Cinco consejos para ayudar a tus hijos a llevar bien tu divorcio: “Las normas deben ser las mismas en las dos casas”

Los menores de edad pueden llegar a sentir miedo y ansiedad durante el proceso de separación de los padres
La psicóloga Zenaida Aguilar Vijande explica cómo aliviar el impacto que la nueva situación familiar puede tener en los hijos
Separarse tras una vida juntos y contárselo a los hijos: “Hay que aclarar dudas y decir que se les querrá siempre”
En 2023 se contabilizaron 80.065 casos de separación y divorcio, según datos del INE. Datos que corroboran que nuestra forma de ver las relaciones ha cambiado y hoy ya no hay tanto miedo a hacer grandes cambios vitales si no nos sentimos satisfechos. El problema es que una separación siempre tiene un impacto emocional, social y económico en el núcleo familiar, especialmente en los hijos, que van a precisar la comprensión y el arropo incondicional de ambos progenitores para sobrellevar la situación.

MÁS
"Los menores de edad pueden llegar a sentir miedo y ansiedad durante la separación de los padres: un niño puede sentir mucha inseguridad e inestabilidad si, de repente, uno de los progenitores desaparece de su entorno sin una estructura familiar clara. Los pequeños necesitan continuidad y apoyo", señala Zenaida Aguilar Vijande, profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
Un divorcio supone un impacto directo en los cimientos emocionales del niño o adolescente, a quien le asaltan las preguntas sobre cómo va a cambiar su vida. Pero si a esas dudas lógicas le añadimos la falta de armonía entre los padres, el menor se va a ver doblemente afectado. Uno de los principales problemas que observa la experta en las terapias familiares es la falta de acuerdo entre los padres en decisiones importantes que involucran a los hijos.
"En muchos casos, uno de los padres se opone, lo cual genera conflictos y afecta al bienestar emocional del niño o niña. Si uno de los progenitores intenta excluir al otro de decisiones y actividades relacionadas con los hijos, provoca que los menores se sientan atrapados en ese conflicto. La comunicación y el acuerdo entre los padres son fundamentales para evitar que los hijos sufran las consecuencias emocionales de la separación", explica Aguilar.
Cómo comunicar la separación a un menor
Por supuesto, no hay un modo sencillo de comunicar la separación de sus padres a un menor, pero sí es deseable elegir un momento en el que ambos puedan estar presentes y les den la información mediante un lenguaje sencillo y de forma empática pero paulatina, como si se estuviera elaborando una receta. Es importante concederles espacio para que procesen la información y, sobre todo, asegurarse de que entienden que la separación en ningún caso es culpa suya.
"Es probable que, al escuchar la noticia, empiecen a llorar repentinamente o a mostrar signos de ansiedad. Por eso, es fundamental que los padres estén preparados para responder a las preguntas de los hijos, les brinden seguridad emocional y estén muy pendientes de cualquier síntoma inusual tras comunicarles la separación", asegura la experta de la UOC.
El impacto emocional y psicológico de una separación varía en función de la edad del menor, pero la especialista enumera cinco claves para aliviar el impacto que la nueva situación familiar puede tener en los hijos:
Mantener una comunicación clara y constante entre los padres
La falta de convivencia no debería romper la unidad familia. Por eso es importante que los padres sigan comunicándose después de la separación, a través de correos o mensajes si es preciso, para coordinar decisiones y estar al tanto de lo que ocurren con los hijos.
Establecer normas coherentes en ambos hogares
Un error muy común es la falta de coherencia en las normas entre los dos hogares, como diferencias horarias en cuanto al sueño, las comidas, el acompañamiento a la escuela o actividades extraescolares. Es importante mantener los mismos límites y reglas en ambas casas para evitar confusiones entre los niños.
Evitar que los niños se sientan obligados a tomar partido
Otro error es involucrar a los niños en los conflictos de los padres, como pedirles que tomen partido o que actúen como mensajeros entre ambos. "Algunos niños pueden sentirse presionados a elegir entre estar con su madre o con su padre, lo que les genera una gran carga emocional", explica Aguilar. Los peores casos son aquellos que terminan en tribunales en los que se exige a los menores que declaren con quién quieren quedarse.
Jamás debería haber insultos, desprecios o comentarios negativos hacia el otro progenitor. En ocasiones los padres usan a los hijos para manipular emocionalmente a la expareja, lo cual causa un daño enorme en los menores. "Los padres deben ser flexibles y comprensivos, y tienen que permitir que los niños mantengan una relación sana con ambos progenitores, sin sentirse presionados a tomar partido", subraya la experta.
Proporcionar seguridad y estabilidad emocional a los hijos
Es importante que los padres se aseguren de que los niños se sientan seguros y estables. Hay que estar escucharles y estar atentos a sus reacciones. Las necesidades, expectativas y emociones que el niño experimenta en una situación así varían mucho en cada caso y dependen de multitud de agentes. Los más pequeños pueden necesitar objetos de transición, como un peluche, un amuleto o una foto, para sentirse conectados con el otro progenitor cuando están trasladándose de una casa a otra.
Buscar apoyo profesional si es necesario
Puede ocurrir que, pese a poner todo de nuestra parte, los menores no sepan gestionar bien el divorcio. Si detectamos señales de que eso es así, lo más aconsejable es que buscar ayuda profesional, como terapia familiar o individual para los niños.