Joshua Kimmich y Antonio Rüdiger han tenido que ser separados en el último entrenamiento de la selección alemana. Los dos jugadores alemanes se enzarzaron y Miroslav Klose, asistente del entrenador, tuvo que acudir para evitar males mayores. Una mala forma de empezar una convivencia que les tendrá juntos durante más de un mes y medio.
La selección alemana se encuentra entrenando en Eppan, Italia, antes de viajar a Rusia para poder defender su título de vigentes campeones del Mundo, cosechado en Brasil hace ya cuatro años. No fue el único incidente y es que Julian Draxler tuvo que ser atendido por los médicos después de recibir un codazo en la cara.
Según apunta el diario Bild, los jugadores "se enfrentaron violentamente y se pusieron cara a cara en el campo". Una situación ante la que el resto de componentes de la selección alemana se quedaron estupefactos. Comportamiento que nada tienen que ver con las estrictas directrices de Joachim Löw para la convivencia durante el Mundial.
Cabe recordar que el seleccionador alemán aún no ha dado la lista definitiva de 23 nombres para el Mundial con lo que, tras el incidente, Löw podría tomar cartas en el asunto para evitar más conflictos durante el mes que dure la Copa del Mundo.