Ninguno de los dos pilotos implicados en el accidente aéreo de Mallorca sabía de la posición del otro

  • El profesor de aviación del aeródromo del que despegó el ultraligero habla de mala suerte

El accidente ocurre a mil pies de altura, a unos tres cientos metros de altitud en Mallorca. El accidente se produjo durante una clase de aviación.

Se llama un espacio de libre circulación significa que es un espacio aéreo no controlado, es decir, sin controladores aéreos ofreciendo datos sobre el tráfico. Realmente quien tiene que coordinar eso es el piloto al mando.

Esto vale para cualquier aeronave que circule a esa altura, ya sean avionetas o helicópteros. Sus pilotos debían ser conscientes de emplear en cada zona la frecuencia de radio adecuada por la que ir comunicando su posición cada dos o tres minutos. Para que todos los que estén volando en esa zona tengan una idea espacial de dónde está cada uno.

En este caso es evidente que ninguno de los dos pilotos sabía de la posición del otro. Una realidad que unida a un terrible azar se encontraron en el mismo lugar a la misma altura a la misma hora, generando la tragedia.

El profesor de aviación del aeródromo del que despegó el ultraligero habla de mala suerte. La razón exacta será complicada de averiguar, porque no existen cajas negras en estas aeronaves ni tampoco registro de las comunicaciones que realizaron los pilotos.