Una dorada salvaje

telecinco.es 09/02/2010 09:33

Manolo tiene siempre echadas las cañas.

Vigila casi todas las horas del día que la doradas no se le coman las crías de mejillones y escupiñas: su sustento y el de su familia desde que tiene uso de razón. Las conoce como si las hubiera parido pero le siguen engañando más de lo que el quisiera.

Aquella mañana del pasado Agosto, el sonido inconfundible del hilo de nylon le alertó de que había picado algo gordo. El agua se movía en remolinos y él no se alteró; la dejó ir, le dio confianza. La dorada creyó que aquel mejillón inmenso que se había tragado de un bocado, era el mejor botín de un día que tan sólo acababa de empezar. Ella no sabía que llevaba la muerte dentro.

Manolo la fue acercando a la orilla, la engañaba, la dejaba alejarse y la volvía a acercar suavemente hasta que el animal debió comprender que se había metido en una trampa. Luchó hasta el último suspiro pero Manolo la conocía muy bien y con toda la delicadeza de que fue capaz para que no huyera en el último instante, la cogió con el salabre, me miró con la sonrisa en sus ojillos y la subió a la barca. La dorada era grande, pesó casi dos kilos y brillaban sus saltos inútiles en el fondo de aquella barquita: "un enemigo menos".

Manolo tiene un cuerpo parecido al de Piero. Nunca ha hecho gimnasia ni ha corrido sobre una cinta. Todo su cuerpo es fibra perfecta. Manolo cumple años pero no se los notamos. Es el pescador más habilidoso que conozco. Le gusta explicarse pero puede permanecer en silencio cuidando sus cuerdas de mejillones todas las horas del día, todos los días del año.

Sólo se cobija del sol cuando los limpia para llevarlos al mercado.

Sobre las marisqueras mantiene el equilibrio como el mejor campeón de windsurf. Sus piernas, siempre debajo de esos tejanos ajados, pueden aguantar todos los movimientos del mar sin llegar a desequilibrarle nunca.

Manolo es mi vecino y mi amigo. Su vida es el cultivo de mejillones y cuando le preguntas qué le gustaría hacer si no trabajara dice que pescar, que lo que más le gusta es pescar, pescar y bailar.

Manolo es tan buen bailarín como pescador y en el puerto de Mahón le quiere todo el mundo.

Manolo acabaría con el cuadro en MQB, ese programa que empezará mañana en nuestra cadena y al que desde aquí deseo todo el éxito del mundo. Pilar Rubio, Belén Esteban, Toni Cruz, Mainat, todos merecen recibir vuestro apoyo y así espero que ocurra.

Si la tele no fuera como es y Manolo pudiera participar en este concurso que me gusta tanto, si pudiera abandonar por unas semanas el mar y sus secretos, les ganaría a todos, se llevaría el premio final. Manolo es imbatible porque tiene paciencia y observa, mira con atención y no conoce la avaricia.

Hoy me he topado con esta foto y mi blog le rinde homenaje. Manolo es, por encima de todo, muy buena gente y en estos tiempos que corren no es fácil toparse con un ser humano de su categoría.