Rappel vuelve a burlarse de un problema físico de Carlos

telecinco.es 09/03/2016 10:06

“Yo a Carlos no le entiendo. Es muy listo”, decía Belén Esteban anoche. La ganadora en ejercicio de GH VIP lo plantea así. No sé bien si considera que es listo porque no lo entiende o no lo entiende por ser muy listo. Visto lo visto creo que no es la única. Diría que una parte de la audiencia aplica una tercera vía. Ni navaja de Ockham ni antinavaja. Ni la teoría más simple ni la más compleja. Tampoco todo lo contrario. La tercera vía consiste en la total incomprensión. Una incapacidad manifiesta que viene asociada con la conclusión de que el concursante es listo, condición que pierde su valor positivo para ser considerado merecedor de reprobación por ello. En definitiva, se utiliza como un insulto: tú eres muy listo. Como el “muera la inteligencia” atribuido a cierto militar de la dictadura.

No quiero dejarme llevar por la negatividad que ahora me asalta, pero igual por esto mismo ayer fue eliminado Miguel Frigenti de la carrera por convertirse en uno de los dos nuevos concursantes de GH VIP. “Voy a jugar”, decía el periodista, lo cual ya hacía su candidatura más atractiva que la de los otros. También el hecho de que no le hemos conocido en la tesitura de concursante. Verle del otro lado tenía el mismo atractivo que ver a un crítico de cine dirigiendo una película (y algún caso reciente recuerdo con gran éxito), o a un crítico taurino toreando (esto sí que no sabría decir). Hasta Samira, en principio, la menos conocida de los cuatro, fue más votada anoche. ¿Estamos locos?

Como bien dijo Frigenti: “Las cosas siempre pasan por algo”. En este caso, probablemente porque merece vivir una edición desde el principio, mucha mejor opción que subirse a este tren en marcha y a poco de descarrilar. Personalmente, me entran sudores fríos de pensar que Laura Campos vuelva a esa casa. Sufrí su voz de pito durante casi cinco meses hace unos años. No puedo disimular que aún sufro las secuelas. Los ‘totis’ son de tan funesto recuerdo que tengo esa edición entre las peores de la historia del programa. GH 12 y GH 2 son las dos ediciones apestadas para este gato incapaz de olvidar.

Si a la perspectiva de que la Laura candidata sea una de las elegidas para convertirse en concursante le sumamos que dentro hay otra Laura de voz casi tan desagradable, los sudores fríos pasan a tener un efecto paralizante al pensar que en poco más de un día las tendré que aguantar a las dos juntas. Las ganas de emprender la huida me llegan si añado a este cóctel explosivo un Dani Santos con el que jamás llegué a conectar. No imagino nada más patético que un payaso incapaz de sacarle la sonrisa a un niño. Bueno, sí, Dani Santos.

Dani tuvo mejor suerte que Argi en la edición siguiente a la suya. Esta fue expulsada disciplinariamente por una broma sobre terrorismo, pero aquel pudo bromear impunemente sobre Irene Villa. En su momento dije que había sido un secundario visto en un principio como una mosca cojonera y que al final terminé descubriendo como un maleducado cargado de veneno. De Laura Campos dije que era a un tiempo lobo y cordero. Una aspirante a princesa del pueblo que repitió en 144 días varios millones de veces las palabras “percal” y “ojete”. Excuso decir que no me apetece verla más.

Tampoco fue la de Samira una estrategia inteligente por demasiado obvia. Con la inestimable ayuda de Marta López contó que ha tenido una aventura con Javier Tudela, como si eso sumase puntos para entrar, al tiempo que se mostró desde el minuto uno predispuesta a tener algo con Alejandro. Digamos que esto de enseñar el género tan pronto, y no me refiero a su bien pensado giro dando aire al vuelo de su falda, canta ‘La Traviata’. De todas formas, si gracias a todo esto consigue ganar en votos a Dani lo doy por bien empleado. Anoche supimos que pueden entrar dos chicas (dos chicos ya no), por lo que apuesto por Laura y Samira como mal menor. Y que el señor nos pille confesados.

