Todos señalan a Carlos

telecinco.es 03/02/2016 09:54

Me gustaría decir que mientras todos señalan a Carlos afirman que está diciendo la verdad. No sería extraño porque es de los únicos, un singular caso poco imitado. Hasta en los contraalegatos de anoche hubo quien preguntó si tenía que basar su discurso en una realidad. Ese fue Julián, que se quedó con las ganas de hacer un discurso no basado en la realidad. Qué cosa más loca, ¿no? Por eso ven a Carlos más raro que un perro verde.

El otro fenómeno a estudiar es que tan habituados están a vivir a espaldas de la realidad, despreciándola incluso, que no solamente señalan a Carlos sino que niegan la mayor. Carlos dice que hay un grupo en su contra y lo niegan, aunque le hayan dado diez puntos entre cinco. Y así todo. Extremando el absurdo, Julián acusa al otro grupo de nominar “en manada”. Resulta que él recibió doce puntos entre cinco. Es decir, tanto a Carlos como a Julián les nominaron cinco concursantes. Pero unos son “manada” y los otros no. Decía Orwell (no en ‘Gran Hermano’, sino en ‘Rebelión en la granja’): “Todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros”. O lo que viene a ser igual: unos son más “manada” que otros.

Carlos apostaba porque abandonasen la casa sus dos contrincantes. No sabe las ganas que tenemos algunos de ir expulsando de diez en diez. Por eso le entendemos perfectamente. “Está en un grupo que no simpatiza conmigo. Por eso, sacrificando a Julián cambiarían las cosas. Sería clave para ver la cara que se le queda al resto del grupo”, decía Carlos en su contraalegato. Ya digo que es una especie en extinción. Parece salido del anterior GH VIP, donde se decían las cosas a la cara y sin hipocresías. El ‘equipo sopa’ reconvertido a ‘equipo visillo’ cotillea y chismorrea todo el rato, hacen trajes con una facilidad que ni el modisto de Mortadelo, pero luego aparentan felicidad y buena convivencia.

Es cierto que llama la atención ver a las más asiduas al visillo, Rosa y Raquel, machacando a Carlos siempre que hay un directo, y unas horas más tarde riéndose con él en el dormitorio. Viendo esta segunda secuencia cualquiera diría que aquello es la casa de la pradera que algunos quieren vender, pero se trata solo de un espejismo. Si acaso una muestra de la generosidad y ausencia de rencor de Carlos, aunque le acusen de todo lo contrario. Es un sarcasmo que Raquel hable del rencor de Carlos, cuando anoche seguía hablando del pacto que no lo fue, algo ocurrido hace más de diez días. ¡Por humanidad! Que alguien le diga a Raquel que pase página. Los que en alguna ocasión dijimos que la Bollo estaba desaparecida no debimos haberla invocado.

A Sema le molestó el alegato de Carlos y lo dijo. Lo gracioso es que cuando Carlos responde a sus imprecaciones lo resuelve con un “si te molesta tendrás que aguantarte”. Porque lo de aplicarse el cuento no pasa por su cabeza. Luego dirán que Carlos siempre discute en los directos, pero resulta que son otros quienes provocan esas discusiones. Y siempre con el dedito por delante. En mi casa me enseñaron que señalar con el dedo era de mala educación. Si se hace en medio de una discusión acalorada se puede interpretar como toda una declaración de guerra. Decía Raquel Morillas (GH 3), casi en el mioceno de Gran Hermano: “Las manitas para abajo, a mí ni me señales”. Por eso este gato, humilde cronista de GH VIP, cuando ve que señalan hacia el lugar donde está Carlos tiendo a fabular que de la ventana de mitele sale una voz que dice: “Ese es el que dice la verdad. ¡A por él!”.

“El contraalegato es de libre confección, ¿verdad?”, pregunta Julián al ‘súper’. Y añade: “Puedo decir lo que quiera y no tiene que estar basado en nada más allá de lo que yo quiera decir”. Así planteado podría ser una trampa. “Me gustaría que estuviera basado en una realidad”, argumenta el súper, visiblemente contrariado con las preguntas capciosas de Julián, más después de ver la dificultad de la mayoría a la hora de posicionarse en contra de uno de los nominados. La conclusión de Julián es de las que desmoralizan totalmente: “Al fin y al cabo nosotros no tenemos la elección (referido a que es la audiencia quien la tiene) por lo cual nuestro alegato o contraalegato tampoco tiene que estar basado directamente en una realidad sino en algo que nosotros estimemos oportuno”. Yo en ese punto ya le habría regalado un pin.

