Raki cree que volverán a nominar y prepara el terreno para darle un punto a Susana

telecinco.es 11/06/2013 09:16

Hoy toca daguerrotipo de Desi, pero antes de eso toca hacer un repaso a lo sucedido el día de ayer.

Les regalaron unos Minions que encontraron por toda la casa (tenían que localizar 20 y encontraron 19, el otro asistirá a la final desde un lugar privilegiado), y pronto les pondrán la película Despicable me 2 (que algún imbécil ha llamado en nuestro país Gru 2, mi villano favorito, porque le ha dado la real gana). Por cierto, si alguien sabe dónde se vende ese muñeco parlante (Kristian no, el Minion) que lo diga. Gracias. (“Para tú”, como dicen ellos).

Bueno, pues ya podemos pasar al daguerrotipo. Sí, no me estoy equivocando. Es que ayer pasó más bien poco. Si acaso un mosqueo pasajero entre Raki y Juan Carlos en la radio porque él dio mal un dato y ella es “una picona”, como reconoció al momento. Estos dos parecen ahora dispuestos a acaparar el protagonismo que no han tenido en todo el programa. Creo que están especialmente nerviosos, por lo cual Juan Carlos quema sus últimas naves decidido a ir a por todas. Y Raki a su rebufo.

Ayer Raki representó la escena que podríamos titular: “Yo soy mejor persona y no estoy jugando, por eso Susana me nominará a mí, pero yo a ella no”. Una de las cosas más divertidas de estos días, junto a que no saben cuándo es la gala y cada día andan pendientes (desde el megáfono les engañaron advirtiendo que habría gala el domingo, lo cual les ha terminado de descomponer), es que estén pensando en próximas nominaciones, cuando nosotros ya sabemos que no va a haber más.

Raki piensa que si el próximo expulsado es Juan Carlos será nominada por Susana, lo cual es aprovechado por su amigo para intentar sacar provecho y conseguir que también la nomine ella, lo cual le sugiere directamente. Pero Raki, en su papel, mantiene el propósito de no hacerlo, al menos de boquilla. Una pena no poder comprobar si sería así, aunque sospecho que no. Veo con claridad meridiana que todo esto no era otra cosa que un modo de justificar un puntito a Susana. “Es que yo no estoy jugando”, decía Raki. Qué hartazgo con eso. Concursantes que van a un concurso a no concursar. In-com-pren-si-ble.

Lo cierto es que ver a Raki y Juan Carlos todo el santo día juntos, mirándose con arrobo, es uno de los peores castigos que podíamos sufrir los aficionados más fieles a este programa. Lo resumía a la perfección ayer Susana: "No entiendo cómo se lo pueden pasar bien así todo el día, mirándose a los ojos. Yo me aburriría como una ostra". ¡Bravo! No habría sabido expresarlo mejor. Aburrimiento es la palabra.

Daguerrotipos: Desi, atrevimiento desconsiderado

Desiree entró en el programa con el claro fin de cumplir un papel desestabilizador. En medio de un casting bastante poco discordante, con una mayoría de concursantes de edades semejantes y bien parecidos, hasta el punto de que la mayoría parecían incluso de familias con recursos (los coches descapotables inundaron la primera gala a través de los vídeos de presentación), ella entraba más tarde dando color a una edición demasiado plana. Para más inri, Álvaro se había precipitado hacia el vacío causando baja durante semanas, con lo que nos quedamos casi sin el único diferente (cultureta, homosexual y seis años por encima de la media). Digo "casi" pensando en Iván ‘Manero’, de quien jamás podré pensar que es ni medio normal. Pero esa es otra historia, y agua pasada no mueve molino.

Tal vez su perfil de concursante diferente pesaba menos que el rol desestabilizador que cabía esperar iría a desempeñar dentro de esa casa. Tras semanas sin apenas conflictos, se hacía necesario un revulsivo, alguien que lograse escandalizar y provocase un pequeño seísmo en el ecosistema de Gran Hermano. He de decir que desde ese punto de vista Desi ha sido un relativo fiasco. Es cierto que logró generar conflictos, ma non troppo. Mirado desde la perspectiva actual, fue la reacción de los demás ante su presencia lo que más pudo escandalizar. Mucho más que sus pueriles luchas contra enemigos ficticios, solamente presentes en su imaginación.

