Ningún concursante se ha librado de los moratones ni del dolor
Caer bien desde un trampolín situado a varios metros de altura no es tarea fácil. Los concursantes de '¡Mira quién salta!' han sufrido las consecuencias del duro entrenamiento necesario para aprender a caer bien dentro de una piscina, llenándose de moratones y propiciándose más de un golpe en sus zonas más sensibles. Parece que a base de golpes aprende el hombre, y esto es lo que les está pasando a nuestros todavía inexpertos saltadores.
Ningún concursante se ha librado de los moratones ni del dolor
Caer bien desde un trampolín situado a varios metros de altura no es tarea fácil. Los concursantes de '¡Mira quién salta!' han sufrido las consecuencias del duro entrenamiento necesario para aprender a caer bien dentro de una piscina, llenándose de moratones y propiciándose más de un golpe en sus zonas más sensibles. Parece que a base de golpes aprende el hombre, y esto es lo que les está pasando a nuestros todavía inexpertos saltadores.
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Caer bien desde un trampolín situado a varios metros de altura no es tarea fácil. Los concursantes de '¡Mira quién salta!' han sufrido las consecuencias del duro entrenamiento necesario para aprender a caer bien dentro de una piscina, llenándose de moratones y propiciándose más de un golpe en sus zonas más sensibles. Parece que a base de golpes aprende el hombre, y esto es lo que les está pasando a nuestros todavía inexpertos saltadores.
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Caer bien desde un trampolín situado a varios metros de altura no es tarea fácil. Los concursantes de '¡Mira quién salta!' han sufrido las consecuencias del duro entrenamiento necesario para aprender a caer bien dentro de una piscina, llenándose de moratones y propiciándose más de un golpe en sus zonas más sensibles. Parece que a base de golpes aprende el hombre, y esto es lo que les está pasando a nuestros todavía inexpertos saltadores.
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Caer bien desde un trampolín situado a varios metros de altura no es tarea fácil. Los concursantes de '¡Mira quién salta!' han sufrido las consecuencias del duro entrenamiento necesario para aprender a caer bien dentro de una piscina, llenándose de moratones y propiciándose más de un golpe en sus zonas más sensibles. Parece que a base de golpes aprende el hombre, y esto es lo que les está pasando a nuestros todavía inexpertos saltadores.
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