Las higueras

telecinco.es 25/08/2008 12:14

Hace días que han madurado los higos en las higueras. Esos árboles que se defienden de los vientos retorciéndose sobre si mismas. Me gustan las hojas limpias y caducas de las higueras pero lo que espero con deleite son sus frutos. Los higos maduros son imbatibles. Si uno tiene suerte los alcanza sin problemas a la altura de los ojos. Eso quiere decir que es una higuera que nadie toca, pero no suele ocurrir. Lo habitual es que los mejores estén tan altos que sólo utilizando una herramienta especial los alcanzas. Esa es la herramienta que confeccionamos ayer en mi casa. Os la pongo en la fotografía para que disfrutéis de los momentos de felicidad que me va a dar a mi cuando esta tarde la utilice para llegar a los inalcanzables. Es una simple caña larga que termina en cuatro dedos que sujetan una piedra atada con un cordelito.

Es una vieja herramienta, como tantas confeccionada por los agricultores, que suelen dejarla apoyada en el árbol y la utilizan con suma destreza.

Los higos que más me gustan son los verdes llenos de estrías, muy maduros. Son dulces y suaves y si das con uno que tenga una gotita de miel entonces sabrás lo que es un manjar de dioses. No digo que no a ninguno porque los coll de dama, también tienen medallas pero si me hacéis elegir me quedo con los verdisots, como les llamamos nosotros.

Las herramientas son bonitas porque son útiles. Mi tio Miguel Milá, un diseñador genial de todo tipo de objetos para la casa, siempre las coleccionó y nos explicaba que sólo si es útil es bonito aunque parezca feo la primera vez que lo ves. Me he fijado siempre en los objetos que utilizan las manos de los que se ganan la vida con un oficio que necesita herramientas. Me fascina observar sus formas y la aplicacion de la inteligencia a la madera, el hierro o la piedra. La caña de hoy es quizá la más simple de esas herramientas pero se convierte en la más preciada cuando alcanza, sin dañarlo, ese higo altanero que creía que sólo los pájaros disfrutarían de su carne de miel.

En estos días de dolor y espera parece como si las cosas más sencillas son las únicas que logran hacernos sentir. Se podría hacer una lista con esos mini placeres y seguro que entre todos confeccionaríamos un puzzle de serenidad. Subir la última cuesta tras el recorrido diario de bici sabiendo que ya todo será bajada hasta la ducha, es otro de esos momentos. Herramientas y momentos, esa es hoy mi propuesta.