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Wang Zhou es doctor en medicina y director del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Wuhan. Es profesor en la Universidad de Ciencia y Tecnología de Huazhong y de la Universidad de Wuhan y, entre 2005 y 2006, fue profesor sénior invitado de la Universidad de Pensilvania. Asimismo, es director de la Asociación China para la Prevención y el Control de Enfermedades de Transmisión Sexual y Sida; y director ejecutivo de la Asociación de Medicina Preventiva de Hubei.
Además, es miembro de la junta editorial del Chinese Journal of Preventive Medicine y Chinese Journal of Viral Diseases y autor de múltiples artículos en revistas científicas. Tiene una amplia experiencia epidemiología y de control de enfermedades contagiosas y ha sido el investigador principal en proyectos de investigación financiados por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, la Fundación Bill y Melinda Gates, la Comisión Nacional de Salud de China y la Comisión de Salud de Hubei. Valga solo este preámbulo para poner encima de la mesa el relieve que tiene el libro exprés que acaba de sacar y que en España saldrá a la venta bajo el título 2 de junio de 2020.
El mundo se enfrenta a un enemigo hasta la fecha desconocido y, en consecuencia, todavía no sabemos cómo combatirlo de manera eficaz. Este manual, escrito por los médicos chinos que tuvieron que enfrentarse en primera instancia al coronavirus y a sus efectos, recoge todo lo que la ciencia conoce en estos momentos sobre el coronavirus y la enfermedad que provoca, la COVID-19, y responde a las preguntas que todos nos hacemos sobre cómo hacerle frente.
A principios de diciembre del 2019 se reportaron en Wuhan, China, un grupo de personas con una variante nueva de neumonía de causas desconocidas. Para finales de diciembre el número de contagiados ascendía a casi el centenar y a principios de enero se registraron las primeras muertes. A mediados del mes de marzo, el número de contagiados diagnosticados en todo el mundo se aproximaba a los dos millones de personas, mientras el número de muertos se incrementaba cada día. El Gobierno chino ha reconocido que las cifras en su país es mayor que las reconocidas inicialmente.
'Manual de prevención del coronavirus' (editorial Alienta) adquiere una gran relevancia cuando el confinamiento en el mundo se ha convertido en una realidad que todo el mundo pensaba que eran cosas de película, que ninguna epidemia pondría al mundo de rodillas. El coronavirus lo ha hecho, por la incapacidad de los sistemas sanitarios, por la situación de los más mayores en muchos países, por su capacidad de contagio abrumador, por una capacidad de mutar que desconcierta a los científicos, como desvela una de las compañeras del autor, Li Lanjuan. Se trata de la primera guía para conocer de primera mano los aspectos básicos de la enfermedad y conocer los mecanismos existentes para la prevención y el control del coronavirus. Wang Zou responde a 93 cuestiones clave. Estas son algunas de las más relevantes.
Generalmente, los virus pueden sobrevivir durante varias horas en superficies lisas. Si la temperatura y la humedad lo permiten, pueden sobrevivir hasta varios días. El calor sostenido a 56 °C durante 30 minutos, el éter, el alcohol al 75 %, los desinfectantes que contengan cloro, el ácido peracético, el cloroformo y otros solventes lipídicos pueden desactivarlo eficazmente".
El coronavirus recién descubierto es un nuevo coronavirus mutado (género β), llamado SARS-CoV-2 por el Comité Internacional para la Taxonomía de los Virus (ICTV), y que la OMS denominó provisionalmente antes como 2019-nCoV. El 10 de enero de 2020 se completó la secuenciación genómica de la primera muestra de SARS-CoV-2, y posteriormente se anunciaron las secuencias genómicas virales de cinco muestras más. Debido a las mutaciones antigénicas que han hecho que este coronavirus fuera nuevo para los humanos, la población general carece de inmunidad contra la nueva cepa. Además, existe más de una vía de transmisión para este virus. Estos factores provocaron que el nuevo coronavirus se volviera epidémico y que después generara una pandemia.
Las vías de transmisión desde la fuente de infección a la población vulnerable son la transmisión por gotículas, la transmisión por contacto y la transmisión por el aire. El frío favorece la persistencia de los virus, lo cual hace que en invierno se transmitan mejor y se produzcan más enfermedades infecciosas respiratorias.
