Nadie sospechaba de Beatriz, una auxiliar de enfermería dedicada y cariñosa con sus pacientes, pero ahora tendrá que responder por dos delitos de asesinato y uno en tentativa. Se enfrenta a una pena de 40 años de prisión en un juicio con jurado popular.
Las alarmas saltaron en el hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares. Tres pacientes de edad avanzada sufren un colapso provocado por una gran cantidad de aire en el sistema circulatorio y uno de ellos fallece. La Policía centra la investigación en el personal sanitario. En los tres casos estaba trabajando Beatriz, la enfermera conocida posteriormente como ‘ángel de la muerte’.
Los investigadores instalan cámaras en el pasillo donde ocurren los hechos y durante un tiempo no pasa nada, aunque coincide con una baja de Beatriz. Una vez incorporada, una paciente que iba a ser dada de alta al día siguiente muere en las mismas circunstancias. Beatriz no lo sabe, pero las cámaras la captan en la habitación de la víctima minutos antes de que fallezca.
A las 14:50. Beatriz llega al control de enfermería vestida con ropa de trabajo. A las 15:35, entra en la habitación 528 y se queda sola con la paciente varios segundos. Un minuto más tarde sale de la habitación y se va al final del pasillo. Instantes después vuelve a entrar y permanece dos minutos más en el interior de la habitación.
Las cámaras registran la salida de la presunta asesina a las 15:40. Siete minutos después, otra enfermera entra en la habitación y sale corriendo pidiendo ayuda tras encontrar a la paciente en parada cardiorespiratoria. Mientras, Beatriz permanece estática en el control de enfermería.