Si algo no hubiera imaginado nunca Daniel Rushing, un estadounidense de 64 años, es que el mero hecho de comer donuts le podía haber llevado a la cárcel.
Todo comenzó cuando agentes de la policía de Orlando, Florida, EEUU, recibieron una alerta que informaba de que se estaba llevando a cabo tráfico de drogas en el área. Fue entonces cuando vieron a Rushing circulando en su vehículo a unos 68 km/h en una vía limitada a los 48 km/h de velocidad máxima. Como consecuencia, le hicieron detenerse y se percataron de que en el suelo de su coche había una sustancia sólida y de color blanco.
"Reconocí, gracias a mis 11 años de entrenamiento y experiencia en las fuerzas del orden, que la sustancia era algún tipo de narcótico", escribió uno de los agentes en el informe.
Por ello, procedieron a realizar una inspección más exhaustiva del vehículo, descubriendo que había más sustancia esparcida por el coche, la cual dio positivo por metanfetamina de acuerdo al test de carretera y al informe policial.
Tras ser detenido, Rushing aseguró al agente que nunca había hecho metanfetamina en su vida: "Seguí diciéndoles que eso era del azúcar glaseado de un donuts. Ellos primero dijeron que era cocaína, y después afirmaron que no, que era cristal de metanfetamina", explicó en declaraciones a The Orlando Sentinel.
Por fortuna, varias semanas más tarde el laboratorio de un departamento criminal de otro estado realizo una investigación que determinó que la detención de Rushing había sido un error.
No obstante, después de un susto que califica como "terrible", no sabemos si volverá a disfrutar de sus donuts 'Krispy Creme' en su turismo, como solía hacer cada miércoles.
Por su parte, la policía todavía no se explica por qué los test de carretera realizados dieron positivo, erróneamente, hasta en dos ocasiones.