Por segundo año consecutivo y, en honor a los premios DBT que se celebraron durante el último Debate de Gran Hermano dedicado a esta edición de concurso, hoy vuelvo con los polémicos premios CDK –Confesionario de Kiko- haciendo un cariñosísimo y entrañable homenaje a todos los concursantes… ¡Los premios Laurel no son nada comparados con los CDK, dónde irá a parar!
Premio “no estaré alunado, pero lo parezco”: Sin duda alguna este bonito obsequio tiene como destinatario al concursante cariñosamente conocido como “el ojos pintados”. Sí, aquel habitante de la casa que parecía haberse tragado a una mala mezcla de Miguel Bosé con la banda sonora de Grease, que solicitaba sin parar “pánico en el Edén” y cuya existencia de su novia fue tan discutida como la de otros seres inteligentes en otro planeta. Gracias, Iván.
Premio “la flautista de Hamelin”: La galardonada no puede ser otra que nuestra Dra Walls, licenciada en honores por la universidad del doble juego, con un doctorado en “lobas con piel de cordero” y un master en “donde dije digo, digo Diego”. ¡Todo un fichaje, señores! Con los maestros en casa, ¿quién no es un buen alumno?
Premio “con el buen-rollismo te chupas un codo”: En esta ocasión son dos los afortunados dignos de este homenaje, Edo y Giuls. Ambos apostaron por altas dosis de buen rollismo y exaltación de la amistad a lo Casa de la Pradera. Y aunque al italiano le salga innato y la suiza-ibicenca lo forzara a más no poder, los dos obtuvieron el mismo resultado que aquel que pasa las horas muertas intentando chuparse un codo…
Premio “los focos a mi persona”: Tras su mítico “yo no soy mala persona”, “tengo miedo a que pase algo” entre sollozos, y sus numerosísimas interrupciones y llamadas de protagonismo en cada una de las galas, Lorena se ha ganado a pulso esta prestigiosa condecoración.
Premio “cómo llegar a la final sin mojarse ni los pies”: Raki se merece más que nadie este puesto, hasta tal punto que a su salida de Guadalix bien podría dedicarse a la pluma y escribir un manual que rezara este título.
Premio “stripper en potencia”: Este premio se encuentra realmente reñido entre Juan Carlos y Miriam. Ambos han encontrado, gracias a Gran hermano, aquella profesión y pasión oculta para la que parecen haber nacido. Así pues, estos dos bailarines eróticos comparten puesto, regalándonos opciones a gusto del consumidor. Ya sabéis, hay a quien se entretiene chupando el hueso y otros en cambio prefieren morder carnaza aunque esté insípida, ¡y así abarcamos todo el mercado!
Premio “incontinencia verbal”: Entrar en un confesionario y ser capaz de aburrir hasta a las ovejas con palabrería atropellada de la que ni ella misma sacaba nada en claro. Este galardón no tiene más dueña que Argi.
Premio “más agresivo que el entrenador de los Power Ranger”: La agraciada no podía ser otra que Desireé –fan incondicional de la Pantoja-. Esa concursante cuyo repertorio de insultos y amenazas ha sobrepasado los límites históricos del reality, y cuyo afán por repartir puñetazos a diestro y siniestro no parece ir de la mano con la buena costumbre de afeitarse el bigote todos los días.
Premio “ni pienso ni existo”: La primera parte para Iván –ex de Saray-, y la segunda para Nacho. Sin más, he aquí la cuestión…
Premio “me llama zorrasca quien conoce la palabra”: Leticia entró pisando fuerte tirándose a la yugular del vasco, y Miriam muerta de celos porque otra pudiera sustituirla tocando el vigor de Igor, no dudó en dedicar a la nueva en el juego el insulto más machista, irracional, injusto y repetido de esta edición.
