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El Gato encerrado

De repente Susana

Analizar ‘realities’ es para el gato tan satisfactorio como formar parte de ellos para sus concursantes. El placer de ver frente al de ser visto.

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Cuando todos estábamos pendientes de Igor y Sonia, cuál sería la reacción de ambos al tener de nuevo cerca al otro, si se relacionarían durante la fiesta isidril del viernes, de repente apareció Susana. Ella estaba allí desde el principio, como el resto de los veteranos. Pero Susana es algo más que una pata negra. Ella está viviendo la experiencia hablando siempre con franqueza y a calzón quitado, o tal debería decir en su caso que a braga bajada (estoy viviendo un déjà vu de esos porque este párrafo, o uno muy parecido, creo que ya lo he escrito antes, mucho antes)

Igor y Sonia ponían la mejor de sus sonrisas para hacerse una foto juntos. Susana se dirigía a Igor para decirle: “No entiendo nada, ¿por qué has hecho eso?”. Entonces yo me rendí a sus pies mientras le hacía la ola y aplaudía con las orejas. Susana estaba poniendo un punto de cordura en todo esto. Le estaba aconsejando a Igor que no se sacara fotos con Sonia. O sea, ella veía mal que estuviera de nuevo peloteando sin necesidad, error que Igor repetía como ese hombre de quien se dice que tropieza una y otra vez con la misma piedra. No sé si sale peor parado él o la piedra.

Igor sale por la tangente afirmando que le fastidia que Sonia le trate como si nada. Pues no lo estaba pareciendo. Añadía que no es normal que le trate como si nada sin haber solucionado previamente las cosas. De acuerdo con esta afirmación cualquiera pensaría que desea solucionarlas. Este pato ya me lo conozco. ¡Cuac! Por eso Susana le hacía la pregunta definitiva: “Pero, ¿tú quieres ser su amigo?” Entonces Igor se perdía en una divagación de esas en las que demuestra tener excesiva confianza en su palabrerío, aunque me creo que no quiera ser su amigo sino simplemente tener una relación cordial.

Una de las consecuencias de los encuentros de Miriam es que todos pensaron durante un par de días que Igor iba a llevar el mal rollo a esa casa. Esto no sería tan importante de no ser porque ha provocado la reacción contraria en un Igor preocupado por hacer ver que no es así. El más perjudicado es él mismo, puesto que se ve en la tesitura de hacer cosas muy distantes de lo que desea la audiencia. Debería darse cuenta de ello y gestionarlo mejor.

He mencionado una de las consecuencias de la visita de Miriam, que no solamente predispuso a todos contra Igor sino que introdujo toneladas de información del exterior. Ya conté el otro día que mientras muchos buenos amigos se escandalizaban e indignaban por eso yo me revolcaba en el suelo de la risa porque la mayoría de lo dicho no era descifrable, relacionable ni casi inteligible. No obstante, me llama la atención lo incoherente de cierto argumento escuchado a Sonia las horas previas al regreso de Igor.

Dice Sonia que es injusto para ellos que Igor dijera las cosas a medias. “Si hablas, hablas. Mira Mimi, se la jugó. A mí me dijo muchas cosas”, le comentaba a Kristian. Era su respuesta a las dudas que en él habían generado las palabras de Igor sobre su hermano. Sospecho que ante la disyuntiva de decir algo que pudiera justificar a Igor y tranquilizar a su novio o tirar balones fuera y decir que no tenía ni idea de por qué le podía haber dicho esas palabras, Sonia prefirió esto último. Era bien fácil decirle que Igor seguramente se refería a que su hermano lo pasaba mal al verle en la incómoda situación de estar entre dos personas que se habían declarado la guerra abiertamente. Así, al menos lo veíamos muchos.

El jueves Igor le dio a Kristian la explicación pertinente y ahora sabemos que no era exactamente por eso. Dice Igor que Joaquín sentía no poder defenderle en público porque si lo hacía podría perjudicar de alguna forma a su hermano. Por ello, se había limitado a apoyar de forma privada y personal a Igor, enviándole todo tipo de mensajes. Más le valdrá no volver a negarlo porque a buen seguro esos mensajes estarán guardados, aunque alguno que se deslizó en el ámbito público de una red social ya ha salido a la luz, poco antes de ser borrado.

