Lo que estamos viendo es algo insólito, el espigón que separa la ciudad española de Ceuta del territorio marroquí se ha convertido en todo un coladero de inmigrantes. Casi tres mil personas, entre ellas muchos niños han entrado y entran nadando, mientras la policía marroquí mira para otro lado. Todo esto podría responder al malestar de Rabat por la atención hospitalaria en España del líder del Polisario. Algo que el gobierno español justifica por razones humanitarias.
¿Se imagina que la mascarilla pueda tener los días contados?, por lo menos en parques, terrazas y zonas abiertas. Ese es el debate abierto, con todas las precauciones, en un momento en que la vacunación avanza gracias a los envíos masivos de dosis. Quince millones de personas en España han recibido al menos una dosis y más de siete millones están inoculadas con la doble pauta.
Es una hazaña, por parte de ella y por parte del equipo que le ha trasplantado el corazón. Naiara tiene dos meses y el pequeño órgano que ahora late en su pecho, estaba en parada. Su llanto ahora es todo un símbolo del triunfo por la vida. También de los médicos del Gregorio Marañón.
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