“Aquí nadie está yendo en contra de nadie. Nadie está confabulando contra nadie”, afirma Julián. A ver, una cosita, igual esto no se corresponde con “nominan en manada”. Supongo que su amigo Julius no estará de acuerdo. Lo digo por aquello que le dijo a Rosa: “Están empezando a confabularse en contra de ti”. Igual ahora está más interesado en hacer rosquillas con sabor a gin tonic que en decir cosas coherentes, pero Julián anda negando confabulaciones. No sé quién tendrá la razón. Parecía que el ‘súper’ había convencido a Julián, pero no. Al final cumplió su amenaza de hacer un contraalegato no basado en la realidad.

No solo hubo contraalegatos, sino también posicionamientos negativos. Lo anunciaban esos habituales carteles con los nombres, en color rojo esta vez. Convencidos de que sería como siempre se empezaban a posicionar tras Julián. No habían llegado todavía Javier y Alejandro, que habían prometido a Carlos su apoyo. Liz parecía que se iba a poner detrás de Carlos también. Nadie en la fila de Lucía. Cuando supieron que debían ponerse detrás de quien prefirieran que saliera este jueves, todo eran dudas y fatigas. Pura simulación después de haberles escuchado hablar con inquina y odio, deseando apartar de su vista a un compañero. ¿Cómo pueden ser tan falsos? Hierve la sangre viendo tanto fingimiento y mojigatería.

Laura se puso en un principio tras Lucía, cuya expulsión no deseó finalmente nadie. Cuando el ‘súper’ pidió confirmación de que nadie deseaba la expulsión de Lucía, Laura respondía con un rotundo no. ¿Por qué se puso detrás justo cuando se supo que era un apoyo negativo? Al final, detrás de Carlos se pusieron Sema, Raquel, Rosa, Rappel y Laura. Y tras Julián estaban Javier, Belén, Alejandro, Charlotte y Liz. Sema y Liz en filas distintas, uno a favor y otro en contra del ‘equipo visillo’.

Prueba irrefutable de ese fingimiento del que hablo es que una vez terminada la gala Laura hablaba en el dormitorio clásico con Lucía y Belén. Extraña alianza temporal, bastante coincidente en opiniones en ese momento. Laura afirmaba: “Yo no quiero que se vaya Carlos”. Entiendo que si no desea la expulsión de ninguno de los tres y tiene que posicionarse con uno de forma obligatoria se puede justificar el comentario. En realidad, pienso que está diciendo la verdad. Por eso se puso tras Lucía primero. A saber lo que pensó, qué fue aquello con suficiente peso para cambiar su decisión. Estratégicamente es una decisión equivocada. Teniendo en cuenta que casi toda la casa está convencida de que Lucía será la expulsada de esta semana, más vale estar a bien con Carlos e intentar evitar sus puntos. Otra cosa es que al final no salga ninguno de los dos, pero teniendo en cuenta lo que cree no tomó la decisión más conveniente, lo cual me desconcierta más. Si no se deja llevar ni por su deseo ni por la conveniencia en el juego, ¿qué demonios está haciendo?

El otro día decía Laura que ojalá perdieran la prueba los del grupo de baile, que anoche recibieron más del 80 % de votos partidarios de dar la prueba por superada. También la superaron los pedaleadores, gracias a las preguntas y robos de ropa. Por tanto, esta semana nominarán todos. Como es sabido, si solo un grupo falla se quedan con presupuesto básico de un euro por persona y día. Por eso parece extraño que nadie pueda desear el fallo del contrario, teniendo en cuenta que las consecuencias de esto perjudican a todos por igual. ¿Por qué dijo eso Laura? Es una pregunta de fácil respuesta, y a pesar de ello me lo intentaron explicar varios amigos en Twitter sin que yo lo hubiera preguntado. Todos los que la suelen nominar estaban en el equipo contrario.