Con esto personalmente considero zanjado el tema hermanos, toda vez que Nando ha dejado claro de forma pública que Igor no mentía respecto a él. Ante las peticiones de explicación decía lo siguiente: “No puedo (aclararlo) porque son cosas entre él y yo, espero que no me falle!”. Y cuando le preguntan si es cierto que Igor y él tienen buena relación añade esto: “Sí, sí, guay! No súper amigos de la muerte, pero guay!”. Ciertamente, los gemelos siguen un poco mosqueados por esto, pero Igor no les ha engañado. Sobre la oportunidad de utilizar el argumento de los hermanos, ya dije que era tan arriesgado como innecesario, pero en todo caso lícito y entendible, al enfrentarse a un grupo hostil y receloso por culpa de Miriam.

Y vuelvo así a mi explicación de por qué me parecen incoherentes los recelos y críticas ante la información que está dando Igor del exterior. Una información tan relevante (es ironía) como que un día estuvo almorzando o cenando con Alessandro (para los más despistados, Alessandro es ese concursante italiano de la pasada edición que albergaba un nido en su cabeza, pero un nido con familia numerosa de pajaritos). Así que Sonia pone por encima en su orden de prioridades que Miriam se la jugase y le diera mucha información al hecho negativo para el grupo en su conjunto de que tuviera como consecuencia la reducción de las visitas de las veinticuatro horas previstas inicialmente a tan solo dos o tres.

No solo prefiere recibir la información de Miriam y que esta se la juegue aún teniendo ese coste para el grupo y los candidatos a la repesca, sino que no piensa lo mismo de la información que ha podido llevar Igor. La información del exterior es buena o mala dependiendo de si procede de un compañero u otro. Esto mismo está sucediendo aquí fuera. Para algunos la información del megáfono no es importante, por lo cual apenas merece comentarios. No así lo que cuente Igor sobre lo que les espera cuando salgan. Todo cosas buenas, según decía el mismo jueves de madrugada y había adelantado cuando se despedía el miércoles. Tampoco parece digna de mención la información que da Juan Carlos, a quien he visto directamente malmeter a sus compañeros contra Igor afirmando que miente. Pero eso no es nada.

Estamos todos locos. En realidad, darle tanta importancia a la información del exterior que se cuela en esa casa es negarse a aceptar que el formato evoluciona y ahora eso forma parte del juego, según el propio programa lo está planteando. ¿O acaso no era información del exterior que los familiares nominen a Igor por estratega y dentro de la casa puedan escuchar una semana más tarde esas palabras? La propia mecánica de la repesca habría sido implanteable en caso de querer evitar esas fugas de información. Nos puede parecer mejor o peor, pero no podemos analizar lo que está pasando ajenos a este giro del formato. Un giro que personalmente apruebo porque siempre me parecerá bien que el programa arriesgue para no estancarse. Si lo hubieran dejado invariable hace ya mucho que no existiría.

Cuando parecía que el nivel del ridículo alcanzado era insuperable, apareció Igor repartiendo chicles y se armó el cogeculo, que dicen en algunos países de Latinoamérica. No bastaba con escandalizarse porque Igor comente a Kristian y a los gemelos que se lleva bien con los hermanos respectivos, ni siquiera con el poco equitativo escándalo por lo que ha podido contar Igor del exterior (cosas en su mayoría intrascendentes) y el silencio cómplice ante la información que procede del otro repescado o del megáfono. Había que hacer el ridículo más espantoso alertando de que Igor había animado a Kristian a meter la mano en su neceser para que cogiera algo. Resulta que no era más que chicle. Simplemente goma de mascar. Bubble gum para los de habla sajona. Si es cierto que desea tener buen rollo con Sonia debería haber llevado chuches. Del Möet & Chandon ni hablamos.

Chuches y el vino espumoso preferido de Sonia faltaron anoche en la cena romántica que el Gran Hache concedió para la pareja. Tampoco hay constancia de que ella lo pidiera, aunque sí le contó a Kristian que había pedido para los platos cosas que no hubieran comido hasta el momento allí: “Chuletón, solomillo, marisco...”, especificaba Sonia. O sea, lo que se considera de siempre una cena romántica. Como todo el mundo sabe, el romanticismo está en los constituyentes volátiles de la carne de vaca. Dudo de si en los hidratos de carbono o las oxacinas.

