Una panda de parados, muertos y albóndigas

telecinco.es 17/02/2016 09:47

Entiendo el enfado del ‘clan del visillo’. Carlos les llamó “albóndigas”, así sin anestesia ni nada. Un poco de vaselina hubiera venido bien. El discurso de Carlos se lo das a Julián y lo transforma en un panegírico lacrimógeno que se rompe de cursi. Ayer a más de un concursante, o visitante, casi le explota alguna vena cuando Julián dijo “vicisitudes”. Tengamos en cuenta que Belén dice haberse encontrado una casa con la “moralidad bajo el suelo”. ¿Qué hay más abajo del suelo? ¿El subsuelo quizá? ¿Tal vez alguna capa freática? Raro sitio para guardar los preceptos de la moral.

Vale que no les sentara ni medio bien. Otra cosa es la reacción virulenta de las señoras de Sálvame. Resulta que llevan 41 malditos días dejando pasar el tiempo, viviendo a tiempo parcial, como si fueran mediopensionistas en un balneario, y ahora tienen que recuperar el tiempo perdido. Carlos se lo puso en bandeja. Sinceramente no me creo que Belén Esteban no les haya dado valiosa información. Tal vez no les haya dicho que son “una estafa como concursantes” por lo del subsuelo, pero les ha puesto en el buen camino, o eso creen ellas. Porque para un concursante de Gran Hermano nunca estará el buen camino en el engaño y la hipocresía.

Tampoco parece la mejor forma de afrontar las críticas, por muy poco diplomáticas que sean, el contraataque maledicente. Rosa llama “huevo de Colón” a Carlos porque sabe que tiene una operación pendiente en un testículo. Hay que derramar mucho veneno para decir algo así. Y lo que es peor, estar muy acostumbrado a hacerlo para tener tan pronto la respuesta. Mejor dicho, el exabrupto. “¿Me dejas? Que soy una señora”, decía Rosa, y es de suponer que se lo cree. Todo eso porque les llamó aburridos y criticó sus caras largas y serias durante la semana balneario. Poco dijo, la verdad.

Rosa no solo siguió por el camino de atacar el físico de Carlos, que es para troncharse, sino que terminó despreciando el programa en el que ella misma participa. “Anda ya, que estás más estropeado… Qué pena que con lo que has sido tengamos que vernos aquí porque no te queda más remedio”. La frase pegaría más si fuera parte del diálogo entre dos prostitutas que fueron de lujo y han terminado ofreciendo polvos por 20 euros en la calle Carretas. ¿Cuál será el concepto que tiene Rosa Benito de Gran Hermano para decirle a Carlos eso? Tanta honra le cabe a Carlos por ser concursante de GH VIP 4 como deshonra al programa tener concursantes como la Benito, más “venenito” que nunca.

Ahora ya sabemos que Rosa no solamente ha ido ahí a llevárselo calentito sin hacer nada. Además de eso, le debe dar pena haber terminado ahí, con lo que ella ha sido. Y a mí me gustaría saber lo que ella ha sido. En televisión, Carlos lo ha sido todo. Un profesional recto y honesto, que cuando dejó de tener trabajo se fue a otro país a ganarse el pan. Que piense Rosa lo que ella ha hecho desde que perdió su trabajo de peluquera de folclórica. Como ya dije en otra ocasión sobre otros concursantes, ni Rosa Benito podía haber llegado tan lejos ni Gran Hermano podía haber caído tan bajo. Ella también debe pensar que está ahí porque no le queda más remedio. Otros están orgullosos de ser concursantes de este bendito programa.

Una lástima que esta semana estén nominados cuatro grandes concursantes. Otra cosa sería si estuvieran Rosa o Raquel entre ellos. Solo pido que las pongan en la palestra en semanas distintas, porque será una pena tener que perdonar a una y la decisión sobre a cuál de las dos expulsar se me antoja demasiado dura. Raquel traspasó todas las barreras de lo permisible acusando a Carlos de ser agresivo con las mujeres. Carlos permanecía sentado y tranquilo, mientras Raquel decía semejante burrada abalanzándose hacia él señalando con el dedo. El otro día exigía que nadie en esa casa hablase de su hijo, pero anoche Raquel amenazaba con hablar de la hija de Carlos. “¿Quieres que hable de tu hija?”, le dijo. Tiene 11 años. ¡Qué triste!

