Solo te voy a decir una palabra: Hundido

Susana e Iván hablan de las nominaciones

Analizar ‘realities’ es para el gato tan satisfactorio como formar parte de ellos para sus concursantes. El placer de ver frente al de ser visto.

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Lorena (tus espectadores no te olvidan) le puso la etiqueta de poco humilde a Iván, algo negado por este con su teoría de los guisantes congelados. Desde Mendel nadie le había prestado tanta atención a ese vegetal. Otros concursantes se han debido de dar por aludidos, habiendo empezado una especie de competición que ganaría el más humilde. Noe decía ayer: "Soy la persona más humilde del mundo. Dono dinero y fui a África".

Tal vez esté Noe confundiendo humilde con caritativo, pero no me voy a detener en esto. Tampoco en valorar si aportan más ‘pedigrí’ de humilde la caridad o los guisantes. La humildad se le olvida al ‘pequeño poni’ cuando asegura que en Gijón seguro que la votan para que se vaya porque es muy envidiada, y presume de entrar como una diva a las discotecas de la ciudad. Muy humilde, sí.

Lo que más me gustó del mensaje trasmitido a Iván por la segunda expulsada de esta edición fue cómo lo formuló. “Solo te voy a decir una palabra: Humildad”. Pues bien, si yo tuviera hoy que hacer una descripción de la situación de este concursante en la casa ahora mismo utilizaría semejante forma. Solo voy a decir una palabra: Hundido.

Iván ha sido descubierto y me da la impresión de que aquí se acaba su periodo de gracia. Hasta ahora le había funcionado ese chantaje emocional en el cual utilizaba indistintamente su necesidad económica de estar ahí con la enfermedad de un familiar. Escuché a Igor censurar esta maniobra. Cualquiera con un poco de sensatez ha de pensar en lo poco ético que es. Sospecho que ya no cuela, y en las próximas nominaciones Iván va a caer. Parafraseando esa intervención televisiva de Fernando Arrabal, que tanto le gusta repetir: “La nominación va a llegar”. Llegará inexorablemente. Como el milenarismo, vamos.

Ayer vi caer como un castillo de naipes los apoyos de Iván en la casa. Tal vez todavía le quede Juan Carlos, aunque este saca el puñal de la manga cuando menos te lo esperas. Ahora pienso que Lorena mejoraba al personaje porque desde ayer le veo más taimado y tenebroso. Igor lo ha clavado, como está haciendo con todos sus compañeros. Ayer contaba: “Lore dijo una vez que había gente que no tenía la mirada limpia. Estuve a punto de decirle que se fijara bien, lo tenía al lado”. Se refería a Juan Carlos.

El detonante de la falta de apoyos que aprecio ahora en Iván fue su nominación a Susana. La reacción de la murciana ha sido suficientemente fuerte para remover un poco los cimientos de esa casa. Se me antoja que es de esas sacudidas importantes, y necesarias, cuyas consecuencias vamos a agradecer en un futuro inmediato. Susana ha sufrido un desgaste por ello, ya que la hemos visto más afectada de lo aconsejable, en medio de un bucle inacabable durante todo el día. Ahora bien, estoy seguro de que tendrá efectos positivos.

A primera hora de la tarde, Susana cogió por banda a Iván y le dijo las verdades del barquero. Si en algo sale beneficiada esta concursante es en que está quedando como la única capaz de decirle las cosas a la cara al Manero. No solo le habla claro, sino que está consiguiendo ponerle frente a sus propias actitudes, evidenciando la excesiva incoherencia de las mismas. Iván dice que no habla de nominaciones y se niega a revelar a quién da sus votos, pero le hemos visto rajar sin parar del tema, e incluso preguntar por los destinatarios de los votos de algunos compañeros, antes y después de nominar.

Esta es una gran incoherencia, y hace insostenible la excusa que le dio ayer a Susana para no confirmar si la nominó o no. Igual que su amigo Juan Carlos puso como excusa para nominar a Lorena que es el moderador y debe velar por el buen ambiente (argumento Ambipur), Iván ha encontrado otra excusa en el aislamiento de Susana.

Ambas cosas son verdad, aunque en el primero de los casos me parece un error que hayan elegido por tercera semana consecutiva a Juan Carlos moderador. Lo bueno de la obligatoriedad de establecer tareas en la casa es la rotación. Sería aconsejable que la próxima semana cambiasen este moderador por otro que no repita tanto “soy el moderador”. Por el amor de dios, ya nos hemos enterado.

