La trufa blanca, bocato di cardenale

telecinco.es 30/09/2010 13:26

Tras este engañoso luminoso, se esconde uno de los mejores “ristorantes” de Madrid, “Don Giovanni”. Pregunté por este singular luminoso a su verdadero artífice y propietario, el sin par Andrea Tumbarello y me respondió que había pagado una fortuna para que le fabricarán el mismo cartel con el que se instaló en la capital hace ahora media década. Andrea tiene un inmenso cariño a este lugar ( Paseo Reina Cristina, 23. 91-4348338) , la casa madre, del pequeño imperio que Andrea ha creado en Madrid. Por eso no es de extrañar que ante la necesidad de cambiar de luminoso, por el deterioro que sufría, decidiera encargar uno exactamente igual al original. Aquí empezó este inquieto chef, que posteriormente se hizo cargo de varias trattorias, en concreto la Trattoria D’G situada en el barrio de Chamartín (c( Balbina Valverde, 28. 91-5644162) y la de la calle Juan Bravo (c/ Juan Bravo, 12. 91-5771662) donde está asociado con el antiguo cocinero de Balzac, César Martin, para muchos el chef que mejor interpreta el otoño por su talento a la hora elaborar platos basados en la caza y las setas. Últimamente asesora también todo un clásico capitalino, “El Amparo” e incluso se ha atrevido a llevar sus técnicas culinarias a todo un lujo de hotel, el Hotel Finca Cortesin, en Marbella. Aprovechando que estamos en la época perfecta para degustar la trufa blanca, no dudé en visitar a Andrea, que me recibió con la cordialidad y profesionalidad que siempre le ha caracterizado.

Con un cóctel hecho a base de grappa de prosseco, una grappa espumosa y jugo de sandia fresca, Andrea me habló de su pasión por la trufa blanca que casi a diario le sirven, desde el Piamonte italiano, el único lugar del mundo donde se puede encontrar. Cada año visita la localidad piamontesa de Piobesi d’Alba, donde me asegura se localiza, desde ahora hasta mediados de Diciembre, la mejor trufa blanca del mundo. Y es de este lugar desde donde a precios astronómicos, cosa lógica por su escasez, le sirven esta auténtica joya gastronómica. Me enseña una factura en la que consta que ha pagado más de tres mil euros por un kilo de este manjar.

En esta época, Andrea elabora un menú elaborado con esta “delicatessen”. Todo el menú que probé llevaba unas esencias tremendamente aromáticas de trufa blanca que Andrea ralla de la pieza de trufa para que, delicadamente, las virutas de trufa caigan sobre el plato. Nada más sencillo y genial que un huevo de corral en su punto con trufa o unos sencillos tagliatelle de paste fresca que elabora en el propio restaurante. Hasta el postre, una deliciosa panacota, sabe riquísima con un poco de trufa blanca por encima. Aquí tenéis las fotos.

Este emprendedor y honesto chef italiano, que ha conseguido poner sus restaurantes completamente de moda, con llenos a diario a pesar de la crisis, no tiene más filosofía que usar los mejores productos y tratar que no pierdan sus tremendas cualidades a la hora de cocinarlos. Por eso nos hizo probar el que asegura es el mejor aceite italiano, el “Manni”, que estaba francamente bueno,

Lo mismo pasa con el vino. El restaurante tiene una amplísima carta de vinos, donde sobresalen, lógicamente los italianos. Me recomendó un Barolo 2004 de la bodega Aldo Contorno que, por su origen también piamontés, maridaba perfectamente con el potente sabor de la trufa.

Tras los postres, el restaurante cuida muchísimos los cafés, cosa que se agradece, y ofrece un completo surtido de licores. Si sois amantes del gin tonic, disfrutaréis de lo lindo. Andrea atesora en su bar más de 120 ginebras y 7 tipos de tónicas diferentes. Al entrar al restaurante a la izquierda podéis ver el frigorífico donde las mantiene frías.

Licores, vinos, aceites sublimes y cocina italiana, sencilla y sin alharacas, elaborada con el mejor producto. Pocos secretos, a priori, pero sólo a priori. El verdadero secreto lo guarda celosamente este gran chef transalpino felizmente afincado entre nosotros.