La presión policial y política ha sido muy importante para derrotar a ETA, pero no menos decisiva ha sido la sociedad española, especialmente la vasca, que plantó cara a los terroristas en estos momentos clave. Tras 116 días en un zulo, el industrial Julio Iglesias Zamora había recuperado la libertad. Entonces, una multitud se había concentrado en su balcón y él saludaba sonriendo a los vascos que habían transformado su cautiverio en la primera lucha social contra el terror. Batalla con un estandarte: el lazo azul. Esta símbolo significaba solidaridad y libertad y trajo las primeras multitudes contra el terrorismo en nuestro país. Pero plantar cara a los terroristas no fue fácil. En 1996 Francisco Tomás y Valiente fue tiroteado en su despacho de la universidad y Madrid reaccionó alzando sus manos de color blanco. Cada paso de ETA tenía su respuesta en la calle. El asesinato de Miguel Ángel Blanco cambió el color del crespón a negro pero también elevó el grito, eran ya más de 800 asesinados.