Mario Alonso Puig: "Nuestra civilización es muy del hemisferio cerebral izquierdo y, si quiere progresar, necesita integrar los dos"

  • Entrevista al médico y escritor Mario Alonso Puig sobre su último libro 'Resetea tu mente', en el que nos descubre de lo que el ser humano puede llegar a ser capaz

  • Conversamos con Alonso Puig sobre la necesidad de un cambio de paradigma que nos permita lograr una sociedad más humanizada

Aunque el último libro de Mario Alonso Puig, Resetea tu mente (Espasa 2021) tenga un título tan sofisticado y neurocientífico, para mí, tiene muchos tintes de novela romántica. Resetea tu mente es, en el fondo, una historia de amor-odio entre nuestras dos mentes. Esas dos mentes que, gracias a los avances en las neurociencias, hemos podido ubicar en dos zonas concretas de nuestro cerebro: la mente conocida popularmente como racional, en el hemisferio izquierdo y la mente más conocida como emocional, en el derecho.

El médico, escritor y divulgador, Mario Alonso Puig, nos desvela en este libro muchos de los secretos de alcoba de esa relación amor-odio entre nuestros dos hemisferios cerebrales. Pero, sobre todo, nos da claves para entender por qué el origen de gran parte del sufrimiento humano tiene que ver con el conflicto entre nuestras dos mentes. "Cuando la consciencia abraza ambos lados y los integra, emerge algo nuevo y extraordinario a lo que llamamos consciencia unificada o despertar", explica Mario Alonso Puig.

Pregunta: Entonces, la historia de amor entre nuestras dos mentes, nuestros dos hemisferios cerebrales, no es la historia de un amor imposible…

Respuesta: Ya verás que no. El amor no es imposible, el amor es imposible con un nivel de consciencia. Con otro nivel de consciencia es el amor natural y original. Esto es como que para un pez es imposible entender el mundo que está fuera del agua. Cuando sale fuera del agua, es cuando lo ve. Lo que busca el libro es una expansión del estado de consciencia.

P: En el libro, el hemisferio izquierdo aparece como el "malo de la película", el que nos obstaculiza para tener una vida plena. Sin embargo, paradojas de la vida, sin él este libro jamás podría haber sido escrito…

R: En cada capítulo expongo qué es el lado oscuro y el lado luminoso de cada hemisferio. El lado oscuro, es cuando el izquierdo se enroca en el "yo tengo razón y tú estás equivocado" y el hemisferio izquierdo se abre cuando te permite escribir un libro, conceptualizar ideas, transmitir las cosas, etc. El hemisferio derecho, cuando se enroca, es la herida, la herida, la herida. Cuando el hemisferio derecho se abre, es la conexión con el mundo del espíritu. Todo depende de dónde está situado cada hemisferio. Cuando un hemisferio se cierra completamente, corta la comunicación con el otro, pero cuando se abre, la comunicación es posible. Es lo mismo que entre los seres humanos: tú habrás visto posiciones tremendamente rígidas en los debates, rígidas de "yo tengo razón y tú estás equivocado" y, cuando se flexibiliza eso, se accede a una verdad más amplia. De eso se trata, de entender nuestros dos lados.

P: Vivimos en una cultura en la que claramente prima el hemisferio izquierdo sobre el derecho. ¿Qué efectos visibles tiene esto en nuestro modo de vida?

R: El problema cuando se potencia tanto el hemisferio izquierdo y se olvida uno del hemisferio derecho, es que la ciencia y la tecnología no se ponen al servicio de las personas, sino que las personas son las que se ponen al servicio de las tecnologías. Por ejemplo, la tecnología de la que disfrutamos todos, que nos permite tener conversaciones online etc está muy bien. Ahora, si esa tecnología lo que está haciendo es evitar que estemos realmente conectados unos con otros y yo estoy hablando con mi mujer o con un hijo y simultáneamente estoy consultando el móvil, pues lógicamente no estoy favoreciendo la conexión. ¿Qué es lo que estamos viendo? Que esto se ha convertido en la norma, es decir, las relaciones humanas estrechas, muchas veces no se producen porque estamos distraídos consultando pantallas y esto, claramente, muestra una dominancia excesiva del hemisferio izquierdo con su olvido de lo que es el factor humano.

Nuestra sociedad, ya antes de la pademia, era una sociedad bastante deshumanizada (Mario Alonso Puig)

P: Esta desconexión entre hemisferios, que al final no deja de ser una desconexión con nosotros mismos ¿también explica que tantas personas estén viviendo por ejemplo la pandemia desde la frustración, la resistencia, la rabia?

R: Todo lo que ocurre en el interior del ser humano busca su expresión fuera de él. Los movimientos sociales, las intolerancias de un lado o de otro, todas las violencias que vemos a nivel humano, todo esto obviamente es una expresión del juego interno. El juego externo es una manifestación del juego interno. Si no hubiera violencia en el corazón no habría violencia entre los humanos. Por supuesto que esto sí refleja lo que está pasando con la pandemia y lo que cuenta el libro sobre la desconexión de los dos hemisferios da una lectura bastante curiosa del origen de muchos problemas. De hecho, nuestra civilización es del hemisferio izquierdo y está llamada, si quiere progresar, a una integración de los dos y si no, no progresaremos. Progresaremos científica y técnicamente pero no servirá para unirnos, sino para destruirnos (…) Nuestra sociedad, ya antes de la pandemia, era una sociedad bastante deshumanizada. El ser humano estaba cosificado, era un medio para conseguir cosas. Entonces no había muchas veces unas relaciones de verdadero vínculo afectivo, sino era más de utilitarismo...lo que es propio del hemisferio izquierdo.

P: La situación ideal sería una integración entre ambas partes ¿cómo sería esto posible si cada hemisferio busca objetivos tan diferentes?

R: El hemisferio izquierdo es un hemisferio fundamentalmente volcado en la ciencia y la tecnología, lo que le interesa es el avance científico y tecnológico. Y el hemisferio derecho lo que le interesa es el avance humano. El hemisferio derecho lo que busca mucho más es la conexión (…) Nos podemos sentir muy orgullosos desde el punto de vista del avance científico y tecnológico, pero no tan orgullosos desde el punto de vista del avance humano. Y esto lo podemos ver por ejemplo por el gran sufrimiento que había ya antes de la pademia, un porcentaje enorme de la población mundial de los países más desarrollados, ya tenían cifras de consumos de ansiolíticos y antidepresivos absolutamente insostenibles. Con lo cual estamos hablando de que hay algo más allá de lo científico y lo técnico. Entonces, cuando nosotros unificamos los dos hemisferios, no es que no le estemos dando valor a la ciencia y la tecnología, lo que estamos haciendo es poner la ciencia y la tecnología al servicio de las personas, no las personas al servicio de la tecnología.

P: Todo lo que cuentas en tu libro tiene una base científica. ¿Las neurociencias nos pueden ayudar a conocer mejor al ser humano y el funcionamiento de la mente?

R: En realidad, los investigadores de la mente humana llevan muchos más años investigando la mente humana que los investigadores del cerebro humano. Por ejemplo, en uno de los escritos más imponentes que yo conozco que data de hace unos 5.000 años, el Canto al bienaventurado, que está dentro de una epopeya que es el Mahabharata, ya se habla de elementos importantísimos de la mente humana. Hace 2.500 años, el príncipe Gautama Siddhartha, conocido por todos como el Buda, era un verdadero investigador de la mente. Lao-tse en China, hace 2.500 años investigaba la mente…ha habido muchísimas personas en la historia que han investigado la mente antes que el cerebro, mucho antes. Sí se conocen muchas cosas de cómo funciona la mente humana, lo que ocurre es que aunque se conozca muchísimo del funcionamiento de la mente humana, no se conoce nada más que una diminuta parte, pero el conocimiento de esa diminuta parte ayuda una barbaridad a poder entender los procesos mentales y cómo gestionarlos.

Se conoce una fracción del conocimiento posible del cerebro. Pero conocer esa fracción ayuda una barbaridad (Mario Alonso Puig)

P: Donde hemos visto el avance entonces ha sido en el conocimiento del funcionamiento del cerebro, que no es lo mismo que la mente...sin embargo, algunas personas dicen que no se sabe casi nada todavía.

R: A veces he escuchado a personas decir en conversaciones que no se sabe nada del cerebro y eso es un error. Se saben una barbaridad de cosas del cerebro, de hecho, se conocen prácticamente la función de todas las estructuras anatómicas, se conocen a nivel de la histología las diferentes neuronas, a nivel de la fisiología, cómo interaccionan. Ahora bien: que se conozca mucho, no quiere decir que se conozca todo, se conoce una fracción del conocimiento posible del cerebro. Pero conocer esa fracción ayuda una barbaridad. Ayuda tantísimo que muchas especialidades, tanto en el campo de la medicina como en el campo de la psicología, gracias a que se conocen esas áreas y estructuras cerebrales, esa bioquímica, esos neurotransmisores, pues pueden ofrecer ayuda a personas con determinadas dolencias.

P: Ir hacia ese progreso del que hablas -como seres humanos- implica un cambio de paradigma muy grande, porque vivimos en la cultura del hemisferio izquierdo…

R: Sí y ahora ¿qué es lo que queremos?, en una situación por ejemplo como la actual, queremos liderazgo. Pero¿ tú como vas a liderar si no sabes conocerte, comprenderte y superarte?. ¿Cómo vas a liderar a los demás si no entiendes lo que les pasa y no puedes empatizar con ellos?. Un segundo elemento que se nos pide mucho es que innovemos: pero ¿cómo vas a innovar si no eres creativo? Y no eres creativo no porque no lo seas, sino porque no has desarrollado esa facultad. Tercera cosa que se nos pide: que emprendamos. Pero ¿que vamos a emprender si emprender implica hacer cosas nuevas y estamos todos tallados bajo el mismo patrón? Entonces ¿qué ocurre?, que si queremos verdaderamente dar un salto cuantitativo y cualitativo tenemos que integrar funciones del hemisferio derecho. Si no, no podemos, porque el hemisferio izquierdo representa la caja y por el contrario, la integración es el "thinking out of the box", el pensar fuera de la caja.

P: Y esto es complicadísimo, en parte porque seguimos entendiendo el concepto mismo de éxito desde el prisma del hemisferio izquierdo.

R: El hemisferio izquierdo no está interesado en nuestra felicidad, le trae sin cuidado, ni siquiera sabe qué es la felicidad, entonces ¿por qué se va a interesar por lo que no conoce? Al hemisferio izquierdo solo le interesa alcanzar determinadas metas, cosas. Y efectivamente nuestra sociedad, las metas que más valora son el poder, la fama y la fortuna. Entonces el hemisferio izquierdo ¿qué hace?, pues sigue esa pauta: a ver cómo puedo tener yo más seguridad, cómo puedo ser yo una persona más importante, cómo puedo ser una persona con más dinero, más famosa, más conocida, con más importancia… y no hay maldad en eso. Al hemisferio derecho ¿qué le interesa?, le interesa la conexión. Al hemisferio derecho sí le interesa la felicidad. Entonces puedes tener una persona que según el criterio del hemisferio izquierdo es totalmente exitosa y según el criterio del hemisferio derecho no lo es. Y cuando le peguntan al hemisferio derecho: -oiga hemisferio derecho, ¿por qué usted considera que esta persona que es alabada y reconocida por todo el mundo no es exitosa? Y el hemisferio derecho te diría: -porque cuando yo estoy con él o con ella a solas, sé lo triste que está. Sé lo desilusionada que está. Sé lo frustrada que está esta persona y por eso tiene que seguir haciendo cosas para olvidarse de cómo está por dentro…eso es lo que te diría el hemisferio derecho…

Enseñaría a las personas a conocerse mejor, a comprenderse más, a saber gobernar sus estados de ánimo (Mario Alonso Puig)

P: Parece que, para lograr esta integración de ambos hemisferios, hay otro gran obstáculo que es nuestro sistema educativo…

R: Todo nuestro sistema educativo es un sistema polarizado hacia el hemisferio izquierdo. Vamos a ver: cuando yo era pequeñito me enseñaban cosas que correspondían el hemisferio izquierdo, me enseñaban a contar, me enseñaban las letras, a escribir y eso está muy bien. Y yo también tenía actividades propias del hemisferio derecho, yo jugaba, pintaba, hacía cosas de música sencillotas, construía cosas…muy de hemisferio derecho. En cuanto entré en colegio, todo eso se acabó (…) Entonces ¿qué ocurre?, que se deja de trabajar el hemisferio derecho. Nosotros sabemos perfectamente que el hemisferio derecho es el que está conectado con las artes, con el disfrute de las cosas, no con el conocimiento, sino con el disfrute de las cosas. Pero fíjate qué curioso, cuántas veces no has oído eso de" ¿a ti qué te gusta? ¿La música o el arte?…pues te morirás de hambre". Ya, la propia cultura, compara el gusto por las artes con algo que te va a llevar a la perdición.

P: Imaginemos que Mario Alonso Puig es elegido para diseñar el nuevo currículum escolar…¿qué harías?

R: Por supuesto que valoraría temas del conocimientos, son muy importantes: saber expresarte adecuadamente a través del lenguaje, poder leer de una manera ágil, poderte manejar en el mundo de los números, claro que es importante. Pero, desde luego, enseñaría a las personas a conocerse mejor, a comprenderse más, a saber gobernar sus estados de ánimo, a saber entender a los demás, a saber entender que todos pasamos por momentos más fáciles y más difíciles. Les ayudaría a entender la importancia del mundo contemplativo, cómo realmente a través del silencio pueden tener experiencias muy profundas. Les enseñaría a amar la naturaleza, a verla como nuestra madre, no como un objeto para darnos lo que nos interesa. Es decir, pondría un componente muy marcado de humanismo en el mundo escolar.