Es cierto que Susana se aísla al concentrar tanto su relación con Danny. Tampoco tengo claro si el inconveniente es aislarse o hacerlo con el tipo más triste y desangelado de la casa. Danny no para de regalar los oídos de la gente, siempre y cuando no esté presumiendo de los mil euros que cobra por sesión de DJ o lo amigo que es de Jorge Salvador y el equipo de cierto programa de la competencia.

Iván no nominó a Susana porque se aísle con Danny. Tampoco hay necesidad de que explique sus razones. Esta concursante le puso ayer contra las cuerdas, ayudando a mostrarlo como un tipo falso e interesado. Es de agradecer, pero se equivoca en pretender que confiese si la nominó y en pedir explicaciones por ello. Está claro que conocer ese hecho es útil para ella, y así pudo sacar las conclusiones que sacó. Pero, de alguna forma, rompe las reglas del juego.

No es Susana la única, muchos otros han estado preguntando a los demás por sus nominaciones. Tanto es así que Noe demostró ayer tener todo muy controlado, empezando por lo que ha nominado cada uno de sus compañeros. En todo caso me parece mal la pretensión de enterarse de las nominaciones de otros. Mucho peor enfadarse si alguien se niega a contarlo. Jugando a las cartas nadie concebiría pedir ver las del contrario.

En la conversación, Susana lanza torpedos a la línea de flotación de Iván. Su puntería es certera, tanto que le deja tocado y hundido, como digo. “Después de la discusión por lo de la radio has venido a regalarme la oreja”, le dice Susana. El problema no es que la nomine sino el engaño que supone ocultar el disgusto por una discusión pasada y simular que ya se ha olvidado para luego utilizarlo como razón para nominar, como hizo Iván el lunes. Todo hubiera sido diferente si no utiliza los juegos, las guerras de cojines y ciertas bromas con Susana para hacerle creer que no la nominará.

El objetivo de Iván es claro, quiere evitar ser nominado por Susana. Y ya lo creo que lo consiguió. En este sentido, pudiera pensarse que ha jugado bien, pero su estrategia es doblemente torpe. Primero porque es una estrategia de corto alcance, puesto que una vez descubierto no la podrá mantener en próximas semanas. Segundo porque aquí quien decide es la audiencia votante, como siempre decimos. Y la audiencia está viendo el juego de este concursante.

En eso tiene razón Susana cuando dice: “He visto mucho Gran Hermano y a la gente no le gustan los que no tienen huevos para decir a la cara a quién han nominado". Aunque acierta aún más cuando se escandaliza y ridiculiza un poco a Iván al clamar por: “Lo rastrero que es por no salir nominado”. Porque una cosa es negarse a contar sus nominaciones y otra lo que hace este concursante. A saber: antes de nominar le mostró su apoyo a Susana despejando toda duda de que la fuera a nominar. Y después de hacerlo se lo niega a Danny. Entra así en terrenos movedizos. Muy movedizos.

No puedes decir a un compañero antes de nominar que no será uno de tus elegidos, salir y confirmar que no lo hiciste, mientras la audiencia está siendo testigo del engaño. Además, debería haberse imaginado que sería descubierto antes o después en la casa. Así ha sido, y a partir de ese momento la caída de Iván se precipita. Con Susana ha pasado de ser como una hermana a provocar enfado tal que ayer andaba pidiendo que no le gastara una broma más.

Parecidos razonables: Argi

No solo pidió Susana el cese de las bromas y el buen rollo entre ella e Iván, sino que se encargó de que casi toda la casa conociera un poco mejor al personaje. Con Argi (híbrido entre Melanie Olivares y un Solsta Pällbo, mueble sencillo de Ikea) coincidía ayer en la necesidad de bajarle los humos al señorito. Más contundente se mostraba Noe, la princesa (heavy) de la boca de fresa (ácida), que define así a Iván: “Eres mierda”.

Por momentos parecía como si Susana estuviera ocupando el lugar de abeja reina en la colmena del dormitorio de las nubes (tóxicas). También pensé lo mismo cuando Igor se tendía en la cama de Lorena por la noche, mientras mantenía animada charla con las dos discípulas de la finada (virtualmente, lo digo siempre). Si Susana sacudió ayer la casa contra Iván con su justificada rabieta, Igor continuó haciendo una concienzuda labor de análisis (acertado), que va compartiendo selectivamente con los demás.