Aunque lo que más se terminó destacando de Desi es su vis cómica, que con un prodigioso montaje y música de Benny Hill de fondo da totalmente el pego. De forma que hemos tenido vídeo gracioso casi a diario, perfectamente ejecutado y con un solo inconveniente: la repetición. Cuando sale un personaje así (tipo Dani -GH 12+1-), capaz de repetir hasta el hartazgo la misma broma, el mismo improperio, idéntica ordinariez, al final termina uno hasta el moño, por no decir otra cosa.

En eso precisamente sí fue variando esta concursante, puesto que hace alusión a sus órganos sexuales tanto en masculino como en femenino. Cosa curiosa teniendo en cuenta su condición sexual y la reivindicación de sentirse una mujer, lo cual no veo muy compatible con autocalificarse como “maricón”, aunque sea en tono jocoso. Debe ser que no entiendo sus bromas, como si lo viera.

No voy a entrar en detalles de su vida fuera del concurso, que hemos conocido por varias vías, entre ellas mi vecino de blog Kiko Hernández. Tampoco me apetece meterme en un pantanoso terreno del que es casi imposible salir limpio. Es cierto que algunas cosas me han extrañado, como haber escuchado a Desi decir una cosa y la contraria respecto a su definición sexual y si tiene o no planes de cambiar su fisonomía. Sea como fuere, ella es una mujer, por mucho pito que tenga. No entro a cuestionar eso ni mínimamente siquiera, aunque me he vuelto un poco majara intentando comprenderla, sin llegar a enterarme si realmente quiere o no operarse.

Es algo que forma parte de su vida íntima en todo caso, con lo cual poco o nada afecta al concurso. Si es cierto que ella misma se ha etiquetado de travesti (he llegado a ver escrito, supuestamente por ella, la palabra “trabesti” con evidente falta de ortografía) me parece superflua la discusión sobre lo dicho por Igor, y poco íntegro que cuando este se ha disculpado por ello la respuesta de Desi fuera siempre el silencio, en lugar de quitar importancia al hecho y descargarle de culpa. También entiendo que no le agrade hablar o escuchar a otros hablando de ciertas cosas que solo competen a uno mismo.

Como he repetido en distintas ocasiones, mi problema con Desi es que no me hizo casi nunca gracia. No he sido capaz de ver su condición de diva en ningún momento. Si acaso me pudo parecer como un personaje de Almodóvar al principio, pero pasadas las semanas creo que ha derivado en comedia rústica, cubierta de caspa y zafiedad. De Almodóvar a Ozores en un solo paso.

Supongo que en seguida vi aparecer la ‘tonadillera del mal’ (mote elegido por ella misma) que lleva dentro. Dice Álvaro que es “muy borrica” y no le falta razón. Si fuera solo eso igual me hubiera resultado molesto algunas veces y poco más. Sucede que también es injusta, desconfiada, desagradecida, desconsiderada y obsesiva. Eso me importa mucho más que sus formas incorrectas y excesivas.

Es injusta porque no reacciona de forma parecida ante hechos semejantes, dependiendo de quien se trate. Si la nomina Argi es razón suficiente como para emprenderla contra ella durante semanas, si lo hace Raki se contenta en apenas unas horas e incluso parece valorar mejor a esta concursante que a Álvaro, quien lleva siendo desde siempre su cómplice y salvador. Ella le quita a Argi el maquillaje y lo oculta durante semanas, pero cuando Igor le paga con la misma moneda pone el grito en el cielo.

