La Fiscalía de Granada denuncia al líder de la 'secta del yoga' por someter a sus miembros
INFORMATIVOS TELECINCO/AGENCIAS
23/12/201017:39 h.Al líder de una comunidad hinduista con sede en Armilla (Granada) se acusa de de asociación ilícita y contra la integridad moral al considerar que persuadió, engañó y presionó a sus miembros para conseguir su sumisión y beneficiarse económica y sexualmente. Informativos Telecinco destapó la actividad de una secta que presuntamente que hasta ahora ha dejado 22 víctimas.
"Me está costando dejar este patrón. Confundo amor con esclavitud y ya ha vivido varios intentos de suicidio". Cuenta una víctima que sufría los abusos no quieso salir de allí sin su madre. Ante las cámaras de Informativos Telecinco, una de las mujeres sometidas reconoció el daño que esa etapa le causó y las secuelas que aún arrastra.
La acusación pública relata que el denunciado, Antonio Javier R.P., de 51 años, como presidente de "Casa Yoga", inscrita como "Vaidika Partisana Sangha, comunidad hinduista de la Rama Vedica de España", y valiéndose de las personas que componían la estructura asociativa, captó personas en satisfacción de su interés personal.Para ello, explica el fiscal, usó como reclamo "el atractivo de la religión", la cultura hinduista y ofrecía inicialmente "el señuelo" de favores y ayudas desinteresadas "aprovechando en muchas ocasiones la debilidad" de quienes acudían con problemas de tipo familiar, laboral, psicológico, educativo e incluso físico.
De esta manera, como "líder" de la comunidad, utilizó técnicas de de "persuasión coercitiva" en el grupo y consiguió el control y la alteración de la personalidad de quienes en cada momento la formaban, "ocasionando a cada uno de ellos graves trastornos psicológicos", indica el decreto. Entre las técnicas y los actos que relata el fiscal se encuentra el hecho de haber cambiado la dieta alimenticia de sus miembros, no permitirle más de una comida al día, limitarles las horas de sueño o imponerles "una actividad frenética" con deberes y responsabilidades "constantes" en los que existía incluso "contratos de esclavitud".
Conseguía así "el agotamiento mental" a través de acusaciones injustas, humillaciones públicas, insultos o gritos, con métodos que adoptaban formas violentas y con el sometimiento a sesiones religiosas o de adoctrinamiento "maratonianas". Además, el Ministerio Público relata que el denunciado consiguió tener acceso sexual a muchas de las integrantes, a quienes incluso indujo a mantener relaciones lésbicas en su presencia, o controlar sus relaciones íntimas y sus comunicaciones. Estos métodos tendían a anular la personalidad de los miembros de la comunidad y estaban encaminados a obtener la disposición de los bienes propiedad de estos en pro de los intereses de la jerarquía y de la doctrina, con conductas de "explotación". CGS