Tomás Blanco.
8.00 h: Buenos días a todos.
Los zagales están asobinando. Supongo que el Súper no les abrasará con el reguetón hasta las 9.37, así que me quedo en stand by hasta que despierten. Voy a hacer café y a ver si me agencio una aspirina o algo.
9.00 h. Todos dormidos.
9.37 h: Pues no. Hoy no hay reguetón despertador.
10.00 h: Todos dormidos.
10.13 h: Eduardo en la cocina, tomando un café. Le pregunta al Súper si cambia de pilas, pero el Súper en su omnipotencia decide no responder. Eduardo sale al jardín.
10.16 h: Porque el Súper es así, amigos, responde cuando él quiere, así que ahora que Eduardo está abutronao tan ricamente con su café en una silla del jardín le dice que sí, que tiene que cambiarse las pilas.
10.35 h: Eduardo termina el café, se recuesta en la silla y sufre un ataque de narcolepsia en vivo y en directo:
10.45 h: Eduardo se despierta en claro estado de desorientación. Se levanta de la silla y se queda parado. Mira alrededor. Después, ve la taza del café. Tarda, pero termina reconociendo el objeto. Tras reflexionar brevemente y en silencio sobre la ontología de las tazas en particular y la cubertería en general, se lleva el artefacto a la cocina y se pone a fregar.
11.00 h: Suena el reguetón en la Casa Homo Erectus. Afortunadamente, desde el jardín apenas se escucha. Óscar es el primer en levantarse pero en cuanto dice "Hola", cortan a la Casa Púber. Cata dormida.
11.10 h: Casi todos despiertos. Atontamiento general. Destacar que Dámaso ha "dormido mal",el pobre, porque "ha tenido un sueño de cuchillos o éso".
11.20 h: El personal sigue asobinao. Julio se tumba en el sofá. Joaquín es el más hablador.
11.30 h:
-Que tengo una paranoia, tronco, que me ha pasao una movida que creía que ya me había pasao -dice Jotha.
-Eso es una movida mu rara que te hace la mente, que ves algo que ya habías visto. Pero igual es algo de hace 10 años o así -señala Julio.
-Se llama dejavú -dice Jotha.
Delicioso debate y disertación sobre la paramnesia.
11.40 h: A fregar. La mayoría siguen medio dormidos.
11.55 h: Óscar y Marcelo hablan de otro concursante, no sé de quién. El concursante X, vamos a llamarle. Según Óscar, el concursante X iba a nominar a Marcelo antes, pero ahora no. A Marcelo le da igual. Él va a nominar a X independientemente de lo que X decida. Óscar, con otra de sus célebres camisetas con escote, le dice que bien, que eso es lo que tiene que hacer, no en vano, es lo que piensa hacer Óscar himself. Esto es lo que han dicho. Lo que a mí me ha parecido es que X es Julio y que Óscar está intentando convencer soterradamente a Marcelo para que no lo vote.
12.05 h: Confirmativo: X es Julio. Marcelo alega que: "Julio me cae bien", pero que lo nominará por "cuestiones de convivencia".
Ya. Esta jugada ya nos la sabemos.
El caso es que Marcelo cree que no es el "más débil" de la casa y que se lleva bien con todo el mundo. Óscar asegura que él también se lleva bien con todo el mundo. Acto seguido sufre el enésimo esguince cerebral y acusa a Marcelo de lo mismo que Óscar acaba de decir sobre sí mismo: como Marcelo se lleva bien con todo el mundo: "eres neutro y eso te deja en una mala situación".
12.15 h: En la Casa Púber, las adolescentes (y Rubén) ya se han despertado y hablan de sus cortes de pelo y sus maquillajes y demás complementos. En la Casa Homo Eréctus, Marcelo se destapa como un ultra del Málaga y canta canciones de amor con la emoción vibrándole en la garganta: "Ser malaguista es un sentimiento que no se explica se lleva muy adentro".
Nainonai
-Nosotros nos ponemos arriba y cuando marca el Málaga, mira, nos echamos to's a correr pa'bajo y nos llevamos a todos por delante y la gente se cae... ¡Buah!
Donde "buah", en el lenguaje internacional de las onomatopeyas significa: "lo pasamos estupendamente". Esto es: lo pasamos estupendamente llevándonos a la gente por delante y pasándoles por encima, y de paso gol del Málaga.
12.25 h: De vuelta en la Casa Púber.
