Los gemelos de Sandra

telecinco.es 30/06/2009 16:17

Estos dos cachorritos apartaron a nuestra Sandra por unos meses de todos nosotros. En medio del embarazo le dieron un susto a sus papás y el médico le pidió a ella que dejara la oficina y se quedara a reposar en la cama. Uno de los dos no se alimentaba bien y corría peligro de quedarse pequeñito al lado de su hermano que aumentaba de peso sin parar. Todo se arregló y nacieron Darío y Adrián.

Al principio nuestra Sandra tuvo mucha faena con el sacaleches arriba y abajo porque tenía que visitarlos en la incubadora y darles sus biberones, pero hace unos días han salido ya del hospital y viven en casa. Esta foto es un pequeño ejemplo de su relación: se pasan el día mimándose el uno al otro mientras su madre lleva puesto, permanentemente, un babero para no manchar por la emoción y felicidad todos sus trajes. A Sandra la echamos mucho de menos en la web, pero con semejantes criaturas en casa, nos tenemos que aguantar y esperar a que sean suficientemente grandes para que ella vuelva a ser nuestra.

Darío y Adrián conocerán un mundo muy distinto al que tenemos ahora. Seguramente cuando ellos puedan escribir un post todo esto sea ya agua pasada y quizá tan sólo imaginándolo estará ya colgado en una superweb.

Cuando ellos cumplan 18 años es muy probable que no necesitemos más el petróleo y la energía sea limpia y barata porque hayamos logrado descubrir el mecanismo de la fisión. Los países que ahora se revuelcan en el oro se habrán tenido que bajar de sus petrodólares y no nos escandalizarán más con sus excesos ni tendrán la llave de nuestras economías.

Cuando ellos puedan votar, los políticos españoles habrán tenido que hacer una buena limpia, y se tendrán que presentar a las elecciones, buscando con nuevos mecanismos el voto de los ciudadanos; ya no valdrá una lista cerrada, habrá que ganarse el puesto puerta a puerta y cumplir.

Seguramente sufrirán por enfermedades nuevas pero a su vez ya no lo harán por el cáncer, el sida o el Alzheimer.

El tabaco aunque seguirá fumándose ya sólo lo harán quienes enciendan un cigarrillo sin obligar a metérselo en los pulmones a los demás en ningún sitio público. Será un vicio muy caro y muy mal visto. Hoy quiero mandar fuerzas y felicitaciones a los que lo estáis dejando a través de mi compañera Montse Domínguez que el otro día me comunicó que estaba en ello y que cuando le costaba superar la tentación, se acordaba de mi. "¡Me tienes que mandar ánimos!" Pues aquí os los dejo.

Para ellos el amor seguirá siendo un gran misterio y sufrirán y gozarán como siempre se ha hecho, eso no cambiará nunca.

Y por encima de todo tendrán la suerte de haber nacido en una familia que les podrá dar lo que consideren necesario para que se crien sanos y puedan recibir una educación que les arme para la vida. Ellos han tenido esa suerte y tendrán que luchar para mejorar la vida de los que no la han tenido, eso tampoco cambiará. ¡Bienvenidos pareja de mimosos!

Hoy añado un par de comentarios más:

"Agustínhermano", cuidador de enfermos que te preguntas quién nos cuidará a nosotros, te aseguro que leo lo que escribes con "tanta ilusión", como tu dices.

"Naiali": no tuve agujetas después de ir en la silla de ruedas en el "Diario de...", no las tuve para mi propia sorpresa!

"Inma M": soy razonablemente feliz y eso no me hace cerrar los ojos a las cosas que pasan y que necesito comentar o denunciar. Te agradezco tu preocupación.

"Ion-Laos" nos recordabas que había sido el día de la ELA; te copio el mail que me mandó mi compañera Teresa Gallo de "Dd" cuando le pedí noticias de Manuel.

"He hablado con Magdalena, la madre de Manuel. Te mandan los dos un abrazo enorme.

Me ha dicho que la salud de Manuel sigue más o menos igual pero que la relación con su hija ha mejorado mucho. Hablan con ella muy a menudo y con mucha normalidad. Los padres se organizan bien para las visitas y están todos muy contentos. La niña irá a Santander en junio y se quedará hasta que ella quiera. Allí tiene amigas y se lo pasa muy bien. Además, Manuel y Magdalena le organizan muchos planes para que disfrute al máximo de sus vacaciones en Santander."

Para terminar sólo un comentario más. Escribís algunas veces que el Bolo ya no es lo que fue y yo, francamente, no os entiendo. El Bolo va cumpliendo meses de vida y va tomando el camino que entre todos le marcamos, como decís también alguno de vosotros. Es un ejemplo de algo que nadie controla, tan sólo nos permitimos prescindir de los comentarios vejatorios, y que por lo tanto resulta imprevisible.

A mi me gusta así y , aunque entiendo la nostalgia, prefiero observarlo como algo vivo y con futuro. Yo lo veo bien, qué queréis que os diga!