Este mensaje lo ha enviado esta mañana nuestro compañero Javier Preciado Llevamos varios días vigilando el teléfono. Aunque hasta que no le veamos salir por la puerta de la T4 en Barajas, no celebraremos este triunfo, sí quiero hoy haceros partícipes de nuestra alegría.
Algun@s recordaréis que en 'Diario de...' hicimos un programa sobre padres y madres coraje. Letizia Moracho era una de esas madres. Su historia, como la de tant@s otr@s españoles en sus mismas circunstancias, era terrible: su hija de nueve años, Sara, había sido secuestrada por su padre iraquí que se la llevó a Basora donde ha vivido los últimos dos años y medio en el epicentro de esa guerra que todos conocemos. La madre hizo todo lo que su mente pudo imaginar para recuperar a su niña. A punto estuvo de volverse loca pero la mano siempre fiel de un periodista la sostuvo en todo momento.
Cuando supimos de este calvario en el programa nos pusimos en marcha y en eso hemos estado desde aquel momento.
Javier, nuestro compañero, ha removido cielo y tierra; ha llamado a todas las puertas posibles incluyendo ejércitos de otros países presentes en Irak, la Interpol y, por fin, logró convencer a nuestro Ministro de Asuntos Exteriores para que colaborara en la recuperación de Sara. Por lo visto Moratinos ha echado el resto.
Todos los detalles de esta historia dramática los podréis ver en uno de nuestros programas dentro de algunos días pero yo hoy entresaco un matiz que me altera: Sara no supo hablar en español con su madre cuando la vió por primera vez hace pocos días porque ya no lo recordaba. Un intérprete estuvo entre ellas.
El embajador de España en Irak, Francisco Elías de Tejada, ha sido vital para que mañana por la mañana madre e hija vuelen hacia Madrid con Javier. "Todo lo que te diga es poco para expresar lo que este hombre ha hecho. Le estaré agradecido toda mi vida" me dijo ayer por teléfono mi compañero. Habrá tiempo de hacerlo y de reconocer un trabajo delicadísimo que ha tenido un final feliz. Hay muchos detalles que desconocemos y hay mucha gente implicada pero hay una realidad incuestionable: Letizia ha recuperado a su hija y vuelve con ella a casa.
Aquella niña que un viernes de hace dos años y medio, salió con su padre a pasar el fin de semana y desapareció de la faz de la tierra, vuelve a Madrid de donde jamás debió ser alejada sin el consentimiento de una madre que sufrió la peor de las pesadillas durante 36 interminables meses. Cuando pienso en tantas imágenes de destrucción, bombas y muerte vistas por televisión en todo este tiempo allí donde Sara pasaba sus días...
Ahora habrá que empezar de nuevo. Los vínculos entre ellas han cambiado y las dos tienen derecho a regenerarlos como mejor sepan. Ojalá lo logren y entre todos se lo hagamos fácil. Sus hermanos la esperan con los brazos abiertos.