Yo, yo mismo y también yo

telecinco.es 08/09/2009 08:21

En las primeras horas de convivencia, el grupo de la casa 11 practica el ejercicio de conocerse hablando todos sí mismos. No es solamente parte de la prueba semanal, sino que la mayoría aparentan necesitar definirse y darse a conocer. Es un ejercicio de 'yoismo' interesante, aunque relativamente útil para saber como son. Está claro que somos, por lo menos, de tres modos: como nosotros nos vemos, como nos ven los demás y como pensamos que los otros nos ven. Para estos concursantes hay dos tipos de "los otros", sus propios compañeros y la audiencia.

En realidad hay uno más, puesto que oficialmente "los otros" son sus vecinos de la casa espía, pero de ellos no tienen noticia alguna. También es cierto que ayer no vi en ningún momento (no digo que no sucediera) a estos atravesar el pasadizo, esa suerte de zulo, que conduce a la cruz de cámaras.

De momento, creo que los concursantes que se están dando a conocer en la casa 11 piensan más en la audiencia que en sus propios compañeros. Prueba de ello es que anoche, tras romper algo en el cuarto de baño (donde Gonzalo, Juan y Siscu intentaban hacer pillerías) Melanie repetía varias veces la frase "esto sale mañana en el resumen". Está claro que andan aún demasiado preocupados por lo que se pueda ver de ellos, como y de que manera. A Melanie, por otra parte, no solamente le resulta complicado memorizar el nombre de sus compañeros, sino también su lugar de residencia. Cuando Arturo dice ser de Irun, la modelo se queja de que cada uno diga su ciudad en lugar de la provincia: "Tú eres del País Vasco", es mejor decirlo así. Ya puestos podría llegar a la abstracción de decir que es ciudadano del mundo, o una insignificante muestra de vida en la vía láctea.

Veo más 'yoistas' a las chicas, particularmente a Nagore. Una cosa es darse a conocer y otra hacerse el psicoanálisis el primer día de convivencia. También puede que prefiera el personaje verbalizado por ella misma al que puedan descubrir día a día sus nuevos compañeros de encierro. En estas primeras horas de observación ya se apuntan algunos rasgos básicos en la personalidad de cada uno, aunque ya digo que andan todavía demasiado preocupados por la imagen que puedan estar dando. Me llama la atención que en las dos casas pasaran ayer parte del tiempo contando chistes. Aparte de la coincidencia que vengo observando de acciones paralelas y semejantes en ambas casas, no recuerdo otra edición de Gran Hermano donde fueran tan chistosos. Aunque claro, teniendo en cuenta que en GH IX muchos insistían en cantar sin parar durante los primeros días, prefiero esto sin duda.

Ya se empiezan a apuntar acercamientos entre habitantes de la casa 11. De momento, Tatiana parece tener cierta debilidad por Toscano, y también por su silla. La que fuera gimnasta no paró ayer de practicar con la silla de ruedas del murciano, hasta dar con sus huesos en el suelo por hacer insistentemente el caballito con la misma. Por su lado, Siscu y Juan parecen ir a por todas, y no es una frase hecha. Quiero decir que estos tienen la hormona revolucionada y parecen encantados de la representación femenina con quienes deben compartir encierro. Hasta el momento, Melanie y Nagore comparten más tiempo de charla y juegos con los chicos, quizá junto a Rebeca. Indhira permanece más en modo observador, y Pilarita no se termina de integrar.

Ayer Pilarita se encontraba mal y decidió dormir en lugar de compartir con los demás las importantes primeras horas de convivencia. No pongo en duda su dolencia, sea cual fuese, sino que no considero un buen comienzo pasar media tarde en la cama mientras el resto se meten todos en el jacuzzi, por muy hacinados que estén. Ya en la noche, la gallega escuchaba a los demás desde uno de esos sillones luminosos del jardín, mientras estos permanecían tumbados en el suelo. Cuando Siscu masacraba un manido chiste, Pilarita le pedía que levantara más la voz porque no lograba escucharle bien, repitiéndolo varias veces hasta que aquel llegara a rebotarse un poco. No basta con decir que te llevas bien con los jóvenes y quieres ser una más, afirmaciones incompatibles y contradictorias con la actitud después demostrada.

