La fuerza de la televisión y la literatura

telecinco.es 17/02/2009 09:17

El tigre es un animal salvaje y, por lo tanto peligroso pero... consiguen domarlo.

Cuando lo acaricié no pensé en ningún momento que podía arrancarme una mano de un zarpazo. Lo acaricié y a él le gustó. Estoy segura de eso.

Esa noche grabamos un programa de T5 que, por desgracia, ya ha desaparecido de la parrilla: Guinness records. Lo hacían amigos y me dio mucha pena que no lograra superar la audiencia suficiente para sobrevivir. De ese programa me llevé dos medallas y la caricia al inmenso tigre. No lo olvidaré jamás.

He estado un poco desaparecida con mi bocadillo de salchichón de Vic... En parte por descanso y en parte porque Stieg Larsson me sacó de la circulación.

Supongo que los que hayáis leído o estéis leyendo 'Los hombres que no amaban a las mujeres' o 'La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina', me entenderéis perfectamente.

Son dos de los tres libros que componen la trilogía 'Millenium', ese best seller que el escritor sueco escribió sin verlos publicados. Murió muy jóven de un infarto de miocardio y sus amigos ya empiezan a hacer correr la leyenda de que su muerte no fue accidental sino producto de lo que en esos tres libros denuncia.

Sólo os diré que son libros-imán: te enganchan y no hay escapatoria.

No creo que nadie los considere literatura de primera clase pero estoy segura de que cualquier editor daría una mano por haberse hecho con sus derechos.

Lisbeth Salander, su protagonista, es sencillamente fascinante, no digo más. Tendremos tiempo de comentarlos cuando vosotros queráis.

Esta noche termino el segundo y con esa seguridad, he sacado fuerzas para ponerme al Bolo, sólo con ella.

En estas dos semanas tan sólo una serie de televisión logró captar mi atención y arrancarme de estas páginas adictivas: "23F" en la Primera de TVE. Maravillosa serie documental de ficción que enfoca una certera linterna a ese capítulo de nuestra historia reciente que podía haber echado por tierra la ardua construcción de nuestra democracia.

Los responsables de esta obra de arte supongo que habrán recibido docenas de flores de la familia Real; no hay palabras para agradecer su aportación a ese día aciago. Han logrado que unos espléndidos actores reflejen a la perfección lo que sólo en los libros habíamos podido leer: qué pasó aquella noche de Febrero del 81 y cuál fué la intervención de Don Juan Carlos y los demócratas para acabar con el golpe de Estado de los militares fascistas.

Todos hemos oído dudar del comportamiento de nuestro Rey pero nadie había logrado ser tan eficaz en su retrato como los autores de la serie que en dos capítulos dejaron todas las cosas en su sitio. Los Reyes, sus hijos, Sabino Fdez Campo, los subsecretarios, los militares leales, los periodistas y todos los que tuvieron especial protagonismo ese día y noche del 23 de Febrero, deben estar impresionados de lo que nos mostró la Primera.

No me extraña que la gente siguiera la serie en masa: nos hablaban de lo que muchos españoles vivimos con el corazón encogido y lo hicieron como sólo los ingleses saben hacerlo. Guionizaron la historia y nos pegaron a las pantallas de la televisión.

A mí me parece que el Rey haría muy bien en reconocérselo y, como han hecho tantos antepasados suyos, conceder a sus responsables un título nobiliario que premiara tantas cosas puestas en su sitio.

Ese día el Rey aseguró su continuidad en España defendiendo con uñas y dientes nuestra Constitución, fue un antes y un después en su reinado y hasta ahora seguían quedando dudas: desde la semana pasada se han disipado para siempre.

¡Gracias compañer@s por un trabajo absolutamente espléndido!