Dicho sea de paso, tiene algo de contradictorio no querer que nadie hable de su hijo, pero tener el privilegio de hablar con él tras amenazar con el abandono. Un privilegio que ningún otro concursante ha tenido. De forma que el hijo puede entrar en antena, participando de este juego, pero Carlos no puede preguntar sobre eso tan grave que debió pensar había sucedido para que Raquel dramatizara de forma tan excesiva el reencuentro con Aguasantas Vilches. No dejó que alguien explicase a Carlos que no había para tanto, que podía haberla vetado y no lo hizo y que la actitud de Santy ha sido más discreta, más generosa y más elegante de lo que jamás será capaz de ser la Bollo. “Para que haya golpeadores tiene que haber sacos”, decía Raquel. Da hasta bochorno repetir estas cosas.

Luego está el ‘palmerito de Guadalix’, Julián ‘el penas’, promoviendo hacer bullying a Carlos. Son tal para cual. Raquel y Rosa pretendiendo el jueves pasado un auténtico apartheid a Aguasantas, negándose a hacer y servir comida para ella. Y ahora Julián intentando que nadie se relacione con Carlos. Dije hace días que llevaba años esperando un concursante como este. Ahora me doy cuenta de que brilla mucho al lado de mediocridades como las que tiene de compañeros. Si no le hablan está claro que Carlos hablará solo, como ya viene haciendo. Y se reirá de esta caterva insustancial, responsables sin enterarse de que hayan inventado eso del balneario para ver si los visitantes salvaban los muebles. Demasiados muebles hay en la casa esta edición, como bien decía Víctor Sandoval.

Por suerte no entró en el rifirrafe Rappel, a quien el día anterior le había dado un chungo. No es cuestión de que se altere. Todavía me sorprende su vitalidad y lo incansable que resulta tirando las cartas a unos y otros. Ayer le hacía una larguísima tirada a Belén. Algunos, entre ellos Tati, la hija de Rappel, han criticado a Kiko Matamoros por la broma de Benítez y el Real Madrid. Todos sabemos de la afición futbolística de Kiko y donde otros ven un peligro para la carrera de Rappel yo veo una canallada bastante divertida, sin más. Si la carrera del adivino dependiera de predicciones falladas en la tele, después de los muchos años de intervención semanal en Tómbola ya estaría desahuciado desde hace mucho. Peor me pareció lo de Belén Esteban ayer.

Belén escuchó pacientemente la larga tirada de cartas de Rappel. “¿Quieres preguntarme por algo en concreto o hacemos otra serie?”, preguntaba el adivino, con ese tarot tan particular que usa en la mano. “Haz tres montones y eliges uno”, decía una vez más Rappel, y posiblemente Belén estaba preguntándose sobre la necesidad de seguir con aquello más rato. De momento, le había adivinado que tendría que dar tres o cuatro clases de coche porque no se siente segura al volante al llevar un tiempo sin conducir, pero resulta que Belén no tiene carnet de conducir. Predecía el pitoniso que Belén estaba decidida a darle un hermanito a Andrea, pero su novio no lo tiene claro, cuando es este quien lo desea y ella la que pone freno. Todo esto lo sé porque lo contaba después Belén, riéndose de lo poco que había acertado Rappel. Sí es cierto que Belén mandará a Andrea a estudiar al extranjero un año, como hacen tantos padres, y que ya tiene elegido el sitio por comentarios que alguien le ha hecho. Pero esto lo sé hasta yo, porque lo contó Belén ahora hace justo un año y en ese mismo lugar donde ambos estaban ayer.

No sé si es mayor la inventiva de Rappel con las cartas en la mano o la de Belén. Ayer explicaba que cuando torció el gesto ante Rappel, la noche del domingo, era por una entrevista que dio una hija de Rappel a una revista en la que ponía verde a su padre. Lo resumo: Belén se inventó una entrevista inexistente y en base a eso preocupó a Rappel. Más que una subida de tensión lo suyo fue una crisis de ansiedad. Siendo así, la relación con la realidad inventada de Belén parece más posible. Tatiana fue la hija que hizo declaraciones a una revista, y solo decía cosas buenas de su padre. Anoche estaba en plató y demasiado discreta fue.

En esta historia hay algo que no me termina de cuadrar. ¿De verdad Belén Esteban se refería a una entrevista? Según dijo anoche, era con otra hija. Pero esa entrevista jamás ha existido. De acuerdo que todos nos podemos equivocar. Es posible que lo soñase. Pero me sigue sin cuadrar con su afirmación sobre las investigaciones de Sálvame. “En ‘Sálvame’ investigan e investigan”, le dijo a Rappel, según ella misma reconoció en la casa. ¿En qué quedamos? ¿El gesto torcido era por una investigación o por una entrevista?, géneros periodísticos bien diferenciados. No lo sabremos nunca.

