Samuel podría morir, pero Joao no le permite a Lucía llevarlo al hospital

Cuando Lucía estaba dispuesta a denunciar ante la policía que Joao tenía secuestrado a su hijo, recibía una llamada de Lula para decirle que Samuel estaba muy malito y necesitaba su medicina. Si no le ponía adrenalina el ataque de Samuel podría ir a más y morir. Pero eso no bastaba, lo más recomendable era ir a un hospital, pero Joao no se lo permitió. Le advirtió que solo saldrían de su casa si José cumplía con su parte del trato, un trato del que Lucía no era consciente y que la enfadó muchísimo más con su aún marido. A la vez, se dio cuenta de que siempre que tenía un problema quien realmente estaba a su lado no era José, si no su hermano Juan.