Las crónicas hablan de la mujer viva más longeva, pero lo sea o no, lo cierto es que llegar a esta edad que los expertos califican de "supercentenarios" es ya todo un hito. Mientras se apagan las velas de su celebración, Julia echa la vista atrás y recuerda lo dura y difícil que fue siempre la vida en los valles mineros de la Bolivia más profunda.
Con el rumor aún en el aire de los trabajos en las minas de plata de San Luis de Potosí, Julia, más conocida como 'mamá Julia' recuerda cómo era la vida en aquellos años en los que ejercía como pastoras en unas tierras a las que solo llegaba el viento acompañado de hambre y miseria.
Con dificultad debido a su sordera, Julia repite a todos los que quieren oírla que el secreto de su longevidad estaría en una alimentación sana en la que jamás hubo alimentos procesados y sí mucha sopa con carne y patatas deshidratadas, mucho para una tierra tan hostil para la vida.
Sentada en su pequeña casa de barro y paja del municipio de Sacaba (Cochabamba), Julia convive con una sobrina de 65 años. Ella es la que le ayuda a entender los nuevos tiempos mientras toca su pequeño charango y entona canciones indígenas en la única lengua que conoce, el quechua.