Pol se distancia de Adara y, de paso, igual evita salir nominado

telecinco.es 27/10/2016 09:28

Juega con fuego Pol, no vaya a ser que Adara sea consciente de que antes de estar con él le iban mejor las cosas. Si ella supiera que su carpeta le ha dado tanto como le está quitando ahora seguramente no estaría tan preocupada porque su chico se esté replanteando seguir con la relación. Pol dice que no le ha planteado una ruptura, pero ayer se pasaron todo el día sin hablar, lo cual supone romper de facto. Solo sea por un día. Su excusa es realmente endeble. Aprovecha que la noche anterior Adara le hizo un comentario, algo molesta porque hubiera estado tocando la pierna de Meri. A raíz de eso le plantea ayer por la mañana que son muy diferentes y él tiene muchas amigas desde hace 20 años a las que abraza y no quiere cambiar de actitud. Pamplinas.

Tan ridículo es que Adara se moleste porque Meri apoye su pierna en Pol y este ponga su mano encima durante un rato como que a Pol le moleste que Adara le quite a Rodri granos de la cara. No es un supuesto sino algo que ha sucedido hace días. Los tres sentados en una cama. Adara quita algún grano de la cara a Rodri. Pol empieza golpeando ligeramente la espalda a Adara. Esta sigue un poco más y termina. Entonces Pol se acerca y en voz baja le afea el gesto. Adara le aclara que solo le quitará a él granos. “Solo a mi cuchu”, dice, usando ese apelativo cariñoso tan ridículo. Pol se levanta y se marcha enfadado, sin que Adara pueda frenar su impulso.

¿Diferencias entre una escena y otra? Ninguna. Es cierto el refrán que dice: “Mal de muchos, consuelo de tontos”. No voy a considerar menos ridículo que Adara se moleste por una tontería como la que cuento por el hecho de que Pol se haya molestado por algo igualmente ridículo. Solo que Pol no tiene nada que reprochar. Quid pro quo. Son tal para cual, celosos y necesitados de una exclusividad que llevan al límite y, por tanto, convierten en algo irrisorio. Una cosa es pedir que solo le bese a ella en el cuello, como pasó con Miguel, y otra que dejar apoyada la mano en la pierna de una amiga y compañera de encierro sea para mosquearse. Hay que acotar las cosas que solo se deben hacer dentro de la pareja porque en caso contrario la cosa se puede convertir en un infierno sin sentido.

A pesar de todo lo dicho, tengo el profundo convencimiento de que Pol no reacciona por esto, aparte de que si fuera justo no podría molestarle algo que él hace igualmente. Más bien al contrario, debería entender más en eso a Adara puesto que comparten una idea demasiado restrictiva de la relación con su pareja. Lo contaba hace un par de días: en la misma conversación a Adara le molestó que Pol elogiase el físico de una viceversa (dícese de la persona joven y mujer que participa en el programa ‘Mujeres y hombres y viceversa’, ya sea como tronista, pretendiente o lo que fuese), y a Pol le pareció una falta de respeto que Adara pensase hacer una portada de interviú. Dos gotas de agua, oiga.

Pol no es tonto, y usa como excusa la supuesta presión que para él supone que a Adara le molesten ciertas cosas. El agobio real de Pol no deriva de eso sino de cierta sospecha sobre las nominaciones de esta noche. La sospecha es cierta y también está en lo cierto. Una parte de la casa estaba hace un par de días dispuesta a nominar a Pol. El objetivo acariciado por Clara es sacar a la palestra a Bárbara, Adara y Pol, convencida de que en tal caso sería Pol el expulsado. No es de ser muy espabilado que se hayan dado cuenta al fin de que el tándem Bárbara y Adara funciona, por lo cual quien salga nominado con ellas peligra seriamente.

Sería demasiado pedir algo más que la constatación de un hecho tan claro como que ser el tercero nominado junto a Bárbara y Adara es poco menos que estar irremisiblemente condenado. Lo siguiente sería decidir subir solo a una de las dos, como sucedió esta semana por las nominaciones en positivo, pero eso ya es demasiado. Cierto que Clara lo planteó hace un par de semanas, pero luego se olvidó de ponerlo en práctica. Eso o le dolió tanto en el alma no nominar a una de las dos que evitó pasar por tal trago. De todas formas, esta semana no lo tienen fácil. Si Pol mantiene su palabra (no confiaría nada en ello), Clara recibirá esta noche los 3 puntos suyos junto a los de Bárbara y Adara, lo cual suma 9, normalmente suficiente para salir a la palestra. Así las cosas, no parece muy posible la terna Bárbara, Adara y Pol.

