tuvieran que comprar en un súper, acompañarse a una tienda y probarse ropa e insultarse porque las prendas no les quedan bien, cualquier cosa, pero ver cómo interactúan sin que lo provoque una prueba que lo único que hace es dejarles rendidos físicamente o son repetitivas ¡y aburridas! Pondría una casa mucho más amplia en la que tuvieran cabida esas habitaciones que servirían como boutique, discoteca… Algo más cercano a lo que sería la vida cotidiana, que fuera todo menos forzado.

¿Cuál ha sido su principal enseñanza?

El programa en sí te enseña a tolerar al prójimo. A un nivel más personal, la lección fue directa y sin paños calientes: Lo que más se valora es el aspecto. Eso de que el interior es lo que importa solo se lo cree Disney y está muerto.

¿Volverías a entrar?

Siempre. Tanto por lo bueno como por lo malo, porque ha sido un auténtico máster en vida.