En Desi todo es exceso, razón por la cual algo en lo que todos incurrimos, como aceptar mejor o peor algo de otra persona atendiendo a si se trata de alguien con quien simpatiza o no, se convierte en algo especialmente visible y reseñable. Lo peor no es que sea injusta en eso, sino también a la hora de valorar sus afinidades y amistades. “A lo mejor me conviene más llegar hasta el final con alguien distinto a Álvaro o Susana”, decía en un ‘confe’ de este fin de semana, según veíamos en el resumen de ayer. Sus palabras hablan por sí solas.

Ella es desconfiada hasta extremos que jamás llegaré a entender. Pocas cosas me desagradan tanto como la excesiva desconfianza en las personas. Desi decía en esa confesión ya mencionada que desconfía de Álvaro y de Susana, aunque son con quienes mejor se lleva y los compañeros que mejor la han tratado con diferencia. ¿A qué viene tal desconfianza? Con ello demuestra ser injusta. También desagradecida.

Álvaro no solamente ha sido un confidente y un apoyo incondicional. También se ha convertido en un salvador para ella. Sin su paraguas protector y su comprensión no solamente se habría sentido muy sola en esa casa sino que muchos no le habríamos pasado ni una, tanto dentro como desde aquí fuera. Recuerdo con nitidez sus palabras repletas de cariño y emoción, también cargadas de comprensión, describiendo una Desi con un pasado complicado, que apenas habría recibido cariño en su vida.

Pocas veces he visto a alguien en este programa demostrar tanta generosidad y bondad hacia uno de sus compañeros de encierro. Y lo hizo sin estar ella delante, porque no me cabe duda de que nunca esperó nada a cambio. Además, Álvaro ha frenado en muchas ocasiones el ímpetu aparentemente irrefrenable de Desi. Lo ha hecho de la mejor manera posible: sin imposiciones, ofreciendo siempre sus consejos de forma dialogante y con la mejor de sus sonrisas. Como dice Jorge Drexler en una preciosa canción: “uno solo conserva lo que no amarra”. Esa parece ser la filosofía de Álvaro para conservar y hacer sólidas sus amistades.

Lástima que Desi no haya sabido apreciar ni agradecer esa ayuda y su pago sea la desconfianza, cuando no el desprecio. Recuerdo otro ‘confe’ en el que enumeraba sus favoritos y casi olvidaba el nombre de Álvaro, a quien reservaba un poco merecido lugar al final de la lista. Por eso pienso que no solamente ha demostrado su desconsideración hacia aquellos que no gozaban de sus simpatías, sino también hacia los más afines, aquellos que hicieron mucho más feliz su estancia en esa casa.

Desi parece necesitar tener siempre a un enemigo. Es de esas personas que solo funcionan a la contra, buscando siempre una confrontación con la que desviar la atención. Por eso digo que es obsesiva, porque primero la tomó con Argi y ahora con Igor y Nacho. Entremedias arremetió con dureza contra los gemelos. El resto de enfrentamientos han tenido un carácter más episódico, aunque igualmente superfluo. Si alguien le preguntase qué tiene exactamente en contra de Nacho para verter tanto tósigo sobre él, estoy convencido de que respondería con vaguedades trufadas de barbaridades. Ese es su discurso habitual. Ella sepulta con improperios cualquier atisbo de argumento.

Mientras Desi dispara a diestro y siniestro está desviando la atención de quienes siguen la estela de las balas y esperan el efecto de los impactos. De esa forma evita que las miradas se centren en ella. “Hay puesta una lupa sobre Desi”, decía Álvaro en uno sus múltiples intentos de defenderla. No creo que sea exacto, pero si lo fuera me parece que es ella la culpable por excesiva. Además, tanto disparar hace que al final la atención se concentre en el francotirador, especialmente cuando sus blancos permanecen intactos porque dispara con fogueo. Es decir, sin argumentos sólidos que sustenten sus cambiantes odios.