Las votaciones siguen abiertas y con posibilidad de repetir el voto. Cuando conocimos los porcentajes de votos que llevaban en la app los candidatos había suficiente igualdad como para que pudiera pasar cualquier cosa. Sobre la polémica en torno a si es justo o no que tengan opción a ganar los que ahora se incorporan hemos visto varias posturas dentro y fuera de la casa. A Alejandro le parece fatal, mientras que Carlos no le ve inconveniente alguno. Dos formas de ver este concurso claramente diferentes. Siendo honesto diré que en este caso se produce un cierto desequilibrio en la igualdad de condiciones necesaria en todo concurso. Para los nuevos sería un paseo, un veni, vidi, vici en toda regla. También cuentan con el inconveniente de que para sus compañeros serán blancos fáciles en las nominaciones, y no han establecido todavía lazos emotivos con la audiencia. Esto no se produce hasta pasadas unas semanas, incluso en concursantes que ya han pasado por ahí y, como pasa con Laura Campos, fueron ganadores.

Como suele pasar con los posicionamientos y alegatos anoche hubo polémica por ello. Solo Raquel se posicionaba en contra de Carlos. Nadie estuvo en contra de Laura y Rappel. Mientras que Alejandro y Fran coincidieron detrás de Charlotte. Hasta aquí nada que no pudiéramos prever. Porque los comentarios de Fran sobre posicionarse en contra de Carlos habían sido rectificados por este concursante, que después cambiaba de planes. No parece que vaya a pasar lo mismo con el plan de darle los tres puntos a Carlos que ayer descubría sin pudor Fran. ¿Cómo se llegó a ello? La secuencia vendría a ser esta: Rappel discute con Carlos, Laura mete caquita, Alejandro y Fran se mosquean con Carlos. Así de sencillo.

En el fondo, a Fran le pasa lo mismo que a Belén Esteban, aunque de forma diferente. Él tampoco entiende a Carlos. Ahora mismo le acompaña en ello Alejandro. Tal vez estos dos hayan logrado ser más amigos entre ellos que con Carlos, un viejo lobo solitario que a veces anda peleando con molinos de viento como si fueran gigantes, como el viejo Quijote que han estado mancillando de mala manera toda esta semana. He de confesar que algunas cosas de Carlos son bastante incomprensibles, bien porque no es fácil adivinar sus motivaciones o sencillamente por no estar guardando las apariencias.

Bien es cierto que resulta llamativo que se convierta de la noche a la mañana en protector de Charlotte, la misma que puso en peligro su salud y pretendió humillarlo con la lamentable gamberrada del cepillo de dientes. Más incomprensible todavía resulta que prefiera llegar a la final con Raquel o Rappel en lugar de Alejandro, su particular “Padawan” infiel. Solo por no ponerse el mundo entero en contra tal vez debería mantener más en secreto estos deseos prohibidos. Pero Carlos se pone el mundo por montera y no piensa nunca en las consecuencias de lo que dice o hace. También debería haber evitado calificar de “acoso” la actitud de Fran y Alejandro con Charlotte. Por la parte que me toca, lamento dejar a Carlos sin defensa después de protestar enérgicamente porque le llamaran “maltratador” o “agresivo”. Debería pensar en la fina línea que separa el “acoso” y la conclusión de que los autores del mismo puedan ser llamados “acosadores”, lo cual se produjo anoche mismo. Y ya era tarde para restañar la herida.

Al menos debería haberse cuidado Carlos de decir ciertas cosas delante de Laura, concursante sin escrúpulos y “meté mierdé” profesional. Otros lo son de forma ocasional, pero esta concursante ha dejado bien claro que aprovecha la mínima oportunidad para poner el ventilador delante de la mierda y esparcirla con gusto en derredor. Se equivoca Carlos en hablar delante de quien no debe, también en el término elegido, y personalmente creo que incluso en su valoración. No veo nada censurable en la actitud que han tenido Fran y Alejandro con Charlotte.

Anoche ganó Laura y eso es lo que debo lamentar, no tanto los errores de Carlos. Como decía ayer, citando el libro de los psicólogos “Aprende a convivir en casa”, Carlos es moralmente independiente y vive sin lastre, por lo que no se para en barras a la hora de ponerse en contra de los demás y tampoco duda en reconocer sus equivocaciones pidiendo perdón. Los errores también lo hacen humano y alejan la idea de que todos sus actos están cuidadosamente planificados. Nada más lejos de la realidad, según mi percepción. Lo triste es que Laura haya sacado tajada de ello y anoche se fuera a la cama con su trofeo de caza: Fran y Alejandro (aunque este en menor medida) convencidos de darle sus tres puntos a Carlos.

