Si pensamos en la palabra ‘magia’, lo primero que nos viene a la mente en el momento actual es una imagen de Harry Potter luchando con su varita, ¿verdad? El niño mago creado por J.K. Rowling ha influido enormemente en la sociedad, y todo lo relacionado con la magia se asocia a conjuros poderosos, lanzar rayos y varitas increíbles. Pero no siempre ha sido así. Porque la magia ha estado siempre con nosotros. Desde hace varios siglos. Aunque no siempre estuvo bien vista, ya que hubo una época en la que se asociaba con charlatanes y timadores.

También ha estado muchas veces asociada a la religión, ya que se veía a los magos como adoradores del diablo o portadores de brujería. Así que ha pasado por muchas etapas a lo largo de nuestra historia. Hasta llegar a la edad moderna, donde empezaron a proliferar los trucos de ilusionismo, cartas o mentalismo. Todo se puede incluir dentro del concepto de la ilusión, de aquello que no podemos explicar, de hacernos inocentes de nuev, y poner al mismo nivel a niños y mayores. Esa magia es la que se enseña en The Magic Factory, una escuela de magia donde podemos aprender todo lo necesario para ser unos auténticos magos. Su director, Alberto de Figueiredo, nos explica los secretos detrás de este arte milenario, y qué es lo que hay que tener para ser un mago hecho y derecho.

Pregunta: ¿Cómo crees que han influido las redes sociales en el mundo de la magia?

Respuesta: Sin duda han acercado y popularizado más nuestro arte a la gente que lo desconocía, alejando la magia de los sempiternos clichés como ser algo exclusivo para entretener a los más pequeños de la casa. Dado el carácter visual de muchos efectos mágicos ha resultado ideal para vídeos cortos de consumo rápido. Pero la magia trasciende las redes sociales. Va muchísimo más allá.

P: La magia es el poder de creer y, sobre todo, de no ver dónde está el truco. ¿Qué opinas de todas esas personas que se han hecho famosas a costa de desvelar lo que esconden los trucos más famosos?

R: Pienso que no es algo tan generalizado entre el gran público y que es algo que acerca al curioso a nuestro mundo y le abre una puerta para entrar. Quien solo ve alguno de esos vídeos en televisión o busca trucos revelados en internet solo lo hará para saciar la curiosidad del momento y se le pasará rápido. La magia resuelve misterios desde distintos puntos de vista por lo que puede que alguien sepa como se hace un efecto, pero el mago cambie de método y le deje igual o más sorprendido que a aquel que no sabe nada.

P: ¿Cómo funciona una escuela de magia? ¿Qué tipo de asignaturas y clases hay?

R: Los alumnos acuden a una clase semanal de dos horas, cada uno en su modalidad elegida: presencial, por vídeo conferencia o a través de clases pregrabadas para su visionado online. En ellas, por lo general, se aprenden uno o dos efectos, dedicando un tiempo a la demostración, a la explicación y al ensayo. También hay cabida para la parte de teoría, psicología y puesta en escena del juego de magia que se acaba de aprender. Las asignaturas vendrían a ser las distintas ramas que engloban a todos los juegos de magia. A saber: cartomagia, numismagia, magia de cerca, de escena, mentalismo, etc.

P: ¿Qué importancia tiene hoy en día el uso de la tecnología en la magia? ¿O sigue siendo algo más tradicional? 

R: La tecnología está presente pero más para vestir nuestros espectáculos (iluminación, sonido, escenografía) que para buscar soluciones a efectos de magia. Hay “trampas” que se basan en métodos tecnológicos, pero no es algo tan habitual. La técnica manipulativa, la psicología y la correcta estructura de un número son las herramientas más potentes con las que contamos los magos. Creo que te acabo de regalar un titular.

P: ¿Se puede vivir de ser mago? ¿Cómo es la situación de los magos en España?

R: ¡En mi caso llevo 33 años viviendo de ella y aún no le he pedido dinero a mis padres! Se puede vivir de ella y se puede vivir cómodamente. Requiere esfuerzo, dedicación y dedicarle tiempo a cosas que son menos románticas que el ensayo o la creación de repertorio. Me refiero al marketing, la publicidad, etc. Por lo general todos los artistas somos nuestra propia empresa y tenemos que hacer muchas cosas para que la rueda gire convenientemente. Es un lujo y un placer ser mago. Para mi no hay profesión más bonita en el mundo.

P: ¿Cuál es el truco más difícil que enseñáis en la escuela?

R: El de ponerse delante del público y disfrutar de lo que se va a presentar.

P: ¿Hay algún truco que nunca desvelarías? ¿O alguno que nadie haya conseguido descubrir?

R: Particularmente crecí con los mejores maestros, Tamariz, Ascanio y Gabi, y todos ellos siempre fueron generosos en sus enseñanzas. Por lo tanto es mi deber continuar su estela y compartir todo mi conocimiento. Por supuesto en pequeñas dosis y de forma coherente. Pero sin guardarme nada.

P: ¿Cómo influyó Harry Potter en la magia actual?

R: En la actual no creo que tanto, pero en aquella época hizo que se generase un boom en torno a nuestro arte. No cambió la forma en la que presentábamos nuestros espectáculos pero hizo que se contratase a muchos más magos y que más niños y adolescentes se acercasen a las escuelas de magia para aprender. Yo nunca he dicho “lumus” con mi varita, pero sin duda le estoy muy agradecido a J. K. Rowling por su inmensa imaginación.

P: El Mago Pop está siendo un auténtico éxito absoluto. ¿Ha ayudado a que la magia recupere un poco su sitio?

R: No creo que la magia hubiera perdido su sitio. Desde que Juan Tamariz reinventó este arte, en nuestro país siempre hemos tenido grandes referentes que han estado en lo más alto, dejando a la magia en muy buen lugar. 

P: ¿Necesitas algún talento especial para ser mago? ¿O todo puede aprenderse en la escuela de magia?

R: Solo se necesita ilusión. El resto ya me encargo yo de enseñártelo.

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