El factor dominante que determina la probabilidad de infección es la exposición, por lo que no se puede concluir simplemente que un mejor sistema inmunitario reduzca el riesgo de contagio. Sin embargo, con la misma exposición, las personas mayores y aquellas con enfermedades crónicas o deficiencia inmunitaria tienen más probabilidades de enfermar.
En sus fases iniciales, la COVID-19 se manifiesta principalmente mediante la aparición de fiebre, aunque algunos pacientes pueden no tenerla en su estadio precoz, sino solo presentarescalofríos y síntomas respiratorios, que pueden ir acompañados de leve tos seca, fatiga, dificultad respiratoria, diarrea, etc. Síntomas como la secreción nasal, el esputo y otros son poco frecuentes.
En la actualidad, no existen tratamientos antivirales específicos contra la COVID-19. Los pacientes suelen recibir atención de apoyo para aliviar los síntomas. [...] Por el momento no existe vacuna contra esta enfermedad, y desarrollar una nueva puede llevar un tiempo».
• Lavándose con frecuencia las manos con jabón normal o antimicrobiano y enjuagándose con agua corriente. Hay que lavarse las manos inmediatamente después del contacto con secreciones respiratorias.
• Debe cubrirse la boca y la nariz al toser/estornudar con pañuelos o toallitasdesechables y evitar tocarse los ojos, la nariz o la boca antes de lavarse bien lasmanos.
• Conviene llevar una dieta equilibrada, dormir lo suficiente y hacer ejercicio conregularidad, así como evitar trabajar en exceso.
• Manteniendo una buena higiene y una ventilación adecuada.
• Evitando las aglomeraciones o el contacto con personas con infecciones respiratorias.
• Acudiendo al médico si aparecen síntomas como fiebre, tos, estornudos, secreción nasal u otros síntomas respiratorios.
Las mascarillas son efectivas, dado que el propósito de usarlas es bloquear el «portador» por el cual se transmite el virus, no bloquear directamente los virus. Las vías comunes de transmisión de virus respiratorios son, entre otras, el contacto cercano a corta distancia y la transmisión por aerosol a larga distancia. Los aerosoles con los que las personas generalmente entran en contacto son las gotículas respiratorias de los enfermos. Usar mascarilla de forma adecuada puede parar de forma eficaz esas gotitas y, por lo tanto, evitar que el virus penetre directamente en el cuerpo. Hay que recordar que no es necesario usar mascarillas filtrantes (también llamadas respiradores) KN95 o N95. Las mascarillas quirúrgicas normales pueden impedir la entrada a las vías respiratorias de la mayoría de las gotículas que transportan los virus».
Una vez identificada la parte exterior, interior, superior e inferior de la mascarilla, lavarse las manos antes de usarla. La mascarilla debe cubrir la nariz y la boca y ajustarse bien alrededor de la cara para formar un ambiente cerrado, de modo que elaire pase a través de ella pero no por los espacios que la rodean. A continuación, colocarse las gomas alrededor de cada oreja.
Además de la parte exterior e interior, la mascarilla quirúrgica también tiene una tiradura pero flexible en la parte superior. Al usarla, con la parte delantera hacia afuera, conviene asegurarse de que dicha tira quede en la parte superior, moldeada alrededor de la nariz. Lavarse bien las manos antes de quitarse la mascarilla. Para quitársela, se debe empujar el lado exterior de la mascarilla con una mano mientras se sostienen las gomas de sujeción en las orejas y se retiran. Doblar la mascarilla con la parte interior hacia adentro. Si la parte interior no está contaminada, se permite una reutilización limitada.
Todas las mascarillas tienen un efecto protector limitado. Una mascarilla debe reemplazarse regularmente en los siguientes casos:
• cuando cuesta respirar a través de ella;
• cuando está dañada o deteriorada;
• cuando no se ajusta perfectamente al contorno del rostro;
• cuando se haya contaminado con sangre, gotículas respiratorias, etc.;
• tras la salida de una sala de aislamiento o tras el contacto con cualquier paciente infectado con una enfermedad infecciosa que requiera precauciones de contacto (ya que la mascarilla estará contaminada).
1. Disponer una habitación individual bien ventilada para el paciente.
2. Limitar el número de cuidadores. Es mejor designar al cuidado del paciente a una sola persona con buena salud y que no sufra enfermedades crónicas. Se deben evitar todas las visitas.