Hasta aquí todos de acuerdo. En lo que discrepamos era en considerar lógico o no el deseo de Laura. Es lógico porque así evita quedar nominada. E ilógico porque la comida escaseará para todos. Ambas opiniones son igualmente válidas, pero una más que la otra. De nuevo Orwell y sus animales de la granja. A veces se olvidan de que ellos disponen y la audiencia decide. Quedar nominado no es malo si no tiene como consecuencia la expulsión. Y para evitar la consecuencia hay algunas cosas básicas, que no por mucho repetirlas dejan de ser difíciles de afrontar. Por ejemplo, para la audiencia es importante que el concursante considere más importante compartir que competir. Que mire antes por el interés común que por el personal.

Este concurso es pura psicología, aunque no es frecuente que lo gane quien piensa en estos términos e intenta aplicar la lógica. Pero no hablo de su propia lógica, sino una lógica grupal, la lógica de aquello que es generalmente bien considerado. Igual lo sea por los tiempos de los tiempos que como una moda pasajera. Por eso es más importante la lógica por la que el concursante no persigue un mal común, por lo que nunca debería de desear que uno de los grupos pierda la prueba. El simple hecho de enfrentarse con miedo a la nominación es una actitud negativa. El miedo implica con frecuencia un reconocimiento de culpa. Si el concursante teme salir nominado será porque tiene mala conciencia, piensa el espectador. Algo habrá hecho para tanto temer. ¿Lo ven? No hay una sola lógica, pero sí hay una más compartida.

Anoche tras la gala se producía un enganchón entre Alejandro y Lucía sobre las tareas de la casa. Luego hablaron de ello para asignar las tareas, pero antes Alejandro medio bromeaba sobre si Lucía hacía poco. Se sintió ofendida porque considera que ha currado más de lo que le permitía su brazo derecho. Es diestra y fregar con la izquierda le supuso una dificultad añadida importante. Luego lo contaba pesarosa a Belén y Laura. Suerte que no escuchó la segunda parte, porque Alejandro también dudó de su lesión del brazo. Tanto es así que tuvo Javier que ponerle en su sitio. “Con eso sí que no, tenía una tendinitis que estaba para ir al hospital”. Por suerte, alguien con cabeza.

Moleskine del gato

Casi todo el escrito de hoy es un moleskine. No me entretendré mucho en hurgar más, aunque hay algún apunte que me gustaría compartir.

Antes de verlo me declaro fan total de las nominaciones “a la panza”. Ya si no fueran a la cara sería de gozo absoluto. La cosa viene del paripé que sufrimos el jueves pasado, con concursantes que a la hora crítica de nominar hacen como que no saben a quién dar sus puntos e incluso trapichean en directo, lo cual es el colmo de la desvergüenza. Este jueves irán en una especie de travelling directos a la panza temida. Y si no han dado sus tres nombres y tres razones antes de llegar a la panza lo tendrán que hacer sumergidos en sus mullidas carnes. Lo tienen merecido.

En GH Argentina les dan dos minutos de tiempo, que es algo más sencillo y también válido, pero aceptamos panza igualmente. Un poquito de burla me pareció ver anoche en la opinión de Aritz sobre los que se piensan las nominaciones simulando que no lo saben ya. Precisamente él, a quien el ‘súper’ tuvo más de una vez que recordar el nombre de sus compañeros.

El invento de los colores de los nominados nos servirá para saber a partir de ahora con seguridad los movimientos que se produzcan. Para el espectador es una valiosa información. Sabido es que los habitantes de la casa no deberían recibir tantas pistas del exterior, según mi modesta opinión. Esta semana los porcentajes mantienen su orden desde el domingo, aunque se destaca mucho más el más votado, que se acercaba anoche a los diez puntos sobre el siguiente. Así están los porcentajes: 48,4 %, 27,9 % y 23,7 %.

Otra cosa es saber a quién corresponde cada porcentaje. Anoche Jordi González nos hizo un guiño a los seguidores del programa revelando que la pasada semana el segundo más votado fue Javier, que estuvo en alguna ocasión por encima y a punto de salir. Por las razones que fueran, pensamos mayoritariamente que era Lucía quien se estaba jugando la expulsión con Julius. Tan mayoritario fue que el propio Javier estaba totalmente convencido, lo cual evidenció en un par de ocasiones esa misma noche, una vez salvados él y Lucía. ¿A quiénes corresponderán los dos porcentajes más destacados esta semana?

Y una última cuestión sobre porcentajes ciegos: cuando esté nominada Rosa, ¿qué color le pondrán a su porcentaje? ¿Rosa? Tal vez fuera lo más oportuno, así como para disimular.