Una enorme masa de polvo y arena colapsó los aeropuertos canarios y retuvo a miles de viajeros el pasado domingo. Algunas pistas han reabierto esta mañana pero aún muchas personas esperan embarcar.
Una muchedumbre de viajeros de vuelos cancelados ayer lidia con la espera y con la incertidumbre de un posible vuelo reasignado. Algunos han dormido en el aeropuerto, otros en cambio han cogido hoteles para pasar la noche ante las interminables colas de los aeropuertos. En las pistas, el movimiento de las aeronaves da alguna razón para la esperanza, y en las calles, la calima enrarece todavía el ambiente.
La imagen satélite permite apreciar la ola inmensa de polvo y arena saharianos que se abate sobre las islas, colándose por cualquier rendija y convirtiendo el pasado domingo, el archipiélago en el lugar más contaminado del planeta.
A los paseantes los acompañan miles de libélulas, seres migratorios que han venido antes de tiempo favorecidos por un fenómeno nunca visto en semejante magnitud en los últimos 40 años.