Un testigo ha contado a ese periódico que la familia de Mevsimler Sharon, le llevaba al hospital Broomfield, donde permanecía desde hacía dos meses sometida a una estricta dieta, contenedores gigantes de pollo, pescado y patatas fritas.
"Era evidente que tenía un problema serio con los alimentos, pero no hizo nada por evitarlo", afirmó al periódico británico una fuente anónima.
La mujer que era madre de cuatro hijos estaba siendo cuidada por su esposo, que dejó su trabajo como chef para atenderla.
Sharon recibía atención permanente las 24 horas desde el año 2005, porque no podía realizar una vida normal debido a su exagerado peso.
La paciente había empezado a comer de forma descontrolada después de sufrir una severa depresión tras su último parto. Los médicos en 2007 ya le habían advertido que tenía pocas esperanzas de vida debido a sus 267 kilogramos de peso.
Mevsimler Sharon, por su parte, había declarado recientemente que los médicos la estaban dejando morir, porque "nadie tiene simpatías por las personas obesas".
El hospital británico donde ha fallecido se ha negado a hacer comentarios.