Una nueva casa

telecinco.es 07/08/2008 11:00

Voy a echar un vistazo por aquí, que todo es nuevo. No tiene mala pinta, ¿esto es lo que dicen "página oficial", no? Pues estamos listos, porque yo de oficial no tengo nada. Pero, bueno, ellos sabrán. Me han invitado a unir las fuerzas del gato y las de la web de de cara a la próxima edición de Gran Hermano, la número diez. Esta es una experiencia nueva y diferente para mí. En realidad lo es para todos. No tiene mala pinta, la verdad, aunque habrá que ir viendo cómo se nos da.

La nueva casa del gato es esta. Aquí pondré mi pacífico cuartel general, en el que me volveré a encerrar por octava vez consecutiva. Este gato inquieto hará aquí lo de siempre, contar lo que ve bajo su particular punto de vista. Escribiré cada día, como en las cuatro últimas ediciones. Y lo haré, si todo sale bien, profusamente y con pasión. En esta hora no sé cómo saldrá esto, pero sí tengo una cosa segura. La experiencia me dice que tendré tanta libertad como he tenido siempre. Un gato viejo, como yo, no puede ya olvidarse de que el único patrimonio auténtico que tiene es su propia independencia. Por tanto, seguiré escribiendo como si lo hiciera para un montón de amigos, como lo hice siempre. Y es que realmente es así.

Suena 'The disposition of the linen' de , es noche cerrada, la luna apenas deja ver una pequeña uña y en mi mesa me ilumina una vela de vainilla. Como siempre, más o menos. Esto apunta bien, ya lo creo que sí. Estoy ilusionado y deseando que empiece todo. Ver a Milá como la reina de la noche, una vez más. Conocer a un puñado de nuevos valientes, que acepten el reto del encierro, afrontándolo como quieran y sepan. Dejarme atrapar, una vez más, por la magia indescriptible de tres meses largos de observación, en los que como siempre dedicaremos líneas y más líneas a cualquier detalle insustancial de la nueva convivencia. Pero eso es Gran Hermano, y así nos ha ido bien durante tantos años. Y al que no lo entienda, que piense cuántas cosas interesantes puede hacer mientras nosotros miramos esa ventanita.

¿Cuál será la diferencia? Simplemente que nos trasladamos a esta casa. Aquí reflexionaremos y discutiremos a partir de ahora. Aquí espero encontrarme con tanta buena gente como siempre, y con otros nuevos. Aquí seguiremos hablando sin parar, narrando lo que cada uno ve, con paréntesis o sin ellos. Seguiremos observando las piernas encima, los "me voy a casar con ella" y los "jo-de-te"; seguiremos atrapados por los 'boca-pico' a una gallina o los albornoces blanquiverdes; volveremos a escuchar los "qué me estás contando" y los "no puedo con la vida", en medio de fuets y batidos de fresa; nos dejaremos subyugar de nuevo por tanto amor y compaña, por el truhan del jacuzzi, los taconazos en la cuadra, el ex seminarista y el cabrero que lo era; volveremos a convencernos de que Salou es suyo y nosotros no tenemos brazo de gitano y paella a cada poco, además de dejarnos llevar por el 'huracán '; querremos ser una vez más como una pareja de , a lo -, reiremos como el taxista Dundee cuando el otro le contaba que se llamaba Ana Belén, o asistiremos divertidos a los enfados más escandalosos y graciosos de la historia, los de una legionaria que dejaba sus gases donde ella quería; o quizá seremos cómplices de un mago, el creador del 'nominator', con quien jugaremos como si fuéramos uno más, le volveremos a aupar a lo más alto para convertirlo en el señor de los récords de nuevo, y otra vez de la mano de su fiel cubano; quién sabe si estaremos de nuevo del lado pirata, debatiéndonos entre simpatizar con los que pretendían reventar este invento o quizá nos poníamos del lado de la nada, y nos volveremos a marchar de un dormitorio para dejar entrar a dos que entraban con premura y sin cámaras; o a lo mejor volveremos a flipar al tiempo que un italiano y un negro musulmán, o asistiremos al triunfo de una de las nuestras mientras creemos ver concursantes a pares, como si estuviéramos borrachos.

Sea como sea, empezará en algo más de un mes, aunque quién sabe si antes o después. Esto es siempre igual, como un secreto de estado, y tras tanto tiempo de ser así ha logrado hasta hacerme gracia. El celo que pone siempre el equipo que hace este programa para que no se sepa casi nada antes del estreno es admirable, además de todo un clásico. Expresar mis deseos para el Gran Hermano que viene es otro clásico, y como tal habrá que mimarlo. Sin dogmatizar, voy a intentar expresar lo que me pasa por la cabeza en esta noche agosteña. Yo deseo que nos vuelvan a sorprender, que demuestren una vez más su capacidad para crear. Como dice mi amigo , diez ediciones y esto sigue teniendo una salud a prueba de bombas. En Francia nos han copiado lo de tenerlos a todos juntos en el salón e ir ganándose las habitaciones, en Australia la cama gigante, en Inglaterra entró un ciego (menos exasperante que nuestra , eso sí). ¿Quién dijo que lo copiábamos todo? Cierto que hay una maquinaria común, que va proporcionando ideas, fluyendo de un lado a otro, pero nosotros también aportamos lo nuestro. A mí me gusta el Gran Hermano que manipula, que juega dentro de unas reglas de la decencia y el respeto a los concursantes, que son la base de todo. Pero quizá el mejor plan esta vez sería que no hubiese plan, o al menos que no fuésemos tan cómplices del mismo como lo fuimos supuestamente en la edición pasada.