3. Los familiares del paciente deben hacer vida en habitaciones diferentes o al menos a más de un metro del paciente. Las madres lactantes pueden continuar dando el pecho a sus bebés.
4 Restringir el movimiento del paciente y minimizar las zonas compartidas entre el paciente y los miembros de la familia. Las zonas compartidas (cocina, baño, etc.) deben ventilarse bien abriendo las ventanas con frecuencia.
5. Usar mascarilla cuando se esté en la misma habitación que el paciente. Esta debe ajustarse perfectamente a la cara. Evitar tocar o recolocar la mascarilla con las manos sucias. Sustituirla inmediatamente cuando esté contaminada. Lavarse las manos después de quitarse la mascarilla.
6. Lavarse las manos después de tener contacto directo con el paciente o al entrar o salir de la sala de aislamiento de este. Lavarse las manos antes y después de preparar la comida, antes de comer, después de ir al baño y cuando se vean sucias. Si las manos no están visiblemente sucias, lavarlas con un desinfectante para manos; si están visiblemente sucias, lavarlas con agua y jabón.
7. Después de lavarse las manos con agua y jabón, es mejor usar toallas de papel desechables para secarse las manos. Si no se dispone de ellas, secarlas con una toalla textil limpia y seca, que habrá que reemplazar cuando esté húmeda.
8. Mantener una buena higiene de las vías respiratorias (usar mascarilla, pañuelos desechables o levantar el codo para cubrirse la boca al toser o estornudar y lavarse las manos inmediatamente después de toser o estornudar).
9. Desinfectar y desechar los artículos utilizados para cubrir la nariz y la boca, o lavarlos adecuadamente después de su uso (como lavar pañuelos con jabón o detergente y agua).
10. Evitar el contacto directo con las gotículas humanas, especialmente las secreciones orales o respiratorias, así como el contacto directo con las heces delpaciente.
11. Usar guantes de un solo uso al limpiar la boca y las vías respiratorias de los pacientes, así como al manipular sus heces y su orina. Tener cuidado al desechar los guantes.
12. Evitar el contacto directo con el paciente o con objetos contaminados por este, como cepillos de dientes, vajilla, alimentos, bebidas, toallas, toallas de baño, sábanas.
13. Lavar los platos con detergente o desecharlos después de usarlos.
14. Usar desinfectantes domésticos comunes que contengan lejía diluida en una proporción de una parte de lejía por cada 99 de agua (la mayoría de las lejías domésticas contienen hipoclorito de sodio al 5 %) para limpiar y desinfectar regularmente los objetos que se tocan con frecuencia, como las mesitas de noche, el armazón de la cama y otros muebles del dormitorio. Limpiar y desinfectar las superficies del baño y del inodoro al menos una vez al día.
15. Usar agua y detergente común para lavar la ropa del paciente, las sábanas, las toallas de baño, las toallas, etc., o lavarlos en la lavadora a 60-90 °C con detergente doméstico normal, y luego dejarlos secar bien. Poner la ropa de cama contaminada en bolsas. No sacudir la ropa contaminada para evitar el contacto directo con la piel y la propia ropa.
16. Usar guantes desechables y ropa protectora (como un delantal de plástico) antes de limpiar y tocar la ropa, ropa de cama y superficies de objetos contaminados por secreciones humanas. Lavarse las manos antes de ponerse los guantes y después de quitárselos.
17. Los pacientes deben permanecer en casa hasta su completa recuperación. La decisión sobre si el paciente se ha recuperado requiere un diagnóstico clínico y/o de laboratorio (las pruebas de rRT-PCR deben realizarse al menos dos veces, y deben arrojar resultados negativos; el intervalo entre dos pruebas consecutivas debe ser de al menos veinticuatro horas).
Durante un brote epidémico, hay que tratar de evitar las visitas a espacios públicos. Si es necesario visitar un espacio público, debe llevarse mascarilla. Se debe toser o estornudar en pañuelos de papel cubriendo completamente la nariz y la boca. Los pasajeros de transportes públicos como autocares, buses, colectivos, metro, ferris o aviones deben usar mascarilla para reducir el riesgo de infectarse en espacios concurridos. Los pañuelos usados deben sellarse en una bolsa de plástico y desecharse inmediatamente en un contenedor cerrado para residuos no reciclables o residuos sanitarios con el fin de evitar que el virus se propague.