A toro pasado

telecinco.es 15/10/2008 08:12

No me he resistido a hacer el juego de palabras del título, pero lo cierto es que me propongo analizar las razones por las que Ana Toro ha sido la cuarta expulsada de esta edición, al tiempo que doy mi dispersa y algo contradictoria visión de la misma. Haré ambas cosas ahora que esta concursante ya no está en la casa más famosa de la sierra madrileña, o sea... a toro pasado.

La gala de anoche fue de puro Gran Hermano, o como diría Germán, de GH 'totaaaaal'. Con una Milá algo más seria al enfrentarse por primera vez a una entrevista en condiciones (los anteriores expulsados apenas tuvieron) y vestida de baturra con un escote de escándalo, lo cual debemos agradecer a esa Mayte Méndez de Vigo, estilista de guardia y única mujer que yo conozca a la que pagan por ir de tiendas, que hace ese arriesgado y valiente trabajo de traer al siglo XXI usos pretéritos de la moda. Que el programa aguante sin desvanecer (llevándose a la audiencia detrás) durante casi cuatro horas de emisión (supongo que por mor del share) es de un mérito indudable, que debemos atribuir a quienes idean las tramas y a la vez a los encargados de preparar una colección numerosísima de vídeos.

Otra cosa es que la audiencia, esa a la que llaman soberana y ¡vive Dios que lo es!, esté tomando medidas que se basan en el regusto básico de convertirse en dioses fugaces con capacidad de juzgar y castigar, en lugar de promover el espectáculo, asegurándose un buen programa en adelante. Su decisión no sé si es inapelable, pero se puede decir que sus consecuencias son visibles de inmediato. Ana está fuera de la casa vieja sin haber pasado por la nueva, la cual tan solo pudo conocer en ese paseo por el cielo de hace una semana. Pero tenemos programa, como dicen algunos/as de nuestros/as amigos/as. Ya lo creo que lo tenemos. De momento nos enteramos anoche que el próximo martes entrarán dos nuevas concursantes, según parece de perfiles muy similares (una de ellas puede ser la brasileña de la que tanto se habló), o sea, igual de neumáticas. Es lo que en algunos Big Brother se ha dado en llamar intruders (intrusos), concursantes que aparecen a media edición, generalmente con alguna misión o empeño. Yo les llamaría náufragos que son recogidos en medio de la travesía, o quizá polizones (que se aproxima bastante al rol de okupa), aunque no debiéramos descartar la calificación de agitadoras, como dice mi amigo UnoMas.

Con el sacrificio de Ana nos hemos privado de la imprevisibilidad de sus actos, de su creatividad tantas veces impostada pero indudable, y también de su tramoya delicadamente montada. Este gato interesado quería a esta habitante dentro de la casa no porque me haga gracia verla contar una peculiar historia de los Reyes Católicos que, pásmense, llevaba escrita en unos apuntes que le fueron descubiertos por Iván y compañía dentro de su revista (la que les dejan llevar a cada uno). Tampoco porque me parezca el súmmum de la creatividad ponerse la réplica en plástico de una rodaja de chóped, lo cual ya hacía Paco Clavel hace lo menos veinticinco años, con lo cual realmente de novedoso y rompedor tiene más bien poco. Para mí lo fascinante de la Toro es que nunca sé por donde va a salir, y casi nunca lo hace por donde yo haya podido prever. Ella no ha ido allí a estar sino a concursar, y para ello ha utilizado los recursos que tiene a su disposición, por mucho que a algunos les resultasen repetitivos, probablemente con razón. No obstante, creo que debemos agradecer a quienes ponen su empeño en dar espectáculo en esa casa, aun con las peores de las condiciones, con hambre y otro tipo de penalidades.

¿Por qué la hemos expulsado? Pues aparte de ese afán justiciero, posiblemente una de las cosas que más han influido para ello haya sido algo como esa comida de tarro a Li en las terceras nominaciones. La secuencia resumida daba bastante la idea de que se había desarrollado durante un periodo de tiempo bastante extenso, pero enlazándola con lo vivido en el directo, me hace poder asegurar que estuvo horas, repito horas, en el dormitorio intentando que nominase según su voluntad, lo cual consiguió. Pienso que ese afán manipulador, tan burdo y egoísta, ha contribuido mucho a llevarla fuera de la casa. Personalmente coincido con Milá en que Ana no sabe escuchar, aunque lo que más ha hecho tambalear mi apoyo a la misma ha sido que no he visto cariño en ella. El trato hacia sus compañeros ha sido de respeto hacia Mirentxu (de la que se mostró decepcionada anoche tras descubrir que le deseaba a Loli que pasase a la casa nueva o dijera que no la entendía) y exigencia a los demás (y también a la septuagenaria).

