Las playas de Barcelona han sido otro escenario para ejemplificar el enfrentamiento social que vive hoy Cataluña.
En varias de ellas los independentistas han colocado cruces amarillas en la arena, mientras otros catalanes les han reprochado la acción.
“Una cosa es la política y otra cosa que los niños se piensen que esto es un cementerio”. “Yo tengo mi libertad y soy catalana; soy catalana. Esta es mi playa igual que la tuya”, gritaba una mujer, a la que respondían con un “si no te gustan no las mires”.
Es una de las fuertes discusiones que se han producido en lo que debería ser un día de relax junto al mar, que, sin embargo, ha terminado con la tensión desbordada y con la retirada de las cruces amarillas.
La imagen se ha repetido en otras playas catalanas. En Canet de Mar, Barcelona, encapuchados han quitado las cruces, y han pasado de los gritos y los insultos a las manos. Según la policía local, en una pelea ha habido cinco heridos leves.