También se ha hablado siempre de la condición afrodisíaca de crustáceos, moluscos y otro tipo de mariscos. Aunque sinceramente desconozco si les convenía aumentar la libido. Por lo pronto, en la parte de la cena que pudimos ver en directo diría que estuvieron más fríos que un témpano. “Huele todo a amor”, decía Sonia, y al rato exclamaba: “¡Blanqueamiento dental ya!”. Es un típico grito amoroso en ciertas tribus. Lo de estos dos es ‘Hamor berdadero’, no hay duda. De otra forma no se entiende que Sonia diga “te quiero” y Kristian le pregunte: “¿De verdad?”. Qué le vas a pedir a alguien que nada más llegar al loft dice: “Llevamos cinco minutos fuera de casa y ya estoy pensando qué estarán haciendo”. ¡Vamos, hombre!

No sé de qué manera explicará Sonia esto de la cena íntima después de decirle a su hermano en la radio lo siguiente: “César, mensaje recibido, solo te digo eso”. No se referiría a esa parte del mensaje que hablaba de mantener las cosas privadas en privado, ¿no? Aunque esto forma parte de otro plan, sucesivo al de presentarse como víctima de un amigo al que decepcionó. Aunque lo más espeluznante que le he escuchado a Sonia lo dijo el otro día en el ‘confe’. “Necesito que mi padre me diga lo que tengo que hacer”, afirmaba. No hablaba de escuchar su opinión. Nada menos que decirle lo que debe hacer.

Sonia desearía modificar la realidad a su antojo en algunas ocasiones. Supongo que nos pasa a todos, aunque me llama especialmente la atención que sea en algo que apenas le afecta personalmente. En la cena no romántica de anoche, Kristian comenta que Juan Carlos fuera de la casa había comenzado a conocer a una chica. En ese momento comenzó un carrusel de gestos en el rostro de Sonia bastante indescifrables. Pensó desde que pretendía ver a Juan Carlos soltero toda la vida hasta que le podía estar afeando que contase algo del exterior. Menuda obsesión tienen con esto. No terminamos de entender que cada uno puede contar lo que le rote, siempre y cuando no afecte al concurso.

Lo que le pasaba a Sonia era que se le atraganta pensar en la posibilidad de que Juan Carlos vaya a formar pareja con otra chica que no sea Raki. En sí ya me parece llamativo el espíritu de celestina (o directamente mamporrero) que tienen algunas personas. Mucho más increíble en este caso si tenemos en cuenta que Raki no está soltera. Porque claro, a este gato atónito le asalta la duda de por qué Igor hizo mal en dar expectativas a Miriam (si es que lo hizo) que luego no podía cumplir y no se hace la misma crítica a Juan Carlos, más sabiendo lo que ya sabemos. Y digo más, tampoco entiendo por qué se censuró en Miriam por hacer lo mismo que está haciendo Raki. Si una tontea con otro chico teniendo pareja está mal, pero si lo hace la otra es perfecto. ¿Hay alguien sensato en la sala?

No me creo a Raki. Ea, ya lo he dicho. Llevo semanas, tal vez meses dudando, pero ahora ya me he cansado, y como dice la canción de Serrat: “Harto ya de estar harto, ya me cansé de preguntarle al mundo por qué y por qué”. Según contaba anoche Raki, no se había enterado de que Susana y Gonzalo tienen un lío y hasta reñía un poco a Susana por no mantenerla al día. “Pues llevamos más de dos meses así”, respondía esta a modo de bofetada de realidad. Juraría que hace semanas escuché una conversación semejante con idénticos protagonistas. Igual es otro déjà vu, pero en todo caso, me niego a creerlo porque los dos han estado besándose por toda la casa, más desde que Giuls se declaró carpetera de la pareja. Esto no lo trago ni con un topping de confetis de colores.

