Lluvia de estrellas Perseidas: cómo ver mejor las lágrimas de San Lorenzo

  • Las Perseidas alcanzan su pico de actividad entre el 11 y el 13 de agosto

  • Proceden del cometa 109P/Swift-Tuttle, que orbita el Sol cada 133 años

  • La Luna estará en cuarto menguante y por tanto no incidirá en su observación

La lluvia de estrellas Perseidas, la más popular del año, alcanza su momento de máxima actividad dentro de nada. De hecho, si miras al cielo estos días desde un lugar lo suficientemente oscuro, quizá veas alguna y puedas pedir tu deseo. Eso sí, cuando más atento tendrás que estar si no quieres perdértelas es entre el miércoles y el jueves. Te contamos cómo ver mejor las llamadas lágrimas de San Lorenzo.

El 10 de agosto es San Lorenzo y el 12, sus lágrimas. Las llamamos así en recuerdo del martirio de este santo que en el año 258 fue quemado vivo en Roma, cuenta la tradición. Pero poco tienen que ver son esta historia dramática las estrellas fugaces que cruzan el cielo cada año por estas fechas, de las más espectaculares por dos motivos: son muy numerosas y son en verano, lo que quiere decir que rara vez no coinciden con un cielo muy despejado.

Cómo verlas mejor

Además estamos de suerte porque la Luna estará en su último cuarto, o cuarto menguante, y lo más seguro es que no interfiera lo más mínimo. Como decimos las Perseidas pueden verse esta misma noche, aunque su pico de actividad es entre el 11 y 13 de agosto, y son especialmente visibles el día 12. “Si se quiere evitar la Luna, es mejor observar en la primera parte de la noche, una vez que el cielo esté oscuro y antes de la salida de nuestro satélite, aconseja el Instituto Geográfico Nacional (IGN).

Se disfrutarán en todo el Hemisferio norte. Cruzarán el cielo hasta 200 meteoros por hora, y alcanzarán los 50 kilómetros por segundo. Se podrán ver en cualquier parte del cielo, aunque siempre se recomienda mirar donde más oscuro esté el cielo, que sería en el lado opuesto a la ubicación de la Luna.

El origen de las Perseidas

Esta lluvia de estrellas, que realmente son meteoros, se produce cuando la Tierra atraviesa un punto de su órbita plagado de ‘escombros’ dejados por un cometa activo, el 109P/Swift-Tuttle, que orbita el Sol cada 133 años.

El campo gravitatorio de la Tierra los atrae y a continuación impactan a gran velocidad en la atmósfera. “La fricción con los gases atmosféricos calcinan y vaporizan los meteoros que aparecen brillantes durante una fracción de segundo formando lo que popularmente denominamos estrellas fugaces. No se trata por tanto de una estrella sino de una partícula de polvo incandescente”, explica el IGN.

Tienen su radiante en la constelación de Perseo, de ahí su nombre, siendo el radiante el punto aparente donde surgen de la constelación.