Pregunta: ¿Cuantas concursantes caben en el baño de GH?
Todas, efectivamente.
Las consecuencias son nocivas: han debido de aspirar demasiado esmalte de uñas y están a punto de entrar en el primer brote psicótico de la edición: cantan canciones (cada una la suya) se depilan las cejas (las suyas y las de las otras) se secan el pelo (el suyo y el de las demás) y se restauran.
Todo al mismo tiempo.
En la cocina Rubén aprovecha para meterse un poco con alguna de las cantantes, que "canta mucho". Que a él no le importa, ¿zabe?, pero "a la gente de fuera igual le molesta", porque él lo dice por la "experiencia de mi madre, que canta muso y no me deja escuchar las conversaciones de los demás".
Esta también nos la sabemos.
12.35 h: "A partir de mañana", Terry no piensa "comer más hidratos" porque se está "poniendo como una vaca", además "no cago, y comer, comer, comer, al final me voy a hinchar como una pelota".
Acto seguido anuncia que esos platos "ya los frego yo". Cualquiera diría que si conjugas mal el verbo "Fregar" tienes más posibilidades de pasar el casting
13.00 h: Ya me extrañaba a mí que no hubiese habido ningún problema en toda la mañana, así que volvemos a la normalidad. Veo que también vosotros tenéis problemas para poner mensajes (ahora los leo: se agraden la compañía y los bocatas de jamón. Los piropos también, qué coño).
En fin, siento el incordio. A ver si lo arreglamos pronto y podemos hablar más.
Bien, en los minutos de pavor absoluto en los que he creído que había perdido todo el texto, no ha pasado nada significativo, pero se me han escapado un par de conversaciones graciosas. Un debate sobre un tal "Raphael de la Guetto", cantante músico-vocal, que tomó su nombre de un personaje del Príncipe de Bel-Air (ni idea), y hemos conocido algunas de las preferencias musicales de Óscar, como M.C. Hammer ("el que puso de moda los pantalones bombachos"), Vanilla Ice o Snap. Una insólita conversación sobre política entre Yago, Joaquín y Eduardo (ensartando un tópico con el siguiente), cortada por el realizador que, en su omnipotencia, ha preferido llevarnos a la Casa Púber para que escuchar a Terry hablando de sí misma, como de costumbre.
13.15 h: En este momento, Patricia, Flor y Mireia se restauran en el baño. Hablan de cortes de pelo. Es algo así:
La de tiempo que te ahorrarías con una melenita, tía.
Yo una vez lo llevé corto como un varón. Me lo peinaba así, con gel, en 5 minutos, tía. Pero tiene que ser un corte súper sexy, ¿sabes?
Pues yo una vez me lo corte muy cortito y a mi padre casi le da algo, tía, te lo juro.
13.30 h: A Jotha le gusta el reguetón porque lo hace "gente de la calle". Joaquín está un poco agresivo con el zagal: "Sí, criminales, asesinos..." Jotha contemporiza: "sí, pero gracias al reguetón han salido de la calle". Joaquín sigue a lo suyo: han salido de la calle pero siguen siendo criminales y asesinos. Jotha viene a decir que de todo hay en la viña del Súper, pero Joaquín insiste hasta que Jotha termina dándole la razón: "rollos hay, si los conciertos muchas veces terminan en tiros y to". Joaquín no tiene bastante con la rendición de Jotha y necesita calzar una última frase: "en los conciertos se aplaude ¿no? Tiros no se pegan ¿verdad?".
Dámaso y Yago imaginándose a sí mismos en platós de televisión, con ex Grandes Hermanos criticándoles: "Mira, déjame, no me rompas la cabeza", le dice Yago a un ex Gran Hermano imaginario. "Tampoco a mí me gusta que me rompan la cabeza, pero si hay que hablar se habla", dice Dámaso.
13.40 h: Ver la Casa Púber a estas horas de la mañana es como ver un de esos documentales en los que unos monos monísimos se acicalan unos a otros. Lo insólito del asunto es que se pueden pasar horas hablando de pelo: peinados, depilaciones, bigote, raíces, mascarillas hidratantes, gel y así sucesivamente.
