Una final, la del Mundial de Alemania 2006, en la que Francia puso la calidad e Italia la buena suerte. La lotería de los penaltis decantó la balanza a favor de los capitaneados por Fabio Cannavaro.
Italia se encontró con el tempranero gol de Zidane en los primeros minutos desde el punto de penalti. Zidane convirtió la pena máxima con un bello lanzamiento ante uno de los más grandes bajo palos, Buffon. Italia buscó los saques de esquina como una forma de hacer daño a la selección francesa. Precisamente, de un cabezazo, llegó el empate para los italianos. Materazzi puso las tablas en el marcador en el minuto 13 con un gran testarazo.
Francia siguió atacando e Italia hizo gala de la mejor defensa del Mundial junto a un Buffon que no cometió un sólo fallo. El partido se fue a la prórroga con el empate en el marcador. La desesperación francesa alcanzó su máximo exponente con el vergonzoso cabezazo de Zidane a Materazzi que quedará para la historia de los mundiales.
Pese a que Francia se quedó con uno menos, los franceses desarrollaron un monólogo de juego ante una Italia que poco podía hacer más que defender las acometidas galas. El partido se fue a los penaltis. Tras el fallo de Trezeguet, Fabio Grosso daba la cuarta corona para Italia en una tanda de penaltis en la que Italia no falló ni un sólo lanzamiento.
Italia acababa de proclamarse campeona del mundo por cuarta vez en su historia.