Alcohol y el frío: verdades y mentiras de los mitos sobre el tema

  • Este tema está lleno de leyendas urbanas que no siempre son ciertas científicamente

El alcohol no calienta tu organismo, es un falso mito. Así que ve olvidándote del dicho aquel de que en invierno no hay mal abrigo con una copa de buen vino porque nada más lejos de la realidad. El efecto, según los expertos, es precisamente justo lo contrario. Hablamos de cuestiones importantes que en situaciones extremas como la hipotermia pueden tener un final trágico.

Una investigación realizada por la Universidad de Pittsburgh trató de encontrar un vínvulo entre el consumo de alcohol con el clima de cada región del mundo. El autor principal del estudio, el doctor Ramón Bataller, partió de esa hipótesis que asegura que las personas que viven en las zonas con más frío son las que más alcohol beben, una teoría que hasta ese momento no se había comprobado.

El efecto vasodilatador genera una falsa percepción de calor

Utilizando datos de la Organización Mundial de la Salud y la Organización Meteorológica Mundial, entre otros, recabados en más de 190 países, el jefe de hepatología y un grupo de colegas llegaron a la conclusión de que el efecto vasodilatador del alcohol (abre temporalmente los vasos sanguíneos para la circulación de más sangre) podría estar detrás de esa correlación.

Asimismo, y pese a no poder demostrar la ligazón estacional, sopesaron que el hecho de no poder hacer actividades al aire libre, obligaría a las personas a pasar más tiempo en casa y consumir más que si estuvieran en la calle. Y también se sugirió que la escasa luz solar y el aumento de depresión en países con climas fríos, podrían ser otros elementos que influyeran en el abuso etílico.

El consumo alcohol produce una pérdida rápida de calor en órganos vitales debido a que la sangre se dispersa hacia los vasos sanguíneos periféricos

Pese a no poder probar que el frío fuera una causa directa, sí se ha extendido la leyenda de paliar las bajas temperaturas con algún brebaje de alta graduación. Sin embargo, esa vasodilatación a la que se refería Bataller es una sensación subjetiva y, por lo tanto, una percepción contraproducente. Cuando se consume alcohol, se produce una pérdida rápida de calor en órganos vitales ya que la sangre que debería estar concentrada en salvaguardarlos se dispersa hacia los vasos sanguíneos periféricos.

El peligroso efecto sedante del sistema nervioso y la ausencia de tiritonas

Tenemos sensación de calor, parece que el frío no nos afecta, pero eso se debe al efecto sedante del sistema nervioso. Además, según una investigación del US Army Research Institute of Environmental Medicine, el consumo de alcohol reduce la capacidad de nuestro organismo para tiritar, que es la respuesta instintiva del organismo para generar energía cuando en al hipotálamo (el termostato que mantiene el equilibrio entre la producción y pérdida de calor) llega la señal de caída de temperatura interna.

Por otra parte, en 2005 se descubrió que con una sola bebida alcohólica, el cuerpo trata de contrarrestar esa sensación de calor súbito elevando la velocidad de transpiración (sudoración), una respuesta que disminuye aún más la temperatura corporal intrena.

Beber alcohol eleva la velocidad de sudoración y disminuye la temperatura corporal interna

Consumir bebidas alcohólicas en estado de hipotermia es altamente peligroso. Cuando la persona registra una temperatura menor de 35 grados centígrados estamos ante una situación de emergencia, que puede derivar en muerte, si no se busca atención médica rápida o no se siguen las pautas recomendadas por los médicos.

Jamás se debe dar alcohol a una persona que presente síntomas de hipotermia, precisamente por todo lo que hemos relatado anteriormente. El líquido destilado provoca la dispersión de sangre hacia los vasos periféricos, en una situación en la que es clave mantener calientes los órganos vitales.

Por último, en situaciones de embriaguez los expertos recomiendan abrigar y proporcionar calor a la persona afectada y nunca intentar espabilarla con duchas frías. La única manera de pasar el mal trago es esperar, hidratarse para que el hígado metabolice el alcohol en sangre y consultar a los servicios médicos de urgencias.