Maternidad, mortalidad y nupcialidad también es diferente entre las diferentes comunidades autónomas. Por ejemplo, los canarios son los últimos en casarse y lo hacen con 35,6 años de media. Tras ello, se sitúan los vascos, con 35,1; los baleares, con 35, y los madrileños, con 34,8. En el extremo contrario se encuentran Ceuta y Melilla. Los ciudadanos de las dos ciudades autónomas se casan con 31,5 y 31,3 años respectivamente.
Los vascos, por su parte, se sitúan a la cola en maternidad. Las mujeres de esta comunidad autónoma son las que más retrasan tener hijos y lo hacen cuando alcanzan, de media, los 32,9 años. Le siguen las ciudadanas de Galicia, Comunidad de Madrid y Castilla y León. En el extremo contrario se sitúan, otra vez, Ceuta y Melilla. En estas ciudades autonómicas no solo se casan antes, sino que también tienen hijos antes, con 30,5 y 30,6 años.
Por último, la esperanza de vida al nacer también varía dependiendo del lugar en el que la persona llegue al mundo. A la cabeza se sitúa la Comunidad de Madrid, con 1,4 puntos más que la media nacional. Los bebés nacidos en este lugar tienen una esperanza de vida de 84,5 años. Detrás, y a una considerable distancia, se sitúan Castilla y León, con 83,8; La Rioja, con 83,6 y el País Vascos, 83,5. Al otro lado de la lista: Ceuta y Melilla.
El crecimiento vegetativo de la población, es decir, la diferencia entre nacimientos y defunciones, también es diferente por comunidades. Este indicador fue positivo en tres comunidades: Madrid (3.714 personas), Región de Murcia (997) y las Islas Baleares (428). Por el contrario, la peor parte se la llevaron Galicia (-9.135), Castilla y León (-7.857) y la Comunidad Valenciana (-5.959).
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