Qué es una 'Dana': tiene la culpa de las lluvias y vientos del próximo jueves

Marcos Fernández* | Meteoralia 15/04/2019 11:15

De hecho, si alguna vez has pasado tus vacaciones en Levante te habrás dado cuenta de que en áreas comerciales los aparcamientos no son siempre subterráneos sino que se construyen en altura. Precisamente, esta es una de las medidas que se adoptan para proteger los vehículos de las riadas que suelen desbordar las calles y avenidas arrastrando todo a su paso.

Por esa misma razón, en algunos de estos pueblos costeros se han sustituido las balaustradas de piedra de los paseos marítimos por otras formadas de cordones de acero que permiten que el agua de la lluvia torrencial siga su curso hasta desembocar en el mar sin que se generen tapones con la maleza, piedras y otros objetos arrastrados que puedan incrementar los daños.

O las ramblas. A menudo verás canales secos en tus desplazamientos a Levante. Están construidas 'ad hoc' para canalizar las enormes cantidades de lluvia que caen desde las montañas prelitorales hasta la costa.

¿Cómo se forman estas 'autopistas de aire'?

Nosotros vivimos estos episodios a ras de suelo, pero lo crucial sucede encima de nuestras cabezas: en la atmósfera. Allí soplan constantemente vientos muy intensos canalizados en forma de corrientes, como si fueran 'ríos o autopistas de aire' distribuidos por todo el planeta. De forma periódica, en estas corrientes se quedan aisladas bolsas de aire frío, quedando al margen de la circulación general. Es ahí cuando se gesta la DANA gracias, sobre todo, a su principal combustible: el contraste de temperatura en estas fechas entre la temperatura del mar y la bolsa de aire frío.

Cuanto mayor sea el contraste entre aire frío y cálido más intenso será el episodio. Además, el mar aporta humedad. Quienes vivan en la zona de Levante saben que cuando soplan los vientos del este (mar-tierra) ese aporte húmedo contribuye a generar más nubosidad cargada de precipitaciones. Este tercer factor de inestabilidad alimenta aún más la posibilidad de que las lluvias, además de intensas, sean persistentes. Así ocurrió en el episodio de Jávea del 1 al 3 de octubre de 1954.

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* Marcos Fernández (@marcosfdezfdez) es periodista especializado en Meteorología.