No se imagina Clara el favor que nos haría si logra esa terna soñada. Aunque mayor sería el favor a la propia Adara. La expulsión de Pol no haría sino beneficiarla. Aunque puede que no fuera necesaria ninguna maniobra por parte de este concursante para evitar la nominación. Creo que la familia de Pol ha reaccionado con una campaña virulenta contra Adara al comprobar que hasta los adaristas (especie humana defensora de la concursante) desean la expulsión de Pol, por no decir que les urge tanto como al que más. Pol ignora lo que se piensa aquí fuera, y es normal que esté temeroso de ello. Se teme aquello que se desconoce más que ninguna otra cosa. El temor de Pol a que se le esté viendo como un calzonazos le puede llevar a una reacción como la de ayer, que amaga la ruptura con Adara. Pero mayor creo que es su temor a ser nominado masivamente por sus compañeros, lo cual también explicaría la maniobra.

Pol rompe con Adara sin romper, ambos se pasan todo el día sin hablar entre ellos, pero sí lo hacen con los otros. Mientras que Adara decide ser discreta y compartir su pena con Bárbara tan solo, Pol va a unos y otros explicando las razones por las que duda de su relación con Adara. Esas dudas le proporcionan la preocupación y el desánimo suficiente para adoptar un tono lastimoso victimizante. ¡No me digas más! El viejo truco de dar pena y al tiempo desmarcarse de esa persona que tanto rechazo despierta en su entorno. Sería una jugada maestra de no ser porque huele a leguas que se trata de un intento de lavar su imagen tanto de cara al interior como hacia fuera de esa casa. Lo segundo podría evitar que quedase nominado y lo primero ayudar a salvar la nominación en caso de que lo anterior no hubiera funcionado.

No utilizo la ironía si digo que me parece admirable el enorme esfuerzo de Pol para evitar la nominación de sus compañeros. Aunque volviendo a lo que decía al principio de este escrito, veo un riesgo evidente en la maniobra y es que Adara se dé cuenta de lo bien que estaba antes de tener pareja ahí dentro. Quitándose el lastre de Pol puede apreciar mucho más su situación anterior. Esto me recuerda a la historia de la casa pequeña, un clásico en la psicología de la aceptación. Sugiero al lector poco interesado en mis fábulas que avance las próximas tres casillas (quiero decir párrafos).

Dice la historia de la casa pequeña que un hombre, acuciado por la difícil situación en la que vive, acude a un rabino para pedir consejo. “Rabino, mi casa es muy pequeña. Con mi mujer, mis hijos y mis suegros viviendo en una sola habitación, estamos siempre estorbándonos unos a otros. Nos pasamos el día gritándonos. No sé qué hacer, rabino”, decía el hombre. Entonces el rabino le preguntó si tenía una vaca. Cuando el hombre le respondió que sí, le aconsejó que la metiera también dentro de la casa. Perplejo, el hombre hizo lo que le decía. Una semana después volvió quejándose de que las cosas se habían puesto mucho más desagradables que antes.

El consejo del rabino a la nueva queja del hombre fue esta: “Mete también en casa a tus dos cabras”. Una vez más el hombre siguió el consejo, pero volvió de nuevo explicando que la situación era aún peor. Y de nuevo el rabino le preguntó qué otros animales tenía. Cuando el hombre le respondió que solo tenía un perro y algunas gallinas, el rabino le dijo que los metiera también en casa y volviera a la semana siguiente. Aturdido, el hombre regresó a su casa y siguió el consejo del erudito. Cuando volvió de nuevo, estaba fuera de sí. “¡Esto es insoportable! He de hacer algo o me volveré loco. ¡Por favor, ayúdeme!”, decía visiblemente alterado el pobre hombre.

El rabino respondió a las nuevas quejas de este modo: “Escucha con atención: coge la vaca y llévala al establo, saca las cabras al corral, deja al perro fuera de casa, y devuelve las gallinas al gallinero. Y dentro de unos días ven de nuevo a verme”. Cuando volvió, el hombre estaba eufórico y encantado: “¡Ah, rabino -dijo- con solo mi mujer, mis hijos y mis suegros en casa hay mucho más espacio. ¡Menuda mejora!”. Volver a la situación primera había sido la solución después de un voluntario empeoramiento. En sus manos tiene Adara volver a estar como al principio, quitándose de encima un peso mucho mayor que el que suponían las vacas, cabras, perro y gallinas para el señor de la historia.

Las fiestas de los miércoles se han convertido en escenario para el indecente mercadeo de votos, peloteo sin fin y otras tácticas con idéntico objetivo por el que se anima Pol a escenificar la falsa ruptura. El viernes estará todo olvidado, pero anoche vimos a Clara bailando con Adara, todos exageradamente contentos, y Miguel intentando hacerse perdonar sus rencillas con Adara. En realidad, lo que intentó fue venderle la moto de mala manera. Pero si una cosa tengo clara a estas alturas, después de casi 50 días de encierro, es que los ‘vendemotos’ se arruinarían con Adara. Ella no compra ni se deja engañar, mucho menos por el torpe, inconsistente y variable discurso de Miguel. Este había estado hablando antes con Pol, que se acercó a él después de un cierto alejamiento durante los últimos días. La campaña de Pol tiene estas exigencias. Curioso ese momento en que Miguel reclamaba la atención de Adara con una excusa. Evidentemente, tan solo quería que le viese hablando con su novio.

Ayer asistimos a la reconciliación entre Bárbara y Alain. Fue un hermoso momento coincidente con el día de las buenas intenciones, institucionalizado los miércoles en esa casa, aunque ayer tuvo el punto negro del cese temporal de la convivencia entre Pol y Adara, usando terminología regia. No estoy poniendo en duda la sinceridad del abrazo que se propinaron los dos, ni cuestionaré las lágrimas de Bárbara. Sinceramente, me pareció sincero ese casual reencuentro, que Alain tenía previsto para algo más tarde. Coincidieron en el cuarto lavadero y cruzaron unas palabras de compromiso. Entonces Alain advirtió de su intención de hablar más tarde con Bárbara. Muchas ganas debía de tener ella que no fue capaz de aplazar el momento.

Ante la posibilidad de marcharse hoy, Alain no quería dejar las cosas con Bárbara como estaban. Ella tampoco e inmediatamente aprovechó para disculparse por todo lo que sucedió la noche anterior, pidiendo que lo olvidasen y sellando el pacto con un abrazo. Fue un bonito momento. Bárbara lloraba en los brazos de Alain, y confieso que me pareció ver a este también emocionado, con la voz a punto de quebrar. De acuerdo que todos los concursantes son en todo momento conscientes de que están en un concurso. Hasta cuando dan muestras de cariño o son solidarios con otros siguen compitiendo entre ellos. Puede que lo olviden en algunas ocasiones, pero para eso están las nominaciones y expulsiones que pronto se lo van a recordar. Todo tiene muchos matices en Gran Hermano, igual que en la vida misma. Puede que en parte Bárbara y Alain estuvieran ayer pensando en la conveniencia de una reconciliación de cara al juego, al tiempo que se movían por un deseo o hasta una necesidad real.

Comentarios con intenciones confusas

No siempre las intenciones confusas son negativas. Ayer Bea tuvo su día más brillante desde que la conocimos el pasado 8 de septiembre. Una charla con Meri y otra con Pol sirvieron para apreciar la naranjita más sensata, cariñosa y cercana de cuantas se han visto. Especialmente acertada en sus consejos a Pol, manteniendo en todo momento un delicado cuidado en no dañar a Adara y con toneladas de sentido común, el menos común de los sentidos. A esta Bea la compro como finalista, sin miedo de ningún tipo. Sobre todo, sin miedo a equivocarme.

También estuvo inmensa Bárbara consolando a Adara, intentando entenderla y aconsejándola como haría una madre, pero también como una buena amiga. Cariñosa, leal y siempre oportuna en sus consejos, Bárbara me parece una joya como amiga.

Moleskine del gato

Como supuse ayer, el ‘súper’ requisó la lista de la compra elaborada la noche anterior por Miguel. Tuvieron que confiar en su memoria, como debe ser. En principio, no hubo muchas quejas, veremos lo que pasa. De momento, Bárbara entre los fogones. Repito: veremos lo que pasa.

Lo de esta noche también es una fiesta. Terrorífica, pero fiesta al fin y al cabo. Halloween llega a Guadalix, y aunque algunos lo estén esperando hizo bien el súper en negárselo a Adara. El susto está garantizado, pero más de ese modo. Cuando se puede adelantar, sin mucha opción a equivocarse, el final de una historia, nada como un tormentoso comienzo para compensar. Jorge Javier Vázquez nos guiará en una gala más. Tú y yo sabemos que nos vamos a reír. Fijísimo.