Enfermedades

Detectan por primera vez la enfermedad del noma en Mozambique: una infección mortal ligada a la pobreza

El equipo investigador la describe como “la enfermedad olvidada que permanece invisible”
El equipo investigador describe la enfermedad del noma como “la enfermedad olvidada que permanece invisible”. Pexels
  • Investigadores de ISGlobal documentan 21 supervivientes y alertan de que la enfermedad del noma puede causar la muerte en semanas

  • El estudio advierte de que “allí donde hay pobreza, hay noma”

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Un equipo del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) ha detectado y documentado por primera vez en Mozambique la presencia de la enfermedad del noma, una devastadora infección oral que destruye los tejidos de la cara y que puede ser mortal en cuestión de semanas si no se trata.

El estudio, publicado en la revista BMJ Global Health, revela que esta dolencia prevenible y tratable sigue afectando a comunidades en pobreza extrema, permaneciendo invisible para muchos sistemas de salud. El noma, también conocido como cancrum oris, fue reconocido en 2023 por la OMS como Enfermedad Tropical Desatendida.

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Una dolencia ligada a la pobreza extrema

El equipo investigador la describe como “la enfermedad olvidada que permanece invisible”, pero recalca que es un problema global: “Allí donde hay pobreza, probablemente hay noma”. Según señalan, afecta principalmente a niños y niñas con desnutrición, deficiente higiene bucal y antecedentes de infecciones como el sarampión o la malaria.

Aunque puede prevenirse y tratarse en fases tempranas con antibióticos y apoyo nutricional, la mortalidad sin atención alcanza el 90 %. Quienes sobreviven arrastran secuelas físicas y sociales que provocan un fuerte estigma.

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Primeras evidencias en Mozambique

La investigación, realizada en colaboración con el Programa de Salud Oral de la provincia de Zambezia y la Universidad de Navarra, aportó las primeras pruebas empíricas de la enfermedad en Mozambique. Durante cinco semanas de búsqueda activa, los expertos identificaron 21 supervivientes, algunos con secuelas desde los años setenta, y detectaron dos casos agudos atendidos en un hospital.

Los datos recogidos permitieron estimar una incidencia de 13,7 casos por cada 100.000 niños menores de nueve años, similar a la de Etiopía y Nigeria. Sin embargo, menos de dos de cada diez niños llegan a recibir atención especializada, lo que lleva a los investigadores a calcular que solo en Zambezia se producen al menos 200 casos anuales en menores de esa franja de edad.

Un reflejo de desigualdades estructurales

El noma no es contagioso, pero su aparición está directamente relacionada con factores como la pobreza, la malnutrición, la falta de vacunas o el acceso limitado a servicios médicos. A ello se suma el estigma cultural: muchas comunidades interpretan la dolencia como brujería o castigo, lo que retrasa la atención.

“Que no existan registros no significa que no exista la enfermedad, sino que no se están poniendo esfuerzos en identificarla”, subraya Marta Ribes, investigadora de ISGlobal y primera autora del estudio. El equipo propone además un método sencillo y de bajo coste para detectar casos, con el objetivo de impulsar políticas de salud pública que combatan esta infección devastadora.