La capacidad de innovar y la creatividad son, afortunadamente, cualidades consustanciales al ser humano. Por eso hemos sido capaces de pasar, entre otras muchas cosas, de la impresión 3D (toda una revolución en sí misma) a la impresión 4D. ¿Qué es la impresión 4D y cómo revoluciona nuestras vidas? ¿Quiénes (y para qué) disponen de impresoras 4D para hacer realidad sus proyectos?
Contar con una impresora 4D permite dar un paso más allá de la impresión 3D, aunque la base sobre la que se sustenta es la misma: la impresión de todo tipo de objetos en tres dimensiones. Sin embargo, en el caso de las impresoras 4D no solo podemos crear objetos 3D, sino que éstos pueden cambiar y reaccionar con el entorno: desintegrarse pasado cierto tiempo, manipularse, reaccionar ante determinados estímulos (calor, luz...) doblarse, dividirse, repararse... y tantos adjetivos como admita el material utilizado y, en definitiva, nuestra imaginación y actividad creaadora.
De hecho, el diseño y desarrollo de nuevos materiales es clave para la evolución de la impresión 4D. También se multiplican las posibilidades del lado del diseño, al entrar en juego nuevos elementos con los que crear objetos; y se multiplican también las posibles funciones de los objetos diseñados, ya que se vuelve posible darles un proceso y ‘dejarlos actuar’ en función de lo programado, determinar su caducidad, y un sinfín de posibilidades. En definitiva, a más elementos que combinar, más posibles combinaciones.
Las posibilidades que ofrece la impresión 4D son infinitas y tocan todos los campos de nuestra existencia: prótesis que se adaptan al paso del tiempo y al crecimiento, ropa que se adecúa a las condiciones climáticas para abrigarnos o desabrigarnos, muebles que se montan solos al sacarlos de la caja, tuberías que regulan su ancho según el caudal, objetos que se desintegran cuando llega su fecha de caducidad... La impresión 3D permite dar rienda suelta a diseños inteligentes y, en cierto modo, 'vivos'.
En cuanto a los materiales utilizados en la impresión 4D, éstos son aún limitados pero se encuentran en constante evolución. Hay que tener en cuenta que esta tecnología es aún muy reciente y se encuentra en pleno desarrollo de su potencial, si bien existe un gran interés por parte de todo tipo de industrias en invertir en investigación para su desarrollo. Desde la medicina hasta la aeronáutica, pasando por la producción de ropa y calzado.
Por ahora, los materiales más mencionados y utilizados son las resinas de hidrogel (muy utilizadas en el sector médico), los polímeros con memoria de forma (PMF), los elastómetros de cristal líquido (LCE) e incluso tejidos vivos.