Los toros y los toreros pasan a un segundo plano en la Plaza de Toros de Pamplona si miras el tendido de sol. El rojo y blanco impoluto, los puros e incluso los prismáticos de sombra contrastan con los litros de alcohol, los kilos de comida, las gargantas afinadas y la mezcla de tonos en las vestimentas y los complementos para evitar alguna que otra ducha. La zona de las peñas marca la diferencia, la nota de color y es que en "sol" cada tarde de toros es una fiesta.