Lo de Fran es puro oportunismo, por otro lado. Ya había planeado nominar a Carlos con la máxima cantidad de puntos. Todo lo de anoche solo le sirvió para tener motivos teóricamente fundados para justificar lo que de otro modo podría haberse visto como una traición. Más aún cuando descubrió que Carlos no lo pensaba nominar, de lo cual estuvo convencido en algún momento. Carlos le explicó a Fran sus planes de intentar poner en la palestra a Raquel y, a partir de ese momento, el repescado deseó encontrar otro motivo creíble para lo suyo. Le vino que ni pintado todo esto. Cada uno juega su juego, y para Fran ha llegado el momento de ponerse del lado de los que acusan a Carlos de todo. Si hace falta se convertirá en el principal acusador de haber matado a Manolete. Será más o menos capaz de argumentarlo de forma convincente, pero no le faltarán ganas y decisión.

Alejandro volvía a despertar en este gato sentimientos de ternura cuando después de tarifar con él, molesto con lo del inexistente “acoso” a Charlotte, le decía a Carlos: “Creo que eres un buen tío y siento que todos se pongan una vez más en contra de ti”. Entre esos todos estaba él mismo, pero no podía evitar sentirse mal por ello. Se lo decía a Carlos con la arrobada admiración habitual. El joven “Padawan” siempre conservará su admiración hacia el maestro. Esto es lo que le separa de un Fran frío y calculador, que no se lleva mal con Laura tal vez porque comparte con ella la falta de escrúpulos.

La discusión entre Rappel y Carlos vino tras el alegato en contra del presentador que hizo el adivino. Curioso que utilizase argumentos basados en situaciones pasadas y luego rechazase que Carlos le respondiera acudiendo también a cosas no muy recientes. A pesar de algunas voces en el Límite de anoche, todos escuchamos con infinita paciencia y cierto esfuerzo a Julián explicando que no se marchó por Carlos. Suerte que un día más Ion Aramendi pusiera necesarias dosis de sensatez en todo esto.

Carlos contratacó a Rappel con una información que le dio Fran poco después de volver a la casa. Las supuestas deudas de Carlos eran anoche pagos a acreedores para la reforma de una casa. Días atrás, Rappel respondía a Fran que no recordaba haber dicho nada sobre las deudas de Carlos. Entre la supuesta ruina y pagos a acreedores hay un mundo. El que más y el que menos tiene pagos pendientes. Eso no significa exactamente estar agobiado por las deudas.

Nunca creí que Carlos le hubiera dicho tal cosa a Rappel, y en caso de que lo hubiera hecho me parece igualmente sucio que lo utilice para criticarlo ante terceras personas. El vídeo nunca se ha visto y sigo sospechando que es un invento de Rappel. No en vano le he escuchado amenazar con contar cosas personales de Carlos que podrían hundirle de por vida. Así, alegremente. No sé si Rappel es también de los que no tienen escrúpulos. Cuando menos, puedo confirmar que los pierde cuando la ira le inunda. Anoche fue uno de esos días.

En medio de uno de los brotes de ira cada vez más frecuentes y habituales en Rappel, anoche tenía el dudoso gusto de meterse con un problema físico de Carlos, que él mismo contó a sus compañeros de encierro. En buena hora lo hizo, aunque no creo que jamás se hubiera planteado que iba a ser utilizado para burlarse de él. Así ha sido de forma repetida, además. Lo hizo Rosa Benito cuando le llamó “huevo de Colón” y también Rappel anoche. “Tiene los huevos que uno no le vale para nada porque lo tiene enfermo”, decía Rappel. Es de esas cosas que ni me atrevo a calificar. Temo perder las formas y no quiero.

Moleskine del gato

No me equivoqué un ápice en lo relativo a Belén Roca. Ayer abandonaba su silencio para hablar de "juego sucio". Ella, que planeaba (y ejecutaba) sacar de quicio a Carlos. La del cepillo de dientes rebozado en la mierda. ¡Manda narices!

No solo Carlos tenía intención de darle los tres puntos mañana a Raquel. Alejandro compartía esta idea, aunque anoche amenazó con dárselos a su maestro. Las razones de Alejandro eran bien claras: “Voy a darle los tres puntos por todas las semanas que me ha nominado, posicionándose detrás de mí para que me vaya”. Veremos si le pesa más una cosa o la otra.

Según Rappel, Carlos está “elubricando” en su cabeza. Es una graciosa greguería que podría definirse así: divagación para la cual se requiere el uso de una sustancia que disminuya la fricción entre neuronas. O así.

Y dejo los porcentajes ciegos tal como estaban anoche a última hora. Se despega el más votado tras el vuelco del domingo: 33,7 %, 44,9 %, 11,3 % y 10,1%.