Belén contaba anoche en plató algo que le dijo ayer Julián, y vimos en el directo. Ahora resulta que Julián quiere hacernos creer que cuando la “trampa para ratones” del ‘ginebragate’ no sospechaba de Carlos sino de Carmen, la concejala felizmente desaparecida del programa. Se está rifando una demanda para el señorito Contreras. Mucho me temo. Sospecho que alguien le ha contado a Julián lo de Carmen y por eso se decidió a implicar a la ausente. Si ya no participa en el programa imposible que le replique, lo cual podrá hacer Carlos cuando salga. Sucede que Julián no debe recordar con exactitud todo lo que dijo entonces. Si lo recordase su discurso de ayer habría sido otro.

Desmontar la nueva teoría de Julián es muy fácil. “No lo he dicho hasta ahora, pero cuando sospeché que alguien podía tener un problema con el alcohol no fue de Carlos sino de Carmen”, decía ayer. Ahora vamos a recordar lo que dijo entonces: “Era una trampa para ratones. Recordad las fiestas y pensad qué le pasa a cada persona en las fiestas, o cómo termina cada persona en las fiestas”. A Carmen nunca le pasó nada en las fiestas. Jamás terminó de ninguna manera. Ahora Julián se inventa esto y habla de los cambios de humor de Carmen. A ver si el autodidacta aprende la diferencia entre alcohólico y ciclotímico.

Ayer los posicionamientos fueron una vez más en negativo, es decir, debían ponerse detrás del nominado que querían ver expulsado. Los últimos invitados, que ayer salieron de la casa, también participaron. Belén se ponía detrás de Liz, a pesar de haber dicho que ella y Carlos están moviendo tramas en la casa mientras otros vegetan y toman la sopa boba. Rafa también se posicionó tras Liz por ser amiga de Sema. Ylenia, sin embargo, lo hizo en la fila de Laura. Más interés tiene lo que hicieron los concursantes. Detrás de Carlos se pusieron el ‘visillo team’ casi en su totalidad: Raquel, Rosa y Julián. Deseando que salga Laura estaban Sema y Alejandro. Y en la fila de Liz se pusieron las ‘cuñis’ Belén y Charlotte.

Charlotte le contó ayer a Belén todo lo hablado la noche anterior con Liz. Luego fueron con el cuento también a Laura. Sigo pensando que Charlotte está en un momento clave definiendo su movimiento estratégico. Anoche enseñó sus cartas al posicionarse contra Liz, pero puede que fuera de farol. La considero más lista que Belén con mucha diferencia, y es posible que pretendiera ver la reacción de su ‘cuñada’. Me puedo equivocar, pero quiero ver a Charlotte ejecutando una jugada maestra. Por otro lado, Raquel recriminaba anoche a Sema haberse posicionado en contra de Laura. Debió responderle que él no tiene por qué dar explicaciones, pero no se atrevió. Raquel no entiende que no se pusiera detrás de Carlos, pero no sabe que es precisamente el presentador quien más ha estado apoyando a Sema en los momentos más difíciles desde el pasado domingo. Mientras Carlos le daba buenos consejos y lograba subirle la autoestima, Raquel hacía lo de siempre. O sea, nada.

Moleskine del gato

Lo dijo ayer Liz: "Una vez que se ve una persona no tienes que lanzar bombos y castillos". Para la colección de frases imperdibles.

Laura decía esta madrugada que no quiere que salga Carlos. Prefiere la expulsión de Liz porque a Carlos ya le conoces y hasta te ríes con él. No lo sabe ella bien.

Tras la expulsión de este jueves se hace más urgente y necesaria que nunca la repesca. Sería la primera vez en un GH VIP. Ayer hice una encuesta en Twitter. El 52 % prefiere el regreso de Fran Nicolás, un 23 % vota por Javier, el 16 % a Julius y solo un 9 % tiene Lucía.

Conocimos los nuevos porcentajes ciegos. Al final de la noche estaban así: 48,7 %, 34,3 %, 12,9 % y 4,1 %. Bajaron un poco los dos mayores en la misma medida que subía el tercero. Apenas se movía un par de décimas el menor. Voy a pensar en ello.