Si Raki no sabe ni siquiera que tienen un lío mucho menos le podemos pedir su opinión sobre esa actitud repetida y permanente que tiene Gonzalo, consistente en intentar aislar y manipular a Susana hasta conseguir que esta le pida siempre perdón sin existir razón alguna para ello. Pinta mal una relación así. Anoche mismo mantenían una conversación con todo eso y más. Censuraba que se lleve bien con Álvaro, pidiéndole que no pase tanto rato con este concursante y Desi. Incluso le molestó que dijera de Álvaro que era quien más gracia tenía en la casa.

En el enfrentamiento de Carlos con Susana, Gonzalo siempre da la razón a su hermano e intenta que ella se sienta culpable. Cuando menos, se trata de una relación tóxica. Anoche terminaban juntos en la cama después de que Gonzalo llamase hipócrita, falsa, egoísta e interesada a Susana. Eso cuando menos. Siguiendo con mi particular déjà vu de hoy, aún espero que podamos decir adiós algún día a la Susana dependiente. Es decir, no dependiente emocionalmente de alguien que la desprecia de forma sistemática.

Creo que Gonzalo no soporta que Susana defienda a Igor, a quien debe ver como una amenaza de cara al concurso. El otro día le decía que lo va a apoyar porque le ha confiado algo importante y si tiene que llevarse el palo se lo llevará, pero no hará caso de lo que le digan los demás sobre ese compañero, que todavía no le ha dicho nada malo de Sonia. Se refiere a la confidencia que le hizo Igor el viernes sobre las razones de su separación y sus pasados problemas de adicción al juego. Susana respondía sorprendida: “¿Tú?”. Más de uno hablará de juego sucio. Y de información del exterior. Todos locos.

El mosqueo de Gonzalo con Susana porque pasa mucho tiempo con Álvaro y Desi fue por un adorable rato que pasaron ellos tres e Igor en el dormitorio de las nubes. La noche parecía perdida y gracias a este grupo se pudo recuperar. Sencillamente mantenían una conversación sensata y agradable. Con tan poco como eso nos conformamos. En el dormitorio de al lado Gonzalo gritaba intentando despegar a Susana de ese grupo. Más todavía cuando se escuchó desde fuera el megáfono diciendo algo así como: “Igor y Susana manipuladores”. O hacen algo con el megáfono o esto se va a poner muy complicado.

Lo más gracioso es que luego Gonzalo y Carlos andaban a la gresca. El primero sacaba de la cama al otro después de que el ‘súper’ encendiese y apagase las luces cada vez que volvían a hablar en la cama. El problema de Carlos es que no ve a Susana como una amiga. El de Gonzalo, según su hermano, que no está nunca tranquilo porque se muere de miedo pensando que les van a expulsar si uno le levanta la voz al otro. Lo más gracioso de la charla que tenían en el salón es que Igor fue detrás y se tomó en la cocina un vaso de leche con galletas, mientras ponía la parabólica en dirección al salón. No perdiendo ripio.

Moleskine del gato

Se dice, se comenta, se rumorea, me han dicho que decían que algunos espectadores tuvieron anoche problemas con la recepción de la emisión en directo desde la casa por @miteleonline. Al parecer las imágenes llegaban en blanco y negro, además de tener algo más de grano que lo acostumbrado. No, no me refiero a las piernas de Kristian, que de grano andan bien servidas, por lo visto. Es el grano de la imagen.

Si no fuera porque el amigo @Tito_Soy fue uno de los afectados y me ha pasado unas capturas a modo de ejemplo, me hubiera costado hacerme a la idea. Ahora me cuadra todo, porque lo visto anoche parece sacado del túnel del tiempo. Los protagonistas del vídeo viral Amo a Laura eran jóvenes progres al lado de los pelochos. Lo más llamativo de las imágenes es ese logotipo del nodo (¿noticiarios y documentales?). ¿Pero esto no había desaparecido en el 81? Pensé que estaría muerto y enterrado.

Y me despido con otra portada exclusiva de mi diario de cabecera. Los observadores internacionales presentes en la cena de anoche no dan su aprobación y la invalidan como cena romántica. Solo a uno de los delegados le pareció bien porque le falló el audífono y en lugar de “cena romántica” había entendido “cena sosaina”. Se le veía entusiasmado con los resultados.