Todos agradecimos un tanto el descanso que nos proporcionó Pilarita tras un arranque demoledor y apabullante, al más puro estilo Germán (de Sabadell). Probablemente le pasara factura un comienzo tan agotador, tanto para ella como para todos los demás. Su reposo de ayer le ha hecho perder posiciones para conquistar territorios en la casa. Inisito que en esa lucha son básicos los primeros días, incluso horas. De momento, Arturo y Nagore se han hecho con la cocina, conquista muy importante. Es todo un clásico, y precedentes hay de concursantes que se han llegado a amotinar en la cocina levantando una imaginaria barricada prácticamente infranqueable. Veremos si les dejan o alguien decide disputarles el sitio.

Arturo, además de conquistar la cocina, también permanece durante buena parte del tiempo en modo observación, al menos así vi ayer a este 'sperminator' que repartió por doquier su semilla en California, donde en siete años tuvo tres descendientes: hijo americano-francés, hija americana-mexicana y otro hijo afroamericano. La ONU, o sea. Y otros dos concursantes que parecen llevarse particularmente bien son Nagore y Rebeca. Esta última confesó a su compañera ayer que se hizo una mamoplastia para aumentar el tamaño de sus pechos.

El 'episodio silicona' parece haber supuesto algún tipo de trauma para Rebeca, ya que tras la confesión vinieron los lloros y la preocupación por su familia, ya que no lo sabían y se habrán de enterar ahora por la tele. No es lo más normal que un padre se entere del aumento de talla de sujetador de su hija mirando el reality en el que participa esta, pero tampoco es para ponerse así. Pero claro, qué vamos a esperar de quien habla de su muñeca de peluche como si fuera su hija adoptiva (porque se la cambió a su hermana), y ha creado en torno a ella toda una familia, con su marido Bartolito y la hija Manuelita (¡una tortuga!), fruto de otra relación. Ahí queda eso.

Lo de que dos grupos de concursantes (de dos o tres integrantes) anden unidos por una red parece una versión soft de aquella prueba de los grilletes que tan mal se lo hizo pasar a los concursantes el año pasado. La intencionalidad es clara: al tiempo que se conocen haciendo el test de los datos personales, esto facilita el acercamiento entre concursantes, al estar obligados a permanecer unidos durante muchas horas al día. Veremos si no se ahorca hoy ninguno con la red cuando le toque estar tantas horas seguidas al lado de Pilarita.

En cuanto a los habitantes de la casa espía, allí es Hans quien ha adoptado el 'modo observador'. Este clon de Ángel Martín parece preocupado por ser descubierto en su papel de topo que conoce los secretos de todos los demás, lo cual le hace permanecer un tanto expectante mirando las cosas con cierta distancia. El poder que tiene en sus manos es mucho, aunque no sé si ha caído en la idea. Si quisiera podría poner en aprietos a todos sus compañeros, facilitando que vayan quedando al descubierto sus engaños. Con un poco de inteligencia podría sacar provecho personal de la situación, aunque de momento solo le he visto disfrutar con la situación de hacerle a Saray algún comentario malicioso referido a su madre, estando esta obligada a tragar con ello. De hecho, Hans ha coincidido en su observación con muchos aquí fuera que ya habíamos comparado a Pilarita con Aramís Fuster.

Termino con una perla de Lis, concursante que nos puede proporcionar bastantes, según mi impresión, y una queja repleta de indignación. Anoche decía haberse meado, ignoro si con uno de los chistes de Laura, a quien se le da mucho mejor que a sus compañeros de la casa de al lado. Cuando alguien le pregunta si se ha meado mucho, la barcelonesa contesta: "No... gotelé". Vaya tela.

Y la queja es relativa al resumen de la tarde. Durante las primeras diez temporadas de este programa se ha emitido un resumen diario de entre media hora y tres cuartos, aproximadamente. Ayer, el resumen visto en Telecinco duró casi exactamente diez minutos, aunque para mi sorpresa en La 7 se pudo ver más tarde un resumen completo, respondiendo al esquema de siempre. Si esto va a ser siempre así auguro a esta edición de Gran Hermano un muy seguro fracaso. Siento decirlo de forma tan cruda pero es lo que pienso. Siempre he dicho lo que pienso y a estas alturas no estoy dispuesto a cambiar. Al menos deberían aclarar la situación, para conocimiento de los espectadores que esperan ver un resumen completo y se encuentran con lo visto dentro de Sálvame. Pero ni siquiera hubo advertencia de ningún tipo. Duele decirlo pero o esto cambia o vamos de cabeza a un irremisible fracaso.