Como ya se habrán percatado los más madrugadores, el cielo no está tan azul esta mañana como lo ha estado el fin de semana. Las nubes han ido avanzando desde el Atlántico y ocupan ahora prácticamente toda la Península Ibérica, amagando con descargar lluvias en más de una provincia. En buena parte del centro lo harán con tormenta, mientras que esta vez serán menos cuantiosas a orillas del Mediterráneo. El martes, no obstante, tenderá a ir despejando.
Una sucesión de frentes se avecina por el Atlántico desde el lunes con humedad que va a llegar con las nubes a toda España. No obstante, no serán tan generosas las lluvias como la semana pasada, lo suficiente para terminar de limpiar el aire con la ayuda de la cuarentena que mantiene las carreteras vacías. El anticiclón que se ha situado en Centroeuropa contribuirá a restar inestabilidad en nuestro país.
Los chaparrones más intensos se prevén en el centro y oeste peninsular, donde ocasionalmente se darán acompañados de tormenta pero que también dejarán paso a algún rato de sol.
No obstante, como decimos, no se pueden descartar las lluvias en prácticamente ninguna región del país, a excepción de Canarias, al margen de los frentes atlánticos. Serán precipitaciones suaves que caerán de forma más o menos constante.
Y a pesar de la inestabilidad, lo cierto es que el termómetro marca los grados típicos de primavera en general: menos de 20ºC en el centro y el norte, algo más cerca de esa barrera en el Mediterráneo, y claramente por encima en Andalucía. Aunque lo mejor se lo llevan ya las Canarias, donde se acercan en muchos puntos a los 30ºC de máxima.
El martes tenderá a ir despejando, aunque eso no quiere decir que no vaya a llover. Las nubes se quedarán ancladas en buena parte del país, de nuevo el centro peninsular se llevará más cantidad de agua.
En el noroeste y el Cantábrico, en cambio, aunque no será un día de cielos rasos, sí verán el sol de manera intermitente. Más o menos lo que cabe esperar el resto de la semana en toda España: nubes y claros que se sucederán con una ida y venida de las precipitaciones, como corresponde al mes de abril.