El dueño de Sargadelos vuelve a pedir el cierre de la planta de Cervo y critica a los sindicatos

LugoEl dueño de Sargadelos, Segismundo García ha dado un paso más en el pulso que mantiene con la Inspección de Trabajo y reabre de nuevo el conflicto. En un escrito remitido a este organismo este miércoles, donde mantiene su tono sarcástico, ha vuelto a pedir el cierre de la factoría al declararse "incapaz de aplicar toda la normativa vigente". García también ha criticado a los sindicatos que este martes se reunieron con la Inspección de Trabajo para abordar el expediente abierto a la fábrica de Cervo (Lugo) por deficiencias en materia de seguridad laboral. El empresario dice que esta representación sindical "suplanta e interpreta a su manera el sentir de los trabajadores de esta compañía".

Los trabajadores de la planta de Cervo carecen de representación sindical, aunque durante estas semanas de conflicto, responsables de CC.OO., UGT y CIG acudieron a la planta y asesoraron a los trabajadores. Durante casi una semana, parte de la plantilla no pudo acceder a sus puestos de trabajo y decenas de trabajadores permanecieron a las puertas de la planta durante toda su jornada laboral.

"No necesitamos patronales ni sindicatos"

En su escrito García es tajante: "En esta empresa nos llevamos bastante bien y no necesitamos patronales ni sindicatos", afirma el propietario de Sargadelos. Y asegura "no acertar a comprender por qué la dignísima Inspección de Trabajo se reúne" con estos sindicatos y señala que "será por corporativismo de oficio".

Segismundo García también se refiere en su última carta a la Inspección de Trabajo a los hechos que motivaron la apertura de un expediente, que le obliga a introducir mejoras en materia de seguridad laboral en el plazo de seis meses "para la mayoría de requisitos", si bien algunas son de aplicación "inmediata", como las mascarillas, según apuntan fuentes próximas a lnspección de Trabajo.

García se declara de nuevo incapaz de aplicar toda la normativa

De hecho, de la reunión celebrada este martes de los representantes de organizaciones sindicales con el inspector de Trabajo en Lugo, trascendió esa flexibilidad en los plazos para aplicar las mejores, especialmente en lo relativo a obras que afecten al edificio, declarado como bien de interés cultural (BIC). En este caso, las actuaciones tendrán que estar acometidas en seis meses, pero a contar a partir del momento en que cuenten con la autorización del departamento de Patrimonio de la Xunta.

El empresario insiste en que "si es verdad lo que manifiesta la eficacísima Inspección, y en esta industria se causan daños a la salud de los trabajadores, lo correcto y obligado es proceder al cierre de la planta de producción". Dos trabajadoras desarrollaron silicosis en la factoría, lo que implicó la apertura del expediente laboral.

"Solicitamos pues dicha clausura a esa honorabilísima Inspección", prosigue el escrito, en un tono sarcástico que ya es habitual en el propietario de Sargadelos. En este sentido, asegura sentirse "incapaz de aplicar toda la normativa vigente", pero añade que "mucho menos quiere perjudicar la salud de sus empleados". "Por lo que, si esa diligentísima Inspección está convencida de su proceder, debe proceder en consecuencia", incide. Y precisa además que esta petición de "clausura" busca también "el fin de evitar la burocracia y papeleo del cese de actividad".

Pide las mismas exigencias para las empresas de la competencia

En un paso más en su pulso epistolar, Segismundo García alude a "la competencia" en el escrito remitido a la Inspección de Trabajo y dice "confiar" en que el "nivel de exigencia sea el mismo para el resto de las empresas que elaboran loza, cerámica o similares", para no sentirse "perjudicados". "Estimamos que ninguna dispone de las medidas de seguridad e higiene requeridas" por la inspectora que abrió el expediente en su última visita a la planta, afirma.

Tras comentar que Sargadelos "atravesaba años de paz social y prosperidad", se define a sí mismo como un "adinerado patrón" y dice verse "obligado" a someterse a una intervención quirúrgica este mismo miércoles "por exceso de tensión ocular".

Ironiza, en este extremo, con que "es posible que tal mal también proceda" de la "exposición al polvo de sílice" --el elemento cancerígeno que ha provocado silicosis a dos de sus trabajadoras-- y agrega que "con anterioridad" él mismo contrajo "lesiones pulmonares y cardíacas". "A buen seguro fruto de la insistencia en recuperar y potenciar la firma. Lo cual también se denuncia a los efectos oportunos", termina su escrito.

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