Lo de Igor es sorprendente. No solamente está jugando muy bien, leyendo el concurso a la perfección, sino que intriga sin parecer que lo hace, y en las fiestas se lo pasa mejor que nadie. Anoche tuvieron un impulso compensado con cerveza, migas, elementos para hacer pan y una fiestuqui inesperada. En las fiestas Iván se luce cuando suena ‘Saturday night fever’ y similar, pero el resto del tiempo es un muermo. Danny da la impresión de estar incómodo. Argi y Noe pasan casi todo el rato perdidas o en la radio (cuarto del ordenador). Sin embargo, Igor se divierte. Igual que Raki o Kristian.

Cuestión aparte es lo de Sonia, que cada vez me parece más una infiltrada del servicio de mantenimiento. Anoche mientras otros bailaban o bebían, ella ordenaba el jardín de gomaespuma que hay tras el sofá del salón. Es una de las concursantes más frías que he visto nunca. Ya me lo pareció cuando contaba hace días el rescate en el mar de una mujer muerta. No aprecié ni un ápice de humanidad en su relato. Parece fría como el témpano, y todavía no sé cómo Kristian se sigue arrimando tanto. Igual en lugar de quemarse va a terminar congelado, como los guisantes del otro.

El balance de la intensiva jornada que vivió ayer Susana en contra de Iván es positivo. Consiguió el apoyo de buena parte de la casa y le dejó en evidencia, además de destacar como la única capaz de decirle las cosas a la cara. Solo señalaré un peligro y un error cometido por esta concursante. El peligro es provocar el cansancio en la audiencia si no sale urgentemente del bucle. Y el error fue gastar a Iván y Juan Carlos la broma de rociarles con colonia en el cuarto de baño. No puede pedir que cesen las bromas y luego hacerlas ella. Supongo que en el fondo lamenta perderse eso que, hasta el momento, ha sido lo único bueno que le aportó este compañero de piso.

Moleskine del gato

Por fin sexo en Guadalix. Salvo que ignoremos algo, ayer fue la primera vez en esta edición que se consumó una relación sexual en la casa. Y sin 'edredoning', ni nada. Los protagonistas de la escena, narrada por Igor con más detalle del que cabe recomendar, fueron dos cabras. “Se la ha follado y después ha echado todo el semen a las pajas", decía Igor, comentando la jugada. Le faltó decir minuto de tiempo y resultado: En el minuto cuarenta y siete, la cabra macho penetra en el área de la cabra hembra, avanza hasta la frontal, retrocede un poco, se desmarca y... eyacula sobre las pajas. ¡Goooool en Guadalix!

Por cierto, me declaro muy fan del guionista del programa que ha escogido la canción que les avisará el comienzo de la prueba semanal. Va de encontrar agujas en un pajar, tejer una bufanda con la lana que obtendrán intercambiada por las agujas y luego tendrán que cuidar los animalitos de la pequeña granja en que se ha convertido el pabellón de pruebas. Pues bien, como va de lana la cosa, el aviso será una canción de... ¿no lo adivinas? Lana del Rey. ¡Niquelao!

He recuperado la rueda que el lunes hizo concursante a Leti y dejó a Pili en la reserva de los concursantes malogrados, con la humillación de no haber sido elegida por nadie. No estaba seguro ayer si había pronosticado el fin de las risas en la casa, pero me equivoqué muy poco. La frase exacta fue: “Escucha, que no os vais a reír más, que olvidaros ya de todo”. Algo querría decir que se me escapa. Antes había hecho una confusa observación sobre si le gustaban más estos que aquellos. No quiero ser malpensado, pero entendí que le gustaban más las gallinas que los concursantes. Así no se puede.

Deberá cuidarse Leti de no contar más cosas de la cuenta si no quiere tener un problema. Estoy seguro de que el ‘súper’ ya le habrá advertido. Aquí fuera andamos de uñas (otro de los leitmotiv de esta edición) ante situaciones como esa. En alguna medida es incontrolable, diría que tanto como innecesario. No veo que Leti gane nada hablando de los ‘confes’ de Danny, sinceramente. Así que, solo le voy a decir una palabra: ¡Chitón!

Dejo cartelera con Igor como El pacificador, porque película del consolador no he encontrado. Como siempre por Montse Juanilla.

Cartelera: El pacificador