Puede parecer extraño que pida menos complicidad, pero voy a intentar explicarlo. Lo que en realidad quiero pedir es que se mantenga la 'cocina' del 'confe', como ha sido siempre, pero fuera de ahí no se condicione mucho más esa aventura. La sala de confesiones de la casa de Guadalix es ese lugar tanto para escucharles como para que ellos mismos se escuchen, y tomen conciencia de la realidad que están viviendo. Apenas hace falta ponerles el palito para que se suban encima, como se dice de ciertos pájaros. No hay forma más inteligente de 'cazar' que dando confianza a la presa. Porque, no nos engañemos, ellos son nuestras presas durante el tiempo que dure su encierro. Cierto es que se trata de un encierro voluntario en el que todos saben que son objeto de nuestra observación y de alguna manera podemos experimentar con ellos, al menos desde nuestro importante papel de jueces. Nosotros decidimos a quién arrojamos por la borda cada quince días, o cada semana, y con ello estamos modificando el devenir del grupo. Con muy pocas herramientas y el mínimo esfuerzo, tanto quienes tienen la manija del programa como quienes ejercemos el control a nuestro modo desde casa, podemos determinar en buena medida lo que sucede. Lo que deseo para esta edición, en contraste con la anterior, es que no haya muchas más cosas que condicionen la experiencia, que se deje en manos de los propios protagonistas y sean ellos dueños de su propio destino, de igual forma que lo es cualquier comunidad con sus acciones individuales o de grupo. Basta con poner las reglas, añadir quizá algún que otro obstáculo que les pueda despistar e impida estrategias prefijadas y, por supuesto, saber poner el palito para que se suban una y otra vez.

Por lo demás, la piedra de roseta, la clave, casi todas las dovelas y hasta en parte las impostas de este arco, son los castings. Si el de esta edición es tan bueno como lo fue en la última, podemos estar tranquilos. Eso es algo que hacen muy bien, lo cual nos da toda la tranquilidad del mundo a los seguidores y amantes de GH. Aunque lo que más tranquilidad nos da es poder contar una vez más con Milá como la gran maestra de ceremonias, sin la cual muchos no estaríamos hoy aquí. Con mimbres como estos, una buena selección de los auténticos e indiscutibles protagonistas y la presencia de mi querida , tenemos casi todo asegurado. Lo que habrá de venir después es toda una sorpresa, y en ello se sustenta gran parte de la hipnotizante magia que ejerce sobre nosotros todo esto. Basta con escuchar esa sintonía para que nos recorra algo por la espalda y vengan a nuesta memoria escenas, frases, situaciones, como las que intenté evocar unos párrafos más arriba. Es algo más que pura magia de vida, y tanto más cuando me doy cuenta de hasta qué punto soy incapaz de describirlo. La otra gran clave es que los 'popes' de Telecinco sepan tratar bien este producto, lo cual no siempre ha sucedido. Si se mantienen las condiciones de la pasada edición podemos estar contentos, aunque el clamor que pide una emisión 24 horas en TDT es suficiente para que algo así nos den. El fiel público de este programa lo merece, y tanto el canal como la productora deberían estar interesados (si no lo están ya) en negociarlo.

En cuanto a nuestra nueva casa tan solo querría hacer un par de observaciones. La antigua morada sigue abierta, y allí se mantendrá el archivo de documentación de las ediciones anteriores. Allí queda nuestra memoria, a la que personalmente acudo con frecuencia. Los comentarios del gato y de todos vosotros, las imágenes, los datos estadísticos, el recuerdo de nueve ediciones, que será implementado con esta décima que ahora esperamos. Incluso, es intención de este gato testarudo el ir mejorando y ampliando la cobertura, especialmente de las ediciones en las que aún no había nacido nuestra web. Es por ello que desde aquí, en la web de Gran Hermano, se enlazará el archivo del gato, donde se queda parte de nuestra memoria, como queda dicho. El camino andado está allí mientras que aquí comenzaremos un nuevo camino, que no haremos solo en este blog. No es momento de adelantar nada, pero puedo asegurar que el genial equipo humano de esta casa espera casi con tanto interés que vosotros el comienzo de una nueva edición de nuestro programa. Y es así porque entonces se podrá ver su trabajo. Prometo la mejor web que nunca hubo sobre una edición de Gran Hermano. En ello no solo empeño mi palabra, sino parte de mi esfuerzo. Como dicen en otro canal (quítenle un dígito): "juntos podemos".

Ahora suena 'Come what may'. Prometo que no es broma, está sonando en este preciso instante. No sé con qué tenía previsto cerrar este primer comentario de bienvenida, mi primer saludo desde aquí, pero escuchando esa bella canción de Moulin Rouge solo puedo decir que pase lo pase aquí os esperaremos día tras día. Pase lo que pase, ¿de acuerdo? Y que gracias por estar ahí, y que será un placer.