13.50 h: En la Casa Homo Erectus los muchachos en el jardín y Dámaso cantando una copla (con la letra más demencial que pueda imaginarse) sobre un joven muchacho español que toma vino español en tierras extranjeras y se acuerda de España, porque España es lo más grande, y que, poco a poco, va entrando en una espiral depresiva de la forma más tonta. No escucho la última estrofa, pero apuesto a que el joven español acaba en un supermercado con una recortada, disparando sobre mujeres y niños sin pidad alguna.
Bueno, bueno, bueno. De pronto, Julio el feroz, pega un grito de nena y sale disparao. Alguien dice: "Julio se ha asustado de una avispa". Y Julio dice: "No. Era un abejorro así. Eso te pica y te entraaa....".
Antes tragarme la sangre que tragarme el orgullo. Y tal.
14.00 h: Los muchachos siguen cotorreando en el jardín. En calzoncillos, porque yo lo valgo. ¿Es Eduardo el que está fumando un pitillo asomao a la puerta del jardín? Joaquín canturrea y de paso se la tira a ¿Eduardo? como de cachondeo, pero tirándola a fin de cuentas: "fumar puede matar", en referencia a el letrerito que ponen las Autoridades Sanitarias en los paquetes de tabaco (acabáramos, también los coches pueden matar y no veo yo que vengan con ningún letrerito), y vuelve a canturrear la copla de Dámaso. Damaso está encantao, ni que decir tiene.
Corte a la Casa Púber. Las chicas siguen hablando de pelos.
Patricia canta.
Rubén hace pesas.
Terry da la brasa.
Lo normal.
14.10 h: Ya hay hambre en la Casa Homo Erectus. Varios muchachos, trastean en la cocina. Yago vacila un poco a Julio. "No haces ni puto caso al Coplas en toda la semana y le llevas un trozo de pan para desayunar el día de las nominaciones", y añade con voz de pito y recochineao: "¡Coplas! Te traigo el desayunoooo". "Te equivocas, mi táctica no va por ahí", dice Julio. Y Yago dice con la misma voz de pito: "No quiero comprar tu voto, sólo quiero que comas bien".
Minipunto.
14.25 h: Primer conato de bronca a cuenta de la comida. Anup está comiendo una tortilla francesa y pan de ayer con mermelada y mantequilla. Julio se acerca y le dice que a ver qué pasa. Anup se endemonia. Argumenta que él ha comido menos que los demás. Julio precisa un poco más: ahora que hay restricciones no entiende que Anup esté comiendo justo cuando están a punto de preparar la comida para todos. Pero ya es tarde: Julio le ha entrado mal a Anup, Anup se ha amorcillao en tablas y de ahí no le sacan. Que no, que no ha comido casi nada y no está de humor para "escuchar tonterías" que si "abuso de la comida". Julio lo vuelva a intentar: no quiere decir que Anup abuse de la comida, quiere decir que, hasta la fecha, unos habrán comido más que otros, pero nadie ha dejado de comer, todos han comido lo que han querido. Pero ahora, al no pasar la prueba, van mal de comida y sería conveniente empezar a racionar. Pero Anup sigue endemoniao y vuelve con lo mismo.
Nos vamos a la Casa Púber.
14.40 h: Las chicas (y Rubén) en el jardín. Tomando el sol o haciendo ejercicios anticelulíticos o limándose las uñas o las tres cosas al mismo tiempo, no sé.
Para describir la situación, tomemos la parte por el todo; Lydia pregunta: "¿Bueno qué? ¿Y esta noche qué nos ponemos?"
14:50 h: Patricia cantando. Lydia contando un sueño a Rubén. Rubén haciendo pesas y aguantando el tirón. Luego las muchachas hablan, otra vez, de la ropa que van a ponerse esta noche.
Ojo al mensaje:
15:00 h: ¿Cómo contar esto? A ver... Lydia le pide al Súper un mono titi, como si no se desparasitasen ya bastante las unas a las otras. Ruben dice:
-Y yo quiero un totó. El de mi novia.
-Pero el titi va a dormir conmigo -dice Lydia.
-Si yo tuviese un titi, tía, sería lo más. Le pondría vestiditos, le daría el chupetito, le acostaría conmigo en la camita -dice Patricia.
-No no, si nos traen el titi, duerme conmigo -dice Lydia.
-Es que están monísimos con la ropita, tía.
Y, aunque parezca mentira, os aseguro que siguen así un par de minutos. Noto que empiezo a respirar con dificultad, amigos. Mucho me temo que voy a tener que dejarlo aquí. Os dejo con Paul que viene más fresco. Hasta mañana.