El extraño crimen de Fago

INFORMATIVOS TELECINCO 16/11/2009 00:00

Miguel Grima regresaba a Fago tras una reunión de alcaldes en Jaca. Unas piedras en el camino, le hicieron parar. Recibió un tiro de escopeta a cinco metros. El cuerpo fue encontrado en un terraplén y su vehículo apareció a 12 kilómetros.

En el cambio de marchas y el volante hallaron ADN de Santiago Mainar. Nunca antes lo había conducido según sus propias palabras. No había disparado en meses pero tenía pólvora en sus manos. Ante las cámaras, Santiago Mainar, con sangre en las uñas y arañazos en la cara no escondió el odio hacia el alcalde asesinado. La Guardia Civil tardó tres semanas en detenerle, el tiempo que tardaron los resultados de ADN:

La noche de su detención, Mainar, confesó a la Guardia Civil que mató al alcalde porque sintió un impulso raro y que era un tema personal. La confesión se produjo en su casa ante un secretario judicial y asistido por una abogada de oficio. Todo quedó grabado y un guardia transcribió la declaración. La mala gestión del alcalde en un camino de vacas que cruzaba junto a sus tierras fue la gota que colmo el vaso.

Mainar aseguró que era un tema personal y relató con esmero todo lo que hizo en la emboscada, dando detalles que no habían sido publicados y que sólo podía conocer el asesino. Posteriormente, en sede judicial lo negó todo. Al inculparse hizo un sacrificio por el pueblo. "Es un hombre que por el ideal de justicia utópico se autoinmola", según su abogado.

El testigo principal es un médico de Fago que presuntamente vio a Santiago Mainar en la emboscada pero en ninguna de sus declaraciones lo ha reconocido. Primero dijo que le deslumbró con la linterna de minero que llevaba y luego que la persona que vio era más delgada y alta. Según, los investigadores el testigo pertenece al bloque opositor del alcalde asesinado. En esta lista, hay 9 personas que fueron investigadas sin encontrar indicios de que colaborasen con Mainar. Pero, hay un anónimo enviado desde Alicante en el que un vecino dice que "muerto el alcalde, muerta la rabia. Mainar no apretó el gatillo". Hay dos testigos que aseguran que los del bloque planificaron el crimen.