El cariño que le he visto a Ana ofrecer a los demás ha sido un poco de abuela, un cariño de aquel que no debe demostrar tenerlo, el del que está hastiado. Besos y caricias tan fugaces como insinceras. Anoche no tenía palabras de cariño para nadie, lo cual me da pena porque pienso que no se ha dado cuenta que en definitiva es lo único que permanece finalmente en el tiempo. Lo demás se lo lleva la corriente. No obstante, me dio pena ver su rostro de inmensa pena cuando le fue comunicada su expulsión. Es inevitable para mí no asistir a un momento como ese notablemente impresionado por el gesto de decepción y sufrimiento que he visto en Germán, o en la misma Ana, cuando se han visto expulsados de ese purgatorio donde esperaban una subida al cielo que nunca tuvo lugar.

Con las tres nominadas en la sala de expulsiones lo primero fue el paso de Loli a la casa nueva, donde fue recibida con entusiasmo por Iván y con decepción por Carlos 'soylapera', el cual pensaba que se iba a lanzar a su cuello y al no ser así acusaba luego a su enemigo de haberle adelantado sin poner el intermitente para ser el primero que besase a Loli en el momento de su acceso al cielo de Guadalix. Luego le comunicaron a Ana su expulsión, y lo que vino después fue un periodo de una hora y media, o quizá más, en el que hicieron aguardar en esa calurosa sala a una Almudena que probablemente de tanto sudar perdió kilos de peso, como el grandioso Fernando Alonso en su monoplaza. Finalmente, la pobre fue engañada, ya que al escucharla insistir en su teoría de la existencia de una tercera casa, o una granja (invento que viene de que en el jardín huelen a vacas, según parece), le dijeron que efectivamente iba a esa supuesta granja, haciéndola salir por otra puerta para despistar. Su entrada en la casa luxury repitió la estampa de la anterior, con unos contentos y entusiasmados, mientras otros estaban solamente contentos.

Ya cuando supieron que había tres nominadas, lo cual les contó en seguida Loli, pensaron en la posibilidad de que les metieran también a la otra que no resultase expulsada. Gema se niega a pensar que eso puede pasar, escenario horrible para ella porque se trata de dos bocas más que alimentar, y además que vienen de pasar un hambre canina en la casa vieja (ayer no les llevaron la compra hasta las ocho y pico, con lo cual apenas pudieron picar alguna cosa). El rostro de la 'estricta' esposa demostraba su malhumor durante toda la noche, contrastando con la de su 'temeroso' marido, que recibía las nuevas incorporaciones con alegría. Por cierto, que no he dicho nada antes, pero la última discusión fuerte entre Gema y Carlitos me ha parecido de una verdad tan cruda que me ha llegado a impresionar. Siempre he dicho que Gran Hermano es muy de verdad, pero pocas veces he sentido una realidad tan descarnada como esta, quizá porque ellos han arrastrado dentro de la casa un problema de la 'vida real'.

Y lo de las nominaciones de anoche. Hicieron pacto, 'código cinco' o como lo quieran llamar, algo que la 'organización' no podía consentir. Me hizo gracia ver como acudieron después al 'confe' a protestar y les respondieron que en el contrato firmado por ellos figura con claridad que no se pueden pactar las nominaciones. Es algo que siempre me ha sorprendido, y es que la mayoría firman sin habérselo leído. La solución a la situación planteada fue ingeniosa, ya que acudieron a la 'casa 10' para que eligiesen ellos por consenso dos nominados, algo que hicieron sin medias tintas, planteando con claridad que elegían a Gisela porque la quieren con ellos y a Li por todo lo contrario.

Lo más gracioso es que presumiblemente les puede salir mal el tema, entrando a vivir con ellos la 'muy china' y marchando a tocarse el pelo a casa la canaria. Si he de decir la verdad, me gustaría esta solución, solo fuera porque Carlos H. se llevara una nueva gran decepción. Si debemos atenernos a lo que dice nuestra encuesta, que ha acertado las tres expulsiones anteriores (en las dos primeras no tuvimos), así será, es decir, se irá Gisela (con 600 votos se lleva el 60% frente al 40% de Li). A estas horas, aún siguen preguntándose cómo es que están ellas dos nominadas si han hecho pacto, aunque fue la china quien antes dijo que posiblemente habían nominado otros para evitar que salieran los cinco a la palestra, pero no le hicieron caso. La casa nueva espera a Li, que vayan guardando cuchillos y objetos punzantes en general.

[Dejo vídeo del momento de la expulsión de Ana, que puedes ver también en MiTele, de donde te lo puedes llevar a tu web o blog, así como enviarlo a un teléfono móvil. Por cierto, hoy se abre el plazo de votaciones de los Premios 20Blogs en su tercera edición, con lo cual el que tenga un blog inscrito puede ya votar por este blog o a otros de esta casa. Lamentablemente no dejan votar al público lector que no tiene un blog inscrito en esos premios.]