A pesar de todo lo dicho, he de reconocerle a Desi el atrevimiento, como leí recientemente en el blog de Balzac. Es cierto que ella no ha ido a estar allí tan solo sino que decidió jugar fuerte desde el minuto uno. Entró en la casa y al momento le estaba diciendo a Noe que no la veía tan pija como por la tele, y desde entonces fue un suma y sigue. Por eso creo que ha acumulado más méritos que algunos otros, como los dos muebles de Ikea que atienden al nombre de Juan Carlos y Nacho, extrañamente sin diéresis ni acentos circunflejos, como suelen tener los nombres suecos.

Casi siempre desde dentro de su inseparable albornoz, Desi se dejó llevar con frecuencia, más en búsqueda de una cierta notoriedad que por disputar el maletín, aunque le haga falta como al que más y ha dejado claro en estos días que quiere ganar, e incluso puede que lo crea posible. Su objetivo primero y principal no era ese, sino conseguir su cuota de fama para poder convertirse en la reina de los platós. Cuando amenaza con “reventar la cabeza con lo que tenga en la mano” a Igor está buscando erosionar a un competidor al tiempo que se procura un cara a cara televisivo al salir de la casa. Supongo que por eso mismo amenaza con demandas judiciales. Pronto empieza a contagiarse de lo malo de ciertos personajes de fama efímera. Y rentable.

Moleskine del gato

Ayer comenté esa conversación en tres actos que tuvieron Raki y Juan Carlos, en la que ella se dedicó a poco más que despejar el balón con bastante soltura, no soltando prenda y esquivando hasta el final el compromiso en el que le quiso poner su amigo en algunos momentos. Habló mucho más Juan Carlos, limitándose Raki a poco más que comentar sus nervios ante la final y la vergüenza que va a sentir cuando sea la entrevista con Mercedes. Ahí me quedé un poco mosca escuchando a Raki decir lo siguiente: “A mí es que no me gusta ser el centro de atención”.

Con esa mosca detrás de la oreja he estado hasta que ayer no pude por menos que acudir a volver a repasar su vídeo de presentación. En el mismo, Raki dice que es “una chica sincera, sociable y divertida”, y añade justo después que le “gusta estar en todos los meollos”. Hasta ahí, nada hace indicar lo que ahora dice, pero mucho más contradictoria resulta la frase siguiente: “También me gusta ser el centro de atención y tengo un desparpajo natural que no lo tiene cualquiera”. El desparpajo lo sustituiría por poca vergüenza, teniendo en cuenta que ella misma se ha metido en el jardín de afirmar que le gusta ser el centro de atención y negar luego tal cosa. ¿En qué quedamos?

Tras su expulsión, Kristian parecía huir del típico perfil de reventado asumido por otros, optando con acierto por reconocer sus errores, o cuando menos la posibilidad de haberse equivocado en algunas cosas. No debería ser un caso excepcional, pero lo es. Por eso mismo, lo valoré tan positivamente el viernes. Pues bien, le duró unas pocas horas, porque en la entrevista que publicaba ayer la Revista Oficial de Gran Hermano aparece ya como un reventado más.

Recomiendo leer la entrevista completa, muy interesante, de la que entresaco solamente una pregunta y su respuesta:

GH: ¿Cambió tu opinión con los vídeos?

Kristian: En ese momento sí pude pensar que me equivoqué, y dije: “Joé, pues si las cosas son así, a lo mejor lo que me han contado no es verdad”. Pero ahora que he salido, visto lo visto, me mantengo en lo que pienso”.

De manera que tras una larga madrugada (la entrevista está realizada a la mañana siguiente de la gala) y sin ver ni una imagen más ya estaba reculando. De lo dicho nada y menos, por tanto. Me temo que todos sabemos cuál es el motivo de esa inconsistencia tan flagrante. Probablemente una madrugada siendo intoxicado y creciéndose tras el encuentro con Mercedes. Que le den su caja de bichitos y unas chuches, que el chaval se lo ha ganado. Y, por cierto, le toca ya la papilla de las diez. ¡Que sea un puré!, por los buenos tiempos.

Y dejo caricatura del pelocho, por el gran Javier B.V., que no va a dar abasto de aquí al final para terminar de completar esta galería impagable de retratos.