Premio “el pelele reventado”: Es fácil adivinar el concursante que se adapta a la perfección a semejante homenaje y que, para más inri, tiene la capacidad de abarcar un segundo que bien podría denominarse “llámame muñeco y trátame cuan marioneta”. Sí confesores, nuestro querido Pelocho se ha esforzado al máximo por demostrarnos que cualquiera no es apto para alcanzar niveles tan bajos de personalidad, ser manipulable hasta límites insospechados y, mientras, conservar bajo manta una mala baba digna de estudio cuando tus alertas te ponen de preaviso ante la posibilidad de que se hable de alguien más que no seas tú. ¡Enhorabuena campeón! Has conseguido sacar lo mejorcito de cada casa cogiendo un
Premio “los grandes olores no sólo se guardan en frascos pequeños”: Anabel ha sido la encargada de demostrarnos que siempre existe la excepción que confirma la regla, eso sí, gracias a la inestimable ayuda de todos sus compañeros, que tuvieron a bien difundir el novedoso descubrimiento.
Premio “sin pena ni gloria”: Así pasan muchos por Guadalix, y Yessica se unió al club al poco de entrar en la casa. Bonita fachada, contenido incompleto, pero excelente capacidad de autocrítica.
Premio “butater defectuosa de fábrica”: El pobre ni calienta, ni quema, ni quizás haya conocido el modo de hacerlo y su “t´atraigo” estará incluido en el ranking de las frases más patéticas de la historia de Gran Hermano. Gracias por tu aportación, Adrián.
Premio “la inteligencia abstracta”: Quizás no exista estupidez ni torpeza, sino inteligencias distraídas, abstractas y difíciles de apreciar. Estas son las palabras más profundas y amables que puedo dedicar a los repetidos de los que, hoy desde aquí, quiero desmentir que sea cierto el rumor de que compartan la mitad de un cerebro, pero cuyas neuronas es posible que chirríen con más eco que en las cuevas de Altamira, de donde parecen haber salido directos.
Premio “sin churri no hay brillo”: Susana se alza como posible ganadora de esta edición pero ¿qué habría sido de ella sin ningún maromo del que engancharse? Primero fue con el dj de los tatuajes, más tarde con el gemelo... El típico perfil de aquellos incapaces de brillar por una historia en la que sean los únicos protagonistas.
Premio “lobo con piel de cordero”: En todas las ediciones existe un concursante capaz de colárnosla durante un espacio de tiempo, que consigue hacernos creer que su inocencia viene de serie, que posee alguna característica que nos enternezca e incluso nos haga tener cierto sentimiento de lástima o admiración; pero que, luego en el fondo, tras toda esa parafernalia de cara a la galería, esconden los peores sentimientos y las artes más bajas. Por lo que Juan Carlos hoy es mi premiado honoris causa en esta materia.
Premio “quítame ahí esas pajas”: Tras los míticos refregones de Arturo e Indhira dentro de un ataúd llegó el “aguas turbulentas” de Saray y Carlos. Momento caliente en el que el jacuzzi no necesito de burbujas, ni de velas, claro está, ya que Adrián se ofreció voluntariamente a ejercer el puesto.
Premio “el vencido invencible”: Salir de la casa expulsado por casi un 40% de los votos, entrar como repescado favorito por la audiencia, y ganar durante 3 semanas seguidas batallas de infarto que hicieron que Sonia, los gemelos y Kris desfilaran uno a uno de Guadalix. Por su remontada de impresión Igor se merece este puesto. Aunque ganar batallas no lleva consigo ganar la guerra...
Premio “momentazo de la edición”: Sin lugar a dudas no existe ningún concursante más merecedor de este galardón que el pollito volador en las imágenes de la primera gala de esta edición en las que, tras intentar alzar el vuelo, terminó con las dos alas rotas.
Espero que podamos seguir disfrutando año tras año de nuevos concursantes y de nuevos premios que poder otorgarles. Y a vosotros, ¿qué premio os faltaría por regalar? ¿Qué concursante sería el agraciado?
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