Un artista pasea disfrazado durante el confinamiento
Su disfraz estaba compuesto por 150 certificados que acreditaban su salida
Su vídeo en Facebook ya acumula más de 120.000 visualizaciones
Su objetivo era invitar a la reflexión
Su nombre es Maxime Matthys y ha desafiado al confinamiento. De origen belga, este artista reside en Rennes, Francia. Para fabricar su disfraz le bastó con 150 certificados que le permitían salir de casa durante la cuarentena. Tras colocarlos a conciencia por todo su cuerpo, el artista salió a pasearse por las calles de la ciudad francesa.
El propio Maxime publicó su acción en redes sociales. No se trataba de una provocación, sino de una actuación que él mismo bautizó como "Salir cubierto". En el vídeo que subió a su perfil de Facebook el pasado 23 de marzo, que ya acumula más de 120.000 visualizaciones, se le puede ver paseando libremente luciendo su disfraz. Quienes se cruzaban con él no podían evitar mirarle fijamente e incluso captar el momento con sus teléfonos móviles.
MÁS
Pero no todo iba a salir bien. En la grabación se puede apreciar cómo es parado por tres agentes de la policía, que le piden su documentación.
Sortez couverts Rennes, Mars 2020. #COVID19 #CONFINEMENTJOUR7 #StayHome #coronavirus #confinement #performance #OuSontLesMasques
Posted by Maxime Matthys on Monday, March 23, 2020
El artista se ha explicado en el medio France Bleu. Su objetivo era fomentar la reflexión representando "una metáfora de la situación actual y la loca política de salud pública: la cuarentena y el confinamiento son técnicas que se crearon en la Edad Media para combatir las epidemias como la peste o la lepra. En 2020, con las innovaciones tecnológicas, estamos utilizando técnicas medievales".
Pero el joven de 25 años no ha sido el único que se ha lanzado con esta iniciativa. Desde el inicio del estado de alarma hemos conocido varios casos de personas que aprovechaban estar bajo un disfraz para salir a la calle. Dinosaurios, astronautas e incluso el propio coronavirus se han paseado por diferentes ciudades. Una medida que puede parecer en un principio graciosa pero que, sin duda, supone el mismo riesgo que cualquier otra salida.