Un total de 18 los militares que se han distribuido por la zona de la comarca Campo de Belchite, entre Letux y Azuara
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Más de un centenar de agentes de la Unidad Militar de Emergencias (UME) han comenzado ya los trabajos de limpieza sobre el terreno anegado de los municipios de la provincia de Zaragoza afectados por la riada del pasado viernes, que dejó daños cuantiosos daños materiales, pero no hubo personales. Los efectivos estarán por tiempo indefinido y su trabajo comienza con la retirada de escombros.
En total, son 118 los militares que se han distribuido por la zona de la comarca Campo de Belchite, entre Letux y Azuara: 110 pertenecen al batallón número 4 de Zaragoza y 8 han sido trasladados desde Valencia. Este último municipio, el más afectado por las inundaciones, ha recibido un total de cuarenta agentes.
En Azuara, los trabajos que empiezan a realizarse este martes pasan por la limpieza de viales en la parte baja del pueblo, en paralelo con la retirada de escombros en los caminos y el apeo de árboles que cayeron el fin de semana, para garantizar la seguridad de los vecinos y voluntarios.
La UME acordona infraestructuras
También la UME se está encargando de acordonar ciertas infraestructuras, como el pabellón municipal, cuyas condiciones pudieran comportar un riesgo público. Los siguientes trabajos, así, pasarán por la limpieza del alcantarillado y el uso de mangueras, que por ahora no pueden utilizarse hasta que el terreno no esté vacío de escombros.
Junto a ellos, un grupo continuo de voluntarios, tanto vecinos como personas provenientes de otros puntos de Aragón o España, siguen siendo mayoría en esta zona de Azuara, donde el agua llegó hasta los tres metros en varios bajos de la localidad y que ahora esperan que el trabajo de los agentes y la llegada de más ayudas sirvan para restaurar una normalidad provisional.
La activación de la UME responde a criterios técnicos
Por su parte, el consejero de Hacienda, Interior y Administración Pública del Gobierno de Aragón, Roberto Bermúdez de Castro, ha defendido el martes que la activación de la UME, solicitada el lunes por la tarde, tres días después de las inundaciones, respondió a criterios exclusivamente técnicos y no políticos.
“Los criterios que se toman en el 112 son siempre técnicos. No son decisiones políticas, y ustedes lo saben”, ha afirmado a preguntas de los periodistas en una rueda de prensa para detallar la situación tres días después de las intensas tormentas y en respuesta a las quejas suscitadas por el retraso en la activación de los militares.
Bermúdez de Castro ha recordado que el viernes a las 14.36 horas, con la alerta naranja en vigor, se activó el sistema de emergencias en fase de alerta, una medida que, según ha indicado, se adoptó con antelación a la evolución prevista, pero no se declaró la emergencia de nivel 2, condición necesaria para solicitar el apoyo de la UME.
“Entendimos que con nuestros medios podíamos restablecer la luz, el agua, la atención sanitaria y la alimentación en las primeras horas, y así se hizo en todos los municipios”, ha asegurado.
La decisión de solicitar el apoyo de la UME llegó tras la evaluación de daños realizada durante el fin de semana y una vez que se comprobó que los daños en Fomento, en el Instituto Aragonés del Agua y en las infraestructuras eran importantes, con el fin de "agilizar la limpieza en los municipios”.
El consejero también ha explicado que la campaña de incendios condicionó el despliegue de brigadas forestales porque, como ha asegurado, “si esto hubiese ocurrido en otoño, habríamos podido enviar hasta 20 brigadas al día. Pero ahora no podemos prescindir de ellas porque el riesgo de incendio es creciente”.
Una limitación que es la que ha llevado a recurrir a la UME para reforzar el dispositivo.
Bermúdez de Castro ha enfatizado la importancia de que no se han registrado víctimas mortales ni personas desaparecidas y ha reivindicado el trabajo de los servicios de emergencia: "siempre se puede hacer mejor, pero se ha actuado con rapidez y responsabilidad”, ha concluido.