La infiltración de un periodista durante meses en un grupo privado de Facebook y otros grupos similares de mercado negro de huesos humanos, ha destapado una gran red de personas que se dedican a saquear y vender restos humanos.
Todo comenzó en 2013 cuando un coleccionista estadounidense acudió a en un viaje a Túnez, donde visitó las catacumbas de Sousse, una antigua necrópolis que alberga algunos de los entierros cristianos más antiguos del mundo. Fue allí donde robó un cráneo y más tarde puso a la venta en un grupo privado de Facebook, comprándoselo por 550 dólares.
La investigación del reportero de Live Science desveló un mundo en el que los restos humanos a menudo se venden con poca información sobre la procedencia de los mismos.
Aunque el cráneo de la catacumba de Sousse fue excepcional ya que el coleccionista admitió abiertamente que lo saqueó, existe un gran número de restos humanos que no responde a su procedencia, dejando entrever el gran saqueo que existe para cubrir las demandas de este mercado negro.
En la mayoría de países del mundo existen leyes que prohíben expresamente el saqueo de cementerios y lugares arqueológicos. En España nadie puede poseer un hueso humano, aunque sea de un familiar, ya que el destino de todo cadáver o resto humano “es la inhumación o incineración”, con la única excepción de su uso con finalidades científicas o docentes, siempre